sábado, 12 de agosto de 2023

Hacia un régimen democrático o hacia una autocracia

En las calles de Guatemala reina el hambre y la tristeza. Son grandes contingentes de desempleados a quienes les aplican el eufemismo de subempleados o microempresarios. Guatemala es el reino del atropello, de la falta de libertades individuales y sociales. La libertad es lo que las personas humildes no saben qué es.

 

GUATEMALA: HACIA UN RÉGIMEN DEMOCRÁTICO
DE RECONSTRUCCIÓN NACIONAL O HACIA UNA AUTOCRACIA
DE DESTRUCCIÓN TOTAL DE LA NACIÓN



Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol

Esta Nación y este Estado ya no dan para más. Están destruidos. Son 14 millones de personas cercadas por la miseria, en el buen caso que el otro millón de personas se muevan en el estrato de capas medias y la oligarquía, visto, claro está, desde una perspectiva porcentual. En este pequeño territorio concurren de manera flagrante todos los demonios de la Caja de Pandora. Esto se registra de manera fría en gélidas estadísticas, las cuales no reflejan el dolor y la angustia humana real, cotidiana, que se mueve en cada hogar y en las calles donde la gran mayoría de personas luchan diariamente por su vida sin alcanzar el mínimo vital, es decir, el ingreso básico, que le permita a una familia comer modestamente. Ni soñar con la recreación, la salud, la vivienda o el trabajo pleno. Ni pensarlo.

En las calles de Guatemala reina el hambre y la tristeza. Son grandes contingentes de desempleados a quienes les aplican el eufemismo de subempleados o microempresarios. Guatemala es el reino del atropello, de la falta de libertades individuales y sociales. La libertad es lo que las personas humildes no saben qué es. Dan por sentado que el mundo fue diseñado por Dios y que la injusticia es lo más normal del mundo. Estas personas se debaten diariamente en un mundo sombrío y desesperado. Entienden que este mundo, que esta sociedad será siempre así. Una sociedad injusta donde los pobres deben sufrir y los ricos gozar. Les han prometido desde siempre otro mundo mítico donde los pobres serán felices. Tal la prédica de las sectas evangelistas que funcionan en Guatemala para el embrutecimiento colectivo.

Los politiqueros hacen lo mismo, como Sandra Torres, que embrutece a la gran mayoría de hambrientos con la cultura de la dependencia o sean las bolsas plásticas con harina, frijol, azúcar y otras cosillas más en los lugares donde el hambre apremia. Aquí casi nadie es feliz, excepto cuando ingenuamente se alegran las personas a sí mismas con pirotecnia. ¿Creería usted que en Guatemala hay personas que tienen por almuerzo dos o tres tortillas con sal? Así es. Eso ocurre. Somos los famélicos hijos del subdesarrollo propiciado por siglos por los Estados Unidos y sus frutos miserables como los bancos, los narcotraficantes, las sectas evangélicas fundamentalistas, las mafias de la política de derecha que ofrecen los de siempre: orden, trabajo y libertad. Enunciados rancios del Siglo de las Luces que nada dicen a las personas que han perdido la fe casi en todo.

Por ello, la emergencia intempestiva, un tanto inesperada, de un partido socialdemócrata como Semilla es, en efecto, una esperanza para los irredentos postergados de una nación llamada Guatemala, con una riqueza depredada por el capitalismo una y otra vez y sobrevive su naturaleza exuberante en las maravillas de las terquedades. Los frutos del subdesarrollo son el sinnúmero de universidades privadas donde se practica la seudociencia y donde la alta tecnología de que disponen no es otra cosa que expresión de atraso por una sencilla razón: no contribuyen a hacer de Guatemala un país mejor.

En esas “universidades” leer a Eduardo Galeano es como entrar a un mundo de marcianos. Son textos prohibidos o ignorados de manera deliberada. Como el texto escrito hace muchos años por Walter Rodney, historiador negro originario de Guyana y asesinado en 1980, intitulado: “De cómo Europa subdesarrolló a África”. Hoy que la Francia imperialista de siempre se apresta a llevar la guerra a Níger, para que se maten los hermanos del África Subsahariana, ese libro, aunque parezca increíble, está sancionado por el FBI y aparece en la búsqueda como un texto no disponible. El Index Vaticano (lista de libros prohibidos) en Estados Unidos es el índex del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos. La misma dependencia casi en toda América Latina. Es por ello que las estupideces tienen sus explicaciones, como la del presidente Lasso del Ecuador, quien abrumado por la muerte del candidato presidencial Villavicencio, le pidió ayuda para esclarecer el crimen al FBI. No se puede alegrar nadie por la muerte violenta de una persona, pero este anticorreísta jurado, cosecha lo que la derecha ecuatoriana ha sembrado.

En Guatemala, faltando ocho días para las elecciones del 20 agosto, el fantasma del comunismo anda suelto, sobre todo en los pequeños poblados y aldeas. Cunde el temor a estos seres infernales, ateos y materialistas, que gustan de comer bebés de seis meses asados, de incomparable sabor y que apetecen tanto los comunistas. Los comunistas quitarán casas, no importando si son de bajareque y techo pajizo. Guatemala es un total atraso. En todo. Al punto que los supuestos partidos de izquierda resultan ser de derecha y los antiguos combatientes marxistas, como decían los derechistas de Sandra Torres antes de la aparición de Bernardo Arévalo, resultan en la coyuntura de agosto de 2023 decididos y desembozados anticomunistas recalcitrantes y delirantes, agregando a su odio a los miembros de las comunidades homosexuales al afirmar esta señora de cara fea que “todos los dirigentes de Semilla son huecos”.

En Guatemala el realismo mágico es poca cosa. Aquí la fantástica sustituye a la realidad y la realidad no es realmente lo que parece. Guatemala está en este momento para edificar una democracia real, puesto que nunca ha existido. Todavía está lejana. Pero con Semilla se podría iniciar un proceso franco de reconstrucción nacional. Con la UNE estamos abocados a la destrucción nacional. Nos irá pasando lo que a Ucrania, que está a punto de desparecer por el avance ruso en los frentes de batalla, al este, y por la voracidad de países como la Hiena de Europa, Polonia, que se relame para tener entre sus fauces al occidente de Ucrania, que aducen son sus tierras históricas. Guatemala igualmente no sobrevivirá por la guerra desatada por los polítiqueros contra la Nación Guatemalteca. Pero el pueblo de Guatemala tiene la oportunidad de derrotar a las fuerzas de la oscuridad si lo acompaña el discernimiento político.

Ojalá así sea, porque futurología no podemos aplicar en análisis político, dado su naturaleza imprevisible y evasiva, pero hay algunas líneas, algunas guías de la realidad que nos hace pensar que el pueblo de Guatemala está agotado por la carencia de democracia y el 20 de agosto votará por la opción que verdaderamente le conviene. Así lo espero.




Publicado por La Cuna del Sol

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