Jeff, su sombrero de vaquero y la mitología oligárquica que representa son la imagen por excelencia de lo que estamos combatiendo.
JEFF BEZOS Y LA MITOLOGÍA DEL
INDIVIDUALISMO VAQUERO
DE LA OLIGARQUÍA
Patrick Mazza
The Raven
Por alguna extraña coincidencia, terminé la magnífica obra de revisionismo
histórico de Heather Cox Richardson, How the South Won the Civil War (Como el
Sur ganó la Guerra Civil), el 20 de julio, el día en que Jeff Bezos se lanzó al
espacio. La yuxtaposición me proporcionó conocimientos sobre el sombrero vaquero
de Bezos que de otro modo no habría conseguido, sobre cómo el mito del
individualismo vaquero fue aprovechado para restaurar el gobierno oligárquico
después de la Guerra Civil, y por la derecha moderna para hacer retroceder los
movimientos por la democracia desde Goldwater hasta Reagan.
Cuando la oligarquía extractivista del Sur, basada en el algodón, fue
destrozada por la guerra, y la Reconstrucción trajo una auténtica oleada de
democracia a la región, ello dio lugar a legislaturas multiétnicas que
empezaron a proporcionar bienes públicos básicos a toda la población, como
escuelas, hospitales y carreteras. En el ínterin, la economía extractivista
comenzó a desplazarse hacia el Oeste, siendo la ganadería una de sus
principales industrias.
A través del Partido Demócrata, los oligarcas ganaron tracción en el Norte
y en el Sur con el mito del vaquero individualista. Richardson escribe: "…
contrastaron lo que veían como un sistema de redistribución de la riqueza
basado en la raza que se estaba imponiendo en el Este con una imagen del Oeste
americano en la que los hombres trabajadores no pedían nada al gobierno, sino
que se les dejara en paz. La era de los vaqueros y la Reconstrucción
coincidieron casi exactamente... Los demócratas mitificaron al vaquero,
autosuficiente y laborioso, que se abría camino en el mundo por sí mismo... En
1880, el vaquero se había convertido en una imagen icónica del individualista
americano…"
En realidad, los vaqueros eran jornaleros mal pagados que generalmente permanecían
así, un tercio de ellos era gente de color. Algo así como los trabajadores de
los almacenes de Amazon. Simultaneamente, el Oeste fue la región en la que el
gobierno federal estuvo más involucrado. Proporcionó subsidios y concesiones de
tierras a los ferrocarriles, mientras el ejército estadounidense empujaba a las
tribus nativas a las reservas. La industria ganadera no habría sido posible sin
esas intervenciones gubernamentales. Al igual que los viajes espaciales no
serían posibles sin décadas de inversión pública, y mucho menos las redes
informáticas y de transporte en las que Bezos y Amazon dependen para hacer sus
miles de millones.
La propuesta fundamental de Richardson es que las fuerzas oligárquicas
derrotadas en el Sur se regeneraron en el Oeste, donde las industrias
extractivistas de la minería, la madera y la ganadería concentraron la riqueza
y el poder en manos de unos pocos hombres situados en la cúspide un sistema de
castas plagado de jerarquías raciales y de género. Manteniendo a los nativos,
los mexicanos y las mujeres en sus lugares asignados proporcionando mano de
obra barata y gratuita.
Las fuerzas oligárquicas sufrieron verdaderas derrotas a manos de la
democracia en la década de los 30 de la era de la Depresión. Pero el movimiento
conservador de derecha que empezó a surgir en la década de 1950 retornó de
nuevo a la mitología del vaquero individualista como elemento de oposición a un
gobierno federal que socavaba el poder empresarial y empezaba a restaurar los
derechos civiles de los negros.
William F. Buckley y su nueva publicación, la National Review, fueron los
principales exponentes del nuevo impulso. "La retórica del Movement
Conservatives de Buckley sobre la raza, reflejaba la advertencia hecha por los
demócratas durante la Reconstrucción: un gobierno federal gigantesco estaba
utilizando el dinero de los impuestos para ayudar a redistribuir la riqueza
entre los negros que no lo merecían. Y, al igual que durante la Reconstrucción,
el vaquero americano era el rostro de la oposición, el hombre artífice de su
éxito".
Richardson destaca la abundancia de westerns, o series de vaqueros, en las
nuevas cadenas de televisión. Gunsmoke, Rawhide, Bonanza, Wagon Train,
The Lone Ranger. Los westerns dominaban la televisión. En 1959 se exhibían 26 en la televisión.
Posteriormente, en 1964, el nuevo héroe de la derecha emergió del Oeste,
Barry Goldwater, de Arizona, con sombrero de vaquero, un hombre supuestamente
artífice de su propio éxito, cuya fortuna familiar en las grandes tiendas por
departamentos se materializó en un Oeste enriquecido por los proyectos federales
de agua y los contratos militares. Goldwater fue derrotado, sólo ganó en su
estado y en el Sur profundo, presagiando
la alianza Oeste-Sur que empezaría a dominar el Partido Republicano. En 1968,
el californiano Richard Nixon consagró la estrategia sureña y el resentimiento
racial como una característica permanente.
En 1980, el vaquero supremo, Ronald Reagan, hizo sonar el silbato racista
cuando proclamó su apoyo a los derechos de los estados en el recinto de la
feria del condado de Neshoba, en Mississippi, cerca de donde fueron asesinados
los activistas de los derechos civiles James Chaney, Michael Schwerner y Andrew
Goodman en 1964. Nadie explotó la imagen de la “reina del bienestar” negra (Black welfare queen) con más habilidad para socavar los programas
sociales federales y la protección de los derechos civiles que Reagan.
Y nadie fue un defensor más eficaz que Reagan de la fe que une a los
oligarcas de la esclavocracia con Goldwater y la derecha moderna, "... si
el gobierno simplemente dejara a los hombres ricos en libertad pare hacer uso
de su talento y encanto, crearían una prosperidad cada vez mayor y todo el
mundo se haría más rico".
Hombres ricos como Jeff Bezos, ciertamente ha hecho más rica a una reducida
clase acomodada, mientras parasita un sector minorista tras otro y crea
brutales condiciones laborales en sus almacenes; mientras cabalga sobre las
infraestructuras digitales, de carreteras y de aviación creadas gracias a la
iniciativa e inversión del gobierno; mientras chupa como esponja las
subvenciones públicas de los gobiernos estatales y locales de costa a costa.
Desde ese punto de vista, el sombrero de vaquero de Jeff Bezos tiene todo
el sentido del mundo. Es la expresión de una mitología vaquera creada por los
oligarcas ricos para socavar la democracia y la acción pública que repartiría
la riqueza de manera más uniforme. Incluso mientras sacan provecho del gobierno
para seguir construyendo su propia riqueza y sus corporaciones, de la misma
manera que los rancheros se apoyaron en los ferrocarriles subvencionados y en
la caballería estadounidense. Bezos ha sido objeto de burlas por su sombrero de diez
galones. Pero si el sombrero te queda bien, úsalo.
El descenso hacia el dominio oligárquico no ha hecho más que agudizarse en
los 40 años transcurridos desde la elección de Reagan, mientras que la
democracia está bajo la presión de la clase oligárquica como no lo estaba desde
la década de 1850. Concluye Richardson: "Ahora, por segunda vez, estamos
llamados a defender el principio de la democracia".
Jeff, su sombrero de vaquero y la mitología oligárquica que representa son la
imagen por excelencia de lo que estamos combatiendo.
Publicado por La Cuna del Sol
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