Los EE.UU parecen estar
preparándose para su nueva guerra sobre Siria post-EIIL, acumulando sus fuerzas
de ocupación en el sureste del país con el propósito expreso de enfrentar al
gobierno sirio y atacar a sus aliados Irán y Hezbolá. No está claro como el
régimen del Pentágono se imagina que pueden involucrarse en esta guerra sin que
Rusia también se vea involucrada, lo que podría rápidamente convertir esta
guerra en regional, si no es que global.
SIRIA: LA GUERRA SIN FIN
Desde la perspectiva de algunos de los observadores cercanos de lo que
sucede en Siria, y de acuerdo a los
enormes avances militares conseguidos por el ejército sirio y sus aliados en
los últimos tiempos reconquistando cada vez más territorios que anteriormente
estaban en poder de las bandas de mercenarios terroristas financiados y armados
por el imperialismo occidental y sus lacayos, la guerra estaría entrando en su
fase final con la victoria de las fuerzas leales a Damasco y la derrota de sus
enemigos de la coalición anti-siria comandada por los EE.UU. Ciertamente la
seguidilla de victorias militares conseguidas por el ejército sirio con la
colaboración de Rusia, Irán y Hezbolá ha contribuido a reforzar este punto de
vista, y aunque el curso de la guerra se ha revertido significativamente en
favor del gobierno de Bahshar Al Assad, el conflicto en Siria, debido a sus
complejidades, como la cantidad de actores involucrados y los grandes intereses
en juego, está lejos de llegar a su final.
El conflicto sirio lejos de ser solamente resultado de intereses antagónicos
de facciones locales en lucha por el poder, o una guerra civil, como pretenden
llamarla quienes se identifican con los planes imperialistas estadounidenses del cambio de régimen y la
partición de Siria, es el teatro del accionar bélico donde las grandes
potencias militares como Estados Unidos y Rusia y poderes regionales como Irán,
Arabia Saudita, Turquía e Israel se disputan la hegemonía sobre el Oriente
Medio. Esto obviamente presenta muchos obstáculos en el camino de la paz ya que
ninguno de los actores involucrados está dispuesto a aceptar ser los grandes
perdedores en unas eventuales negociaciones que tendrían lugar después de que batallas
cruciales, como en Raqqa y Deir Ezzor, bastiones de la agrupación terrorista
del EIIL, al que se pretende derrotar, hayan llegado a su final.
Paralelamente las tensiones van en aumento en otras partes del territorio
sirio. En el sur de Siria norteamericanos e israelíes bajo el pretexto de combatir al EIIL, que
ellos mismos financian, arman y entrenan, tratan de establecer hechos en el
terreno que le garantice una presencia permanente en el propio territorio
sirio. En el norte, Turquía está movilizando sus fuerzas militares y
paramilitares para impedir que los kurdos sirios, apoyados por los EE.UU,
puedan establecer un Estado independiente contiguo a su frontera sur. Estos y
otros acontecimientos solo garantizan la continuidad del conflicto o la próxima
ronda de guerras que ya empiezan a tomar forma en suelo sirio. Acerca de esto
último la agencia de noticias iraní, FARS News comenta:
“En Siria, la guerra contra el EILL es en sí misma parte de una guerra más
amplia y complicada lanzada por los Estados Unidos con el único objetivo de
provocar el cambio de régimen en Damasco. Es Además una disimulada escalda
contra la fuerzas aliadas de Irán, Rusia y Hezbolá para garantizar que no tengan
voz y voto en Siria post-EIIL. Hablando sobre la eventual derrota del EILL, no
hay duda que los días de la agrupación terrorista apoyada por intereses
foráneos, están contados. Después de haber sido desalojado de Mosul es obvio que también son los últimos
momentos del grupo terrorista takfiri en Siria. Sin embargo, todavía habrá
grupos apoyados por el gobierno de los EE.UU y sus aliados que con toda
probabilidad, más allá del EIIL, continuaran en posesión de territorio. Eso no
significa que no estallaran más guerras. Sin duda, los kurdos sirios lo
perciben. Por una parte, muchos en las Unidades de Protección Popular (UPP o YPG
en inglés) están acusando a Turquía de estar preparando planes para atacarlos
en las regiones fronterizas, pero por otra parte, los comandantes de las UPP están
amenazando abiertamente con invadir, de una u otra forma, territorios ocupados
por los turcos. Mientras tanto, los EE.UU parecen estar preparándose para su
nueva guerra sobre Siria post-EIIL, acumulando sus fuerzas de ocupación en el
sureste del país con el propósito expreso de enfrentar al gobierno sirio y
atacar a sus aliados Irán y Hezbolá. No está claro como el régimen del
Pentágono se imagina que pueden involucrarse en esta guerra sin que Rusia
también se vea involucrada, lo que podría rápidamente convertir esta guerra en
regional, si no es que global”.
Antes de la intervención de Rusia, el gobierno de Al Assad se encontraba al
borde de la derrota a manos del yihadismo mercenario que literalmente se
encontraba a las puertas de Damasco, afortunadamente la intervención militar
rusa detuvo el desastre que parecía inminente y desde entonces la situación
militar se ha revertido de manera significativa en favor del gobierno de Al
Assad y las fuerzas aliadas que le apoyan, sobre todo Rusia que por ahora está
logrando su objetivo de constituirse en el actor dominante en el escenario sirio,
sin cuya anuencia o bendición cualquier arreglo (partición, federalización, o
la preservación intacta del territorio sirio, incluso la continuidad de Al
Assad), resultaría imposible. Todo esto muy a pesar de las pretensiones
hegemónicas de Estados Unidos que ha visto como su poder de influencia, tras la
derrota sufrida a manos de la coalición liderada por Rusia, ha quedado
gravemente disminuido al punto de tener que aceptar a regañadientes que ahora
el poder de decisión en Siria y en el Oriente Medio está en manos de otros
actores y que su viejo papel de absoluto dominador ya está siendo parte de la
historia, aunque esta no se haya terminado de escribir, puesto que los EE.UU todavía
conservan el potencial y las herramientas para continuar con su papel
destructivo ya sea a través de su diezmada banda paramilitar del EILL, y los
grupos de terroristas “moderados” que están siendo utilizados para atacar e
impedir que las fuerzas leales a Al Assad sigan conquistando más territorios.
Dentro de todo esto, y por cierto los más peligroso, está la alianza de los
EE.UU con los kurdos sirios que se perfila como el elemento más
desestabilizador en una Siria post-EIIL. Los kurdos sirios agrupados en las llamadas
Fuerzas Democráticas Sirias (FDS o SDF en inglés) de facto han establecido su
propio Estado en territorios conquistados en el norte de Siria y donde el
Pentágono ha establecido varias bases militares que la garantizan un presencia
permanente al ocupar de manera ilegal una zona de gran importancia estratégica,
de la que difícilmente saldrán por su propia voluntad, que a la larga podría
desembocar en un conflicto regional de grandes proporciones que involucraría a
Turquía, Siria, Irak e Irán, y finalmente a Rusia en una confrontación directa
que ambas potencias buscan evitar. Es posible que ciertos acuerdos entre Moscú
y Washington, como el reciente cese al fuego acordado por Trump y Putin en las
zonas de desescalada militar del sur de Siria, reduzcan las posibilidades de un
choque temprano, sin embargo, la naturaleza misma del conflicto y lo irreconciliable
de los intereses y las posiciones asumidas por ambos contendientes, hacen
inevitable en un futuro no muy lejano el estallido del enfrentamiento directo
entre los EE.UU y Rusia. Después de seis años de guerra y a pesar de la derrota
inicial de los planes imperialistas estadounidenses del cambio de régimen y la balcanización
de Siria, esa estrategia no ha sido relegada y su enfoque, como lo demuestran las
repetidas maniobras y agresiones militares, continua vigente y en constante aceleración,
conspirando contra los esfuerzos de pacificación que nunca terminan de hacerse
realidad y prolongando el sufrimiento, y destrucción del pueblo sirio.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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