miércoles, 1 de julio de 2015

Los fraudulentos controles de capital de Syriza

 Desde el primer momento, Syriza, con su líder Alexis Tsipras y el ministro de Finanzas Yanis Vourafakis jugando los papeles principales, se opusieron a la introducción de cualquier tipo de medidas contra la dictadura del capital financiero. Como reflejo de todas las posiciones políticas adelantadas por las pseudo-izquierdas en su hostilidad al marxismo, Vourafakis insistió en que una perspectiva socialista no sólo era completamente irreal, sino que sería abrir el camino a formas autoritarias e incluso fascistas de gobierno.


LOS FRAUDULENTOS CONTROLES
DE CAPITAL DE SYRIZA


Por Nick Beams

Cerrar la puerta del establo después de que el caballo se ha escapado es quizás una frase un poco trillada. Sin embargo, nada podría caracterizar con mayor precisión la decisión del gobierno griego liderado por Syriza para imponer controles de capital y cerrar el sistema bancario del país.

La medida no fue ejecutada para tomar el control de la economía, y mucho menos para comenzar la nacionalización de los bancos, el sistema financiero y de las principales empresas griegas. Fue en respuesta a la decisión del Banco Central Europeo de suspender su financiación de los bancos griegos el fin de semana. Como resultado, si los bancos hubieran abierto esta semana habrían experimentado un pánico bancario que rápidamente los habría rendido insolventes.

Miles de millones de euros, en poder de los griegos ricos, así como de los intereses corporativos y financieros, ya han salido del país y ahora están libremente estacionados en Europa y en otros lugares. Los propietarios de este montón de efectivo se han preparado para una situación en la que Grecia abandona la zona euro y vuelve al dracma. Si eso es el resultado, el dinero puede ser retornado y  utilizado para comprar tierras, empresas y activos financieros por unas cuantas monedas, ya que una enorme devaluación frente al euro seguiría cualquier retorno a una moneda nacional.

Una idea de la magnitud de este potencial saqueo financiero es proporcionada en un comentario del economista Wolfgang Münchau, publicado en el sitio web de la revista alemana Der Spiegel.

En 2010, cuando emergía la crisis financiera griega, los depósitos en el sistema bancario del país eran poco menos de €300 mil millones. En los últimos cinco años, han caído a menos de €175 mil millones. El descenso se produjo en dos etapas.

Hubo una disminución de más de €100 mil millones entre 2010 y 2012, cuando parecía que Grecia podría ser forzada a salir de la zona euro. El nivel de depósitos se estabilizó en los dos años siguientes conforme el gobierno griego entró en el programa de rescate organizado por la troika -la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Una fuga adicional comenzó a principios de este año, tras la elección del gobierno liderado por Syriza.

El programa de rescate no tenía nada que ver con el alivio de la crisis económica griega. Más bien, fue una operación cuidadosamente ideada en el que las deudas de Grecia a las instituciones financieras privadas fueron transferidas al Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea. De los más de €200 mil millones otorgados, se estima que 11 centavos de cada euro en realidad fueron para financiar las operaciones del gobierno griego. El resto se utilizó en una serie de operaciones para pagar a los bancos privados y las instituciones financieras.

El pueblo griego fue obligado a pagar el precio, a través de la imposición de un programa de austeridad que llevó a la reducción de los salarios, el recorte de las pensiones y los servicios sociales vitales. La imposición de condiciones de depresión ha visto el producto interno griego reducirse en más del 25 por ciento.

Los datos del PIB muestran que cinco años después del inicio de la crisis, Grecia está en una situación peor que los Estados Unidos cinco años después del comienzo de la Gran Depresión de la década de los años 1930. Incluso si la economía griega estuviera creciendo al 2 por ciento anual -la tasa de crecimiento promedio para Europa antes de la crisis de 2008- se necesitaría 13 años sólo para volver a la posición que alcanzó en 2007.

Esta catástrofe económica y social fue la fuerza impulsora detrás de la elección del gobierno de Syriza el 25 de enero, bajo un compromiso para enfrentar el programa de austeridad de la troika y poner fin al empobrecimiento del pueblo griego.

Desde el primer momento, Syriza, con su líder Alexis Tsipras y el ministro de Finanzas Yanis Vourafakis jugando los papeles principales, se opusieron a la introducción de cualquier tipo de medidas contra la dictadura del capital financiero. Como reflejo de todas las posiciones políticas adelantadas por las pseudo-izquierdas en su hostilidad al marxismo, Vourafakis insistió en que una perspectiva socialista no sólo era completamente irreal, sino que sería abrir el camino a formas autoritarias e incluso fascistas de gobierno.

El liderazgo de Syriza, con el apoyo de los diversos grupos de la seudo-izquierda dentro de sus filas, alineado con grupos como la Organización Internacional Socialista en los EE.UU, promovió la ilusión de que sería posible asegurar el alivio de la deuda y otras concesiones a través de negociaciones y maniobras con la troika, mientras Grecia se mantenía dentro de la zona euro.
Esta perspectiva, que reflejaba los intereses económicos directos de los sectores de la burguesía griega y la pequeña burguesía representada en el liderazgo de Syriza, se basaba en dos premisas falsas.

La primera era que cualquier salida de Grecia de la zona euro podría causar tal grado de turbulencia financiera, golpeando directamente los intereses financieros de Alemania y de otros, que la troika se vería obligada a retirarse del borde del abismo. Esto ignoraba completamente el hecho de que las operaciones de rescate habían  liberado en gran medida los bancos privados y entidades financieras del impacto inmediato de un Grexit.

La segunda era que el gobierno sería capaz de enfrentar una contra la otra a las diferentes secciones de la burguesía europea y que la presión de la administración Obama, ansioso por no ver un colapso en Grecia y sus posibles efectos adversos para los intereses financieros norteamericanos, obligaría a la burguesía europea a cambiar de rumbo.

Sin embargo, esta evaluación ignoraba un hecho elemental de la política, de larga data en la economía política marxista. Mientras que varios sectores de la burguesía pueden tener diferencias entre sí en determinados momentos, reflejando los intereses de los diferentes sectores del capital que representan, a la hora de enfrentarse a la clase obrera, ellas unen sus fuerzas para luchar por los intereses del capital en su conjunto. Así ha resultado.

La fuerza impulsora detrás de la intransigencia del gobierno alemán, y su capacidad para ganar el apoyo del resto de las élites dominantes europeas, es el reconocimiento de que la guerra que se libra en Grecia es sólo una fase en la continua ofensiva contra la clase obrera a través de Europa. Cualquier vacilación en Grecia tendría grandes consecuencias en el resto del continente. Del mismo modo, el presidente Obama es consciente de que cualquier retroceso en Europa tendría un impacto significativo en los EE.UU.

La totalmente falsa evaluación de Syriza, basada en la perspectiva de las fuerzas sociales que representa, determino sus acciones desde el día que asumió el cargo. No hizo ningún preparativo para enfrentarse con la intransigencia de la troika, declarando después de cada bofetada en el rostro que un resultado negociado estaba a la vista con "nuestros colegas" en el liderazgo de la UE.

Mientras tanto, el capital continuó saliendo del país. De acuerdo con cifras de Münchau, además del dinero que salió entre 2010 y 2015, más de €50 mil millones salieron después de que Syriza asumió el cargo en enero.

Estas cifras, que cubren los depósitos bancarios, son sin duda una subestimación considerable de la fuga de capitales. Las corporaciones y los ultra-ricos tienen muchos mecanismos para la transferencia de dinero a través de las fronteras nacionales y colocarlo en refugios seguros, fuera del sistema bancario oficial.

El gobierno liderado por Syriza no tomó ninguna medida para hacerle frente a esta situación, que era evidente desde el principio, a través de los controles de capital u otras medidas. Tampoco trató de movilizar a la clase obrera griega, ni hizo un llamamiento a los trabajadores en Alemania y en toda Europa para lograr apoyo. Más bien le permitió a los sectores dominantes de la burguesía griega  devastar la economía y que montaran el escenario para enriquecerse en caso que Grecia fuera obligada a abandonar el euro y retornar a una moneda nacional, o algún sistema híbrido que implica la combinación de las dos.

Syriza ha hecho un llamado para votar por el "no" en el referéndum programado para el domingo. Esto, sin embargo, no tiene por objeto poner en marcha la lucha contra la imposición de la dictadura financiera. Tal y como lo ha dejado en claro Tsipras, la fracasada ruta de las llamadas "negociaciones" -en realidad, el proceso por el que Syriza se acomoda a las demandas crecientes de la troika- continuará, con el voto del "no" supuestamente colocando Grecia en una posición más fuerte para negociar.

Esta orientación no es el producto de la ignorancia o de la incapacidad de aprender las lecciones de los últimos cinco meses. Es una expresión del fundamento de clase y la orientación de Syriza y su liderazgo, que entiende que una verdadera lucha contra la dictadura financiera tiene implicaciones revolucionarias -una erupción de la clase obrera desde abajo. Esta es la perspectiva que temen por encima de todo.


El portal de la Red Socialista Mundial (WSWS) aboga por un "no". Ha insistido, sin embargo, que esto debe estar fundamentado en un punto de vista revolucionario, es decir, la lucha para tomar el poder político, a través del establecimiento de un gobierno de los trabajadores que tomará el control del sistema financiero y de las grandes empresas mercantes y otras corporaciones. Este objetivo  puede realizarse únicamente como parte de una lucha internacional basada en la movilización de la clase obrera en toda Europa contra la dictadura del capital financiero.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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