Sujetos desopilantes éstos, empezando por el Señor de la Mente Perdida, Joe Biden, y su lacayo de Asia Central, el presidente ucraniano Zelenski, actor cómico a quien la realidad de su país le hizo ya no poder montar sus entremeses porque lo que pasa en Ucrania no es motivo para la risa.
LOS BUFONES DEL
IMPERIALISMO
EN LA POSTMEDERNIDAD,
AUNQUE MÁS DIVERTIDOS,
SON IGUAL DE
SANGUINARIOS
Luciano Castros Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol
Sujetos desopilantes
éstos, empezando por el Señor de la Mente Perdida, Joe Biden, y su lacayo de
Asia Central, el presidente ucraniano Zelenski, actor cómico a quien la
realidad de su país le hizo ya no poder montar sus entremeses porque lo que
pasa en Ucrania no es motivo para la risa. Ucrania es un bello y rico país dotado por la
naturaleza de la más fértil tierra negra de toda Europa y Asia Central. La
tierra ucraniana es tan generosa que no por gusto se le llamó desde hace muchos
años El Granero de Europa, por tal
razón la bandera de Ucrania tiene una bandera con haces de dorado trigo.
La diplomacia ha perdido toda la seriedad en
los tiempos que corren, salvando el pundonor de un diplomático, por su búsqueda
honesta de una solución negociada en los conflictos, el señor Serguei Lavrov.
No podemos decir lo mismo de la canciller británica, la agraciada y descocada
señora Truss o el señor Anthony Blinken que, sin argumentos, recurren a la
mentira masiva utilizando medios sin credibilidad como Bloomberg News que fijó
hora y fecha de la invasión rusa a Ucrania. Es un problema lidiar con
mentirosos, sin embargo, el viejo aforismo aquél de que “la mentira, pese a sus zancadas largas, siempre es alcanzada por los
pasos cortos de la verdad”.
No hubo tal invasión y todas las provocaciones
de la prensa occidental se quedaron en lo que eran: una sarta de mentiras
descaradas con el fin de promover la zozobra entre el pueblo de Ucrania y crear
un clima de crispación internacional ante la inminencia de una guerra. Los
amantes de la violencia y los negocios quedaron defraudados ante la pericia
política de la dirigencia rusa encabezada por Putin, quien hizo lo que solo puede
hacer una dirigencia con cerebro: dejar sin materia a los propaladores de
mentiras y grandes provocadores retirándose sus ejércitos de la frontera luego
de concluidos los ejercicios con Bielorrusia, por cierto, programados con mucha
antelación. Sirvió, eso sí, el acantonamiento de tropas rusas, para mostrarle
no tanto a los ucranianos sino a todos los enemigos de Rusia de qué madera está
hecho su ejército.
Pero lo acontecido en Londres en las últimas 72
horas y descubierto por un investigador de ciencia política en archivos
relativamente recientes [de 1991 o sea 30 años] revelaron algo demoledor para
los mentirosos europeos: sí hay un documento suscrito por la OTAN donde se
compromete a no expandir hacia el Este ni una pulgada. Esto cambiará todo el
proceso de diálogo entre Rusia y sus socios occidentales, principalmente con El Gran Agitador, los Estados Unidos.
No cumplirán, claro está, aunque hayan más protocolos sobre la no expansión,
simplemente porque los mata la envidia del funcionamiento del gasoducto bajo
las aguas del mar Báltico.
La batalla legal, diplomática y política la
tienen perdida, pero como todo buen reaccionario que nunca respeto el derecho
dirá, ya sin materia para seguir haciendo lo que hacen: “Jalisco nunca pierde, y si pierde, lo arrebata”. En fin, lo único
que ha hecho la dirigencia ucraniana con el respaldo occidental es provocar el
éxodo de 10,000 personas de las repúblicas de Donetsk y Lugansk que desde ayer
buscan el abrigo de su madre patria, Rusia, que por cierto los ha acogido con
profundas medidas humanitarias para que la estancia en tierra rusa sea lo menos
penosa posible.
Publicado por La Cuna del Sol
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