sábado, 23 de marzo de 2024

Semana Santa en Guatemala

Hoy que empezó oficialmente el descanso de Semana Santa en algunas dependencias oficiales como el malhadado Congreso de la República de Guatemala o el Ministerio de Educación en sus diferentes niveles, el ambiente luce menos sobrecargado. Más tranquilo, más reposado y menos trepidante como lo es la vida en las pequeñas ciudades de un país llamado Guatemala.

 

SEMANA SANTA EN GUATEMALA:
UN REMANSO DE TRANQUILIDAD ENTRE LA LOCURA
DE LOS POLÍTICOS NACIONALES



Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol

Hoy que empezó oficialmente el descanso de Semana Santa en algunas dependencias oficiales como el malhadado Congreso de la República de Guatemala o el Ministerio de Educación en sus diferentes niveles, el ambiente luce menos sobrecargado. Más tranquilo, más reposado y menos trepidante como lo es la vida en las pequeñas ciudades de un país llamado Guatemala. Aquí casi todo luce mal: la economía, la seguridad (pese a las estadísticas oficiales del Ministerio de Gobernación que afirma que hay una lucha frontal contra la delincuencia), la salud, con medicamentos cuyos precios ahora sí son inalcanzables para la mayoría de los ciudadanos, el sistema educativo en sus diferentes niveles que nos da como resultado de un ciclo de 11 o 12 años, muchachos, casi todos; incompetentes. Pero eso sería lo de menos, no da seres humanos sin ninguna pericia, eso sí, mal educados en todos los sentidos: no ven el trabajo como un valor, ni la gentileza como una actitud permanente.

Aquí los jóvenes son atorrantes sin remedio que quieren vivir bien sin trabajar y nadie, como en nuestros años de jóvenes, va a la panadería a comprar una bolsa de pan porque eso es denigrante para sus distinguida personas. Y algo que pone los pelos de punta de la mala educación: es ofenderlos gravemente si se les pide coger una escoba y barrer. Eso sí que no es con ellos, ni tampoco arreglar sus camas luego de levantarse de dormir a las ¡once de la mañana! ¿Tendrá futuro este país con esa clase de personas? No lo creo. Están prestos para reproducirse dejando una descendencia peor que ellos.

Por eso estos días la gente se refugia en sus casas, no porque les guste el recogimiento y la meditación, sino porque los quetzales se han vuelto un bien muy escaso. Ya no se puede ser realista en este país o con sentido de clase. Las personas de los sectores populares no calzan zapatos modestos solo de marca, aunque muchas veces no se sabe si son adquiridos con grandes sacrificios por madres consentidoras o se los han robado. Es común ver a personas de los sectores populares en coches de alta gama, pero resulta que a los días son capturados por la policía porque los autos son adquiridos por medios ilícitos.

Sumado a la delincuencia común está la delincuencia de cuello blanco y la delincuencia política. Los políticos, sobre todo, son delincuentes debidamente entrenados en malas artes. Casi no hay quien se salve y lo mínimo que puede ocurrir como falta o colisión de la ética es que son oportunistas. Sujetos sin ideales que se suben a cualquier coche que insinúe la mínima posibilidad de salir adelante. Los principios en países como Guatemala se van extraviando porque se consideran los ideales, el ideario de alguien, como una virtual pendejada. La cima de la mala educación son los políticos. Dan miedo. Aterra oírlos hablar y exponer sus ideas.

Gore Vidal, un escritor norteamericano, siempre se preguntó porque en los Estados Unidos siempre llegan al poder los individuos de la peor categoría. Para un ejemplo están Biden y Trump. Eso se aprendió en Guatemala, que un político no es un hombre de Estado sino un pillo de siete suelas que le quita a cualquiera el calzoncillo sin quitarle el pantalón. Así es la fauna politiquera de Guatemala, con los peores ejemplos aquí en Jutiapa. Por eso la Semana Santa es una manera de respirar un aire menos enrarecido, más limpio. No queremos los guatemaltecos saber nada de ellos por estos diez días. ¿Y para qué? No hacen la mínima falta. Nadie los extraña y nadie derramará una lágrima si algún politiquero deshonesto de Guatemala fallece. De veras, es un gran alivio no saber de ellos.




Publicado por La Cuna del Sol

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