Esta es una grave crisis
monetaria que afecta a mercados emergentes clave. Tres de ellos, Brasil,
Argentina y Turquía, son miembros del G20, e Irán, de no existir presiones
externas, tendría todo para calificar como miembro. Dos – Irá y Turquía –
están bajo sanciones estadounidenses,
mientras que los otros dos, al menos por el momento, están firmemente dentro de
la órbita de Washington.
EL CAOS DEL DESPLOME DE LAS
MONEDAS SE EXTIENDE EN EL
SUR GLOBAL
Por Pepe Escobar
Las criptomonedas son prometedoras a medida que las economías tropiezan con
sanciones y otras presiones
El rial iraní se desploma. La lira turca se desploma. El peso argentino se desploma.
El real brasileño se desploma. Hay muchos vectores paralelos, múltiples y complejos
en juego en esta jungla de monedas que se desploman. El caso de Turquía está
fuertemente influenciado por la burbuja de crédito fácil creada por los bancos
europeos.
El problema de Argentina tiene que ver principalmente con la austeridad
neoliberal del gobierno del presidente Mauricio Macri, que admite que no podrá
cumplir los objetivos de pago acordados con el FMI hace menos de tres meses.
Lo de Irán tiene que ver con las drásticas sanciones impuestas por Estados
Unidos impuestas después de la retirada unilateral del gobierno de Trump del
acuerdo nuclear con Irán.
Lo de Brasil tiene que ver con lo que la diosa del mercado considera
anatema: una victoria del preso Lula (ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva)
o su candidato designado en las elecciones presidenciales del próximo mes de
octubre.
Esta es una grave crisis monetaria que afecta a mercados emergentes clave.
Tres de ellos, Brasil, Argentina y Turquía, son miembros del G20, e Irán, de no
existir presiones externas, tendría todo para calificar como miembro. Dos – Irá
y Turquía – están bajo sanciones
estadounidenses, mientras que los otros dos, al menos por el momento, están
firmemente dentro de la órbita de Washington.
Ahora, comparémoslo con las monedas que están ganando contra el dólar
estadounidense: la hryvnia ucraniana, la lari georgiana y el peso colombiano.
No son exactamente pesos pesados del G20, y todos ellos también dentro de la
influencia de Washington.
Prestar atención al eje del
oro
Los analistas independientes de Rusia y Turquía, Brasil e Irán coinciden en
gran medida en que el factor apabullante de la actual crisis monetaria es la
marcha atrás de la política de flexibilización cuantitativa (QE en inglés) de
la Reserva Federal.
Como señaló Jim Rickards, banquero de inversiones y gestor de riesgos, el QE
para todos los propósitos prácticos simbolizaba la guerra de divisas que la Reserva
Federal (Fed) declaraba contra todo el planeta, imprimiendo dólares estadounidenses
a voluntad en una escala de un billón de dólares. Eso significaba la
devaluación de la creciente deuda estadounidense, por lo que los acreedores
extranjeros fueron reembolsados con dólares estadounidenses más baratos.
Ahora, la Fed ha revertido drásticamente su curso y está totalmente
comprometida en el ajuste cuantitativo (QT en inglés).
No más dólares en efectivo inundando mercados emergentes como Turquía,
Brasil, Argentina, Indonesia o India. Las tasas de interés de los Estados
Unidos han subido. La Fed dejó de comprar nuevos bonos. El Tesoro de los
Estados Unidos está emitiendo nuevos bonos de deuda. Por lo tanto, QT,
combinado con una guerra comercial mundial dirigida contra los principales
mercados emergentes, explica la nueva normalidad: la utilización del dólar
estadounidense como arma.
No es de extrañar que Rusia, China, Turquía e Irán, casi todos los
principales actores regionales comprometidos en la integración de Eurasia,
estén comprando oro con el objetivo de salir progresivamente de la hegemonía
del dólar estadounidense. Como el mismo JP Morgan lo acuñó hace más de un
siglo, "El oro es dinero. Todo lo demás es crédito”.
Sin embargo, cada guerra de divisas no es a cerca del oro; se trata del
dólar estadounidense. Sin embargo, el dólar estadounidense ahora es como un
visitante inescrutable del espacio exterior, que depende del apalancamiento
masivo; una galaxia de derivados riesgosos; el QE como esquema de impresión; y
al oro no se le otorga su verdadera importancia.
Eso está a punto de cambiar. Rusia y China están fuertemente dedicados a la
compra de oro. Rusia ha descargado los bonos del Tesoro de Estados Unidos en
masa. Y lo que los BRICS habían estado discutiendo desde mediados de la década
de 2000, está ahora en marcha; el impulso para crear sistemas de pago
alternativos al SWIFT que está subordinado al dólar estadounidense.
Alemania parece estar convenciéndose de la idea. Si eso sucede, podría
marcar el camino para que Europa se redefina geopolíticamente en términos de su
independencia militar y estratégica.
En caso de que eso ocurra, posiblemente en algún momento de la próxima década,
la política exterior de EE.UU configurada como una avalancha de sanciones puede
ser efectivamente neutralizada.
Será un asunto largo y prolongado, pero algunos elementos ya son visibles,
como el caso de China que usa los mercados financieros de EE.UU para ayudar en
la aparición de una plataforma de transferencias más amplia. Después de todo
los mercados emergentes clave no puedan salirse del sistema del dólar
estadounidense sin la convertibilidad total del yuan.
Y luego hay naciones que contemplan la creación de sus propias
criptomonedas. Las finanzas digitales son el camino a seguir.
Algunas naciones, por ejemplo, podrían usar una criptomoneda denominada en
SDRs (derechos especiales de giro), que es, en la práctica, el dinero global
designado por el FMI. Ellos podrían respaldar sus nuevas monedas digitales con
oro.
Venezuela, sumida en una crisis, al menos está mostrando el camino. El
"bolívar soberano" comenzó a circular la semana pasada, vinculado a
una nueva criptomoneda, el petro, que vale 3,600 bolívares soberanos.
La nueva criptomoneda ya plantea una pregunta fascinante: "¿Es el
petro una venta a futuro del petróleo o una deuda externa respaldada por el petróleo?"
Después de todo, los miembros del BRICS están comprando una gran porción de los
100 millones de petros, seguros de que están respaldados por una reserva
fiable: el bloque Ayacucho de la Faja Petrolífera del Orinoco.
El economista venezolano Tony Boza dio en el clavo cuando subrayó el
vínculo entre el petro y los precios internacionales del petróleo: "No
vamos a estar sujetos al valor de una divisa determinada por un sitio web, el
mercado del petróleo lo determinará".
¿Una criptomoneda persa?
Y eso nos lleva a la cuestión clave de la guerra económica de EE.UU contra
Irán. Los negociantes del Golfo Pérsico son prácticamente unánimes: el mercado
mundial del petróleo se está ajustando rápidamente y se agotará en los próximos
dos meses.
Las exportaciones de petróleo de Irán probablemente caerán a poco más de 2
millones de barriles por día en agosto, en comparación con un pico de 3.1
millones de barriles por día en abril
Parece que muchos jugadores se están retirando incluso antes de que las
sanciones petroleras de Trump entren en vigor.
También parece que el estado de ánimo en Teherán es "vamos a
sobrevivir", pero no está del todo claro que el liderazgo iraní este
realmente consciente de la naturaleza de la tempestad que se aproxima.
El último informe de Oxford Economics parece bastante realista:
"Anticipamos que las sanciones
llevaran a la economía de regreso a la recesión, con un PIB que ahora se
ve contrayéndose un 3.7% en 2019, el peor desempeño económico en seis años.
Para 2020, vemos un crecimiento del 0.5%, impulsado por una modesta
recuperación en el consumo privado y las exportaciones netas”.
Los autores del informe, Mohamed Bardastani y Maya Senussi, dicen que
"los otros signatarios del acuerdo original [el JCPOA, especialmente los 3
de la EU] aún deben definir claramente una estrategia que les permita eludir
las sanciones de los Estados Unidos y seguir importando el petróleo iraní”.
El informe también admite lo obvio: no habrá presiones internas en Irán
para el cambio de régimen (eso es algo que solo sucede en las retorcidas mentes
neoconservadoras estadounidenses) mientras "tanto los reformistas como los
conservadores están unidos en el desafío a las sanciones".
Pero desafiando cómo? Teherán no ha presentado una hoja de ruta de beneficio
mutuo que pueda persuadir a alguien, desde miembros del JCPOA hasta
importadores de energía como Japón, Corea del Sur y Turquía. Eso representaría
la verdadera integración de Eurasia. Que el ayatolá Khamenei diga que Irán está
listo para retirarse del JCPOA no es suficiente.
¿Qué tal una criptomoneda persa?
Publicado por La Cuna del Sol
USA
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