Ese neologismo se comenzó a conocer a partir del año 2,000. Realmente no es nada nuevo y es una palabreja de semanticidad diferente, es decir, vocablo inventado no para explicar la realidad sino para confundir.
LA GUERRA HÍBRIDA,
OTRA INVENCIÓN
DESINFORMATIVA DE OCCIDENTE
Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol
Ese neologismo se comenzó a conocer a partir
del año 2,000. Realmente no es nada nuevo y es una palabreja de semanticidad
diferente, es decir, vocablo inventado no para explicar la realidad sino para
confundir; a lo que son tan inclinados los sociólogos y politólogos burgueses,
como los economistas del capitalismo que inventan palabra aquí o frase por
allá, para que los no iniciados en las ciencias económicas se les arme un
galimatías atroz en la cabeza y terminen por aceptar lo que no entienden, que
viene disfrazado, claro está, de sapiencia científica.
Los seres híbridos son los que resultan del
cruce de dos especies diferentes que no tienen, en algunas ocasiones,
capacidades reproductivas como los mulos (cruce un burro y una yegua) y algunas
plantas. Sin embargo, en el contexto de una acción bélica del siglo XXI, las
guerras híbridas se refieren a una
guerra no convencional, es decir, una guerra no solo librada en el campo de
batallas con tanques, cañones, bombarderos, submarinos, fragatas o portaviones.
La guerra híbrida como tal es una guerra
remitida a la cibertecnología, o sea todo lo relacionado con el mundo digital
como lo son los softwares y los hardwares. Allí tienen su lugar las
comunicaciones masivas por internet, la propaganda apabullante de mentiras que
se llama, como vieja conocida, desinformación
y provocación. Es una táctica que va para un siglo de invención y fueron
precisamente los nazis las que la utilizaron ya masivamente a través de los
medios de comunicación de 1930 como la radio, la impresión abundante de
panfletos y la reeducación en las aulas del nivel de educación primario, medio
y universitario. Mentiras repetidas tantas veces por los nazis que al cabo de
unos cinco años de esas campañas masivas de lavado de cerebros los alemanes
terminaron tomándolas como verdades. Era el principio del doctor en letras y
filologías Joseph Gobbels: “Una mentira
repetida cien veces se transforma en verdad”.
Los ucranianos, por ejemplo, necesitaron tres
décadas para desindentificarse, negar sus vínculos históricos, genéticos y
culturales con el pueblo ruso y bielorruso. Llegar a creer que tenían una
nacionalidad ucraniana antes que eslava. No sucede lo mismo con Croacia y
Serbia, incluso con Hungría, que hacen oposición a las disposiciones de la
Estados Unidos y su OTAN, al negarse a enviar armas y hombres a combatir la
campaña rusa en Ucrania, la gran hermana eslava traicionera gracias al trabajo
de treinta años de una dirigencia oportunista y corrupta, tras el desmantelamiento
de la Unión Soviética en 1991.
Ucrania es el triste legado de esos hechos
históricos cuyas consecuencias se están pagando en este momento y que obligó a
Rusia a la que no se quería después de tantos suplicatorios a USA y su OTAN,
como dijera Putin en una de sus últimas intervenciones respecto de la expansión
de la OTAN a Ucrania: “¡Acaso es mucho
pedir -dijo Putin- seguridad para Rusia con la no expansión de
la OTAN?” Los fascistas escupieron las peticiones, agrego Putin. Ahora las
consecuencias son éstas: leño duro y seguro para lo que no entienden. O como
decimos en Guatemala: el entendido a señas, el burro a palos… No hay tal guerra
híbrida. Es solo un divertido invento de la sociología burguesa para referirse
a lo mismo: propaganda y desinformación. Son tan geniales estos “intelectuales”
que recién descubren el agua azucarada.
Publicado por La Cuna del Sol
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