En Lourdes cuidan las tumbas de los soldados soviéticos y celebran un desfile militar el Día de la Victoria.
“LA BASE DEL KREMLIN EN
CUBA”:
COMO ERA REALMENTE
Andrey Manchuk
Ukraina.ru
Los medios de comunicación mundiales recordaron una "base militar
soviética" que había estado estacionada en las afueras de La Habana, en un poblado llamado Lourdes, y que había dejado de funcionar veinte años
antes, en 2002. Periodistas honestos nos cuentan que los misiles soviéticos
estaban estacionados allí, apuntando directamente a Estados Unidos, a través de
las aguas del no muy ancho Estrecho de la Florida. Y ahora, supuestamente,
pueden volver a desplegarse en las famosas playas cubanas.
En realidad, no había misiles soviéticos en Lourdes. Había un gran centro
radioelectrónico que se utilizaba para las necesidades operativas-estratégicas
de la inteligencia soviética y luego rusa, desempeñando un papel importante
durante el enfrentamiento de la Guerra Fría. El equipo desarrollado por los
soviéticos le permitía vigilar las actividades de la NASA y escuchas
telefónicas en una amplia zona de Estados Unidos, obteniendo una gran variedad
de datos.
"Desde este puesto de escucha clave, los soviéticos vigilan los
satélites comerciales estadounidenses, las comunicaciones militares y de buques
mercantes, y los programas espaciales de la NASA en Cabo Cañaveral. Desde
Lourdes, los soviéticos también pueden escuchar las conversaciones telefónicas
en Estados Unidos", detalló un informe conjunto del Departamento de Estado
y del Departamento de Defensa en 1985, señalando la importancia estratégica
fundamental de esta instalación.
El centro radioelectrónico de Lourdes fue construido en 1962, en plena
crisis cubana, con el permiso del gobierno cubano, que tenía acceso a la
información obtenida. Durante todo ese tiempo, los asesores militares e
ingenieros civiles soviéticos vivieron allí. Entre ellos había especialmente
muchos ucranianos. Los veteranos del contingente confidencial afirman que como
camuflaje intentaron seleccionar a soldados de piel oscura y rostro
"sureño" para ir a Cuba.
Leonid Garbuz, comandante de las defensas aéreas que derribaron el avión
espía Lockheed U-2 sobre Cuba, se graduó en la Escuela de Artillería de Kiev
cuando el enfrentamiento entre la Unión Soviética y Estados Unidos estaba en su
punto álgido. Muchos años después, dos mil ciudadanos ucranianos recibieron
medallas de manos del embajador cubano, en agradecimiento por su participación
en la defensa de la revolución cubana.
Los cubanos devolvieron el favor brindando tratamiento médico gratuito para
los niños ucranianos, víctimas del desastre de Chernóbil. El gobierno ucraniano
ha apoyado la política anticubana de Estados Unidos negándose a votar
resoluciones internacionales contra el ilegal embargo estadounidense contra
Cuba.
Después de 2002, los cubanos organizaron un moderno centro cibernético para
estudiantes en Lourdes. La lejana Habana no es Kiev, y aquí se demuestra una
actitud muy diferente hacia la memoria histórica. El gobierno cubano cuida con
esmero el mausoleo donde están enterrados sesenta y cuatro ciudadanos de la
URSS. Ellos murieron a causa de enfermedades, en accidentes y varios soldados
soviéticos fueron víctimas de una tormenta tropical mientras ayudaban a evacuar
a los civiles.
Es un hermoso monumento adornado con el escudo soviético, que representa
una rama de olivo y un fusil de asalto Kalashnikov. Está flanqueado por una
senda de mármol blanco -y los militares soviéticos en Cuba tradicionalmente
hacían el primer brindis "por los de la senda blanca", recordando a
sus camaradas fallecidos.
Y cada año, el 9 de mayo, los cubanos celebran aquí un desfile militar para
conmemorar el Día de la Victoria, al que asisten representantes de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de la República de Cuba, miembros del cuerpo
diplomático y altos cargos del gobierno.
Asistí a este evento, donde nos presentaron al General de Brigada Arnaldo
Tamayo Méndez, un Héroe de la Unión Soviética que fue el primer latinoamericano
en el espacio. En 1980, cuando Méndez y Yuri Romanenko formaban parte de la
tripulación que despegó de Baikonur, Fidel Castro vino a Lourdes con el
propósito de observar el vuelo de su nave desde aquí.
Y las capacidades del centro de radar permitieron al líder cubano
comunicarse directamente con los astronautas en órbita, lo que dice mucho de la
calidad y las capacidades de los equipos allí desplegados.
Hablamos con cubanos que trabajaban en Lourdes. Todos ellos hablaban de las
buenas relaciones humanas entre los militares soviéticos y los barrios de La
Habana. Los soldados soviéticos en Cuba no se comportaron a la manera de conquistadores
imperiales cargados con el complejo de "hombre blanco", como habían
hecho los marines estadounidenses en años anteriores. Trataron a los ciudadanos
cubanos de forma amistosa, enteramente de igual a igual, y ayudaron a formar a
toda una generación de especialistas en radioelectrónica.
"Los soviéticos no eran extraños para nosotros", expresó de
manera detallada un empleado del Instituto para la Amistad de los Pueblos.
Según él, el pueblo cubano no permitiría ninguna base militar extranjera en
su territorio, teniendo en cuenta el enorme precio pagado por la liberación de
la dominación de Madrid y Washington.
En la Habana, la lucha por el desmantelamiento de la prisión estadounidense
para prisioneros políticos situada en las proximidades de la Bahía de
Guantánamo no se ha detenido ni un momento. Sin embargo, los miembros del
ejército soviético eran vistos como aliados, bajo un prisma totalmente
diferente de relaciones históricas.
Y ese sin igual recuerdo tiene un gran precio.
Publicado por La Cuna del Sol
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