Esperamos que las negociaciones sean consistentes y los delegados serios, porque si son como el presidente Volodomir Zelensky, no sería extraño que la otra semana aparezcan diciendo que ellos no han acordado nada.
LOS ACUERDOS DE PAZ
ENTRE UCRANIA Y RUSIA,
LAMENTABLEMENTE, NO
DEPENDE DE LOS UCRANIANOS
Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol
Es poco probable llegar acuerdos, del tipo que
sean, entre sectores políticamente discrepantes. Peor aun cuando hay una guerra
de por medio que significa, entre otras cosas, violación de la soberanía
nacional, destrucción de la infraestructura civil, muertes de sinnúmero de
soldados y civiles pero, sobre todo y esto es lo que en ocasiones se vuelve
insuperable; odios profundos y rencores inconmensurables que no caben en el texto
de unos “acuerdos de paz”, nadie que se sienta abusado con la muerte de un
hijo, un hermano, tendrá la mejor disposición para hablar de paz.
Los negociadores hacen el esfuerzo por
desmarcarse de esos sentimientos, pero no es asunto fácil. Una gran
subjetividad se mueve en cada persona y eso hace difícil llegar a acuerdos, sin
embargo, entre ese maremagno, se impone un sentimiento poderoso, el sentimiento nacional. Tanto rusos
como ucranianos están lastimados, pero es aquí, en este punto, donde debe
apelarse a la responsabilidad y preguntarse: ¿quién tuvo la culpa de todo esto?
Pienso que el imperialismo norteamericano que alentó y financió a los peores
elementos de la vida política ucraniana: los nacionalistas y los nazis.
La paz es buena para todos, pero las acciones
militares son también irreversibles porque alguien la llevó más que otro bando
y antes que la destrucción total cunda, Rusia ha demostrado buena voluntad al
negociar de buena fe, sin pedir, por ejemplo, la supresión de las sanciones de
Estados Unidos y Occidente, por una sencilla razón; porque un nuevo mundo ha
dado pie a una reconfiguración y balance de las fuerzas políticas y militares
internacionales. A partir de estos
hechos de guerra el mundo se encaminará hacia la multipolaridad, la justicia y
la democracia.
El mundo que viene gestándose ya no podrá ser
igual porque los grandes poderes tradicionales de Occidente se dieron cuenta
que una fuerza colosal (Rusia y China) ya no permitirán un mundo como estuvo
diseñado antes del 24 de febrero de 2022. Y si pensaron sustituir el gas y el
petróleo en su consulta con Dubai, algo quedó claro con el emir: darles gas no
puede hacerse inmediatamente, sino que se necesita de poco cinco años para
hacerlo posible. Y antes que Europa Occidental se vuelva un caos sin gas y sin
petróleo ruso (asunto ya anunciado por Rusia) es mejor, para todos, encontrar
una salida razonable.
Rusia tiene reservas monetarias y en oro pero
no alcanzarán indefinidamente. El desarrollo de Rusia marcha por el camino de
la paz y no el de la guerra. Pero a los rusos no les dejaron opción. La
terquedad de los occidentales condujo a la guerra. Las fronteras rusas deben
ser seguras para sus ciudadanos y para los territorios recientemente
incorporados como Crimea y los que acaba de reconocer Rusia como repúblicas
independientes (Donest y Lugansk). No puede Rusia estar al alcance de misiles
nucleares a cinco minutos desde Ucrania. Y fueron descubiertos aviesos
propósitos de la clase política ucraniana: 28 laboratorios para la guerra
bacteriológica y química contra Rusia. ¿Y el patrocinador y hacedor de males
quién es? Pues Estados Unidos, con su procónsul Hunter Biden.
El presidente Biden no es ningún imbécil. Se
hace el tonto. Pero mientras deja de hacerse el tonto arrastra al mundo a la
peor de las desgracias. Esperamos que las negociaciones sean consistentes y los
delegados serios, porque si son como el presidente Volodomir Zelensky, no sería
extraño que la otra semana aparezcan diciendo que ellos no han acordado nada.
Ya veremos…
Publicado por La Cuna del Sol
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