Estimado público lector, a continuación y
tratando de hacer efectivos los postulados que son la razón de la existencia de
este modesto espacio de opinión, La Cuna del Sol, nos permitimos el honor de
introducir ante ustedes al Rvdo. Padre, Victor Manuel Ruano, quien oficia como
cura párroco en la Iglesia San Cristobal
de la Ciudad de Jutiapa, Jutiapa. El es sin duda una de las voces más
destacadas, críticas y combativas, de todas las irregularidades, las
arbitrariedades y de todo lo nocivo de las prácticas de quienes en su afán de
servir a sus propios intereses, desatienden u olvidan los intereses de las mayorías,
el pueblo, quien quizás ingenuamente les ha conferido el mandato para GOVERNAR.
Quo Vadis, Guatemala? o Hacia Donde Va Guatemala? es el título de la nota que a
continuación publicamos, misma que ya fue publicada en el diario Prensa Libre,
en donde el Padre Víctor Manuel Ruano contribuye regularmente con sus opiniones
escritas. Además el Padre Ruano publica el Boletín el Mensajero Eclesial.----Marvin Najarro
¿Quo vadis, Guatemala?
Con un soldado partícipe de la guerra
interna o un negociante megalómano. Ambos neoliberal-capitalistas
Víctor
M. Ruano P.
A una década del bicentenario de la Independencia
nos preguntamos: ¿hacia dónde va Guatemala?,
sobre todo con las autoridades elegidas,
aún sabiendo que tendremos como Presidente un militar que participó
activamente en el conflicto armado interno y fue formado en la doctrina de la
Seguridad Nacional o un joven empresario neoliberal-capitalista dedicado al
comercio y al negocio de la política, además de ser megalómano.
Cabe también cuestionarse sobre la insensatez o
sabiduría del 36 y del 23 por ciento de los guatemaltecos, que nos pusieron a
más de siete millones en la disyuntiva de elegir entre un soldado o un
negociante de diversas mercancías. ¿Cuál de estos señores darán la talla del estadista demócrata y capaz que la nación
requiere en esta hora histórica de grandes desafíos y transformaciones radicales?
O ¿son figuritas inventadas en las salas del marketing publicitario donde
forjan mercaderes de la política con las miserias y carencias de un pueblo
pobre y sufrido al que siempre engañan con mentiras y espejitos tirados a
granel?
Me identifico con la afirmación del nobel de las
letras peruanas, Mario Vargas Llosa, ante las elecciones de su país este año,
pues también nos tocará la desgracia de “elegir entre el cáncer y el sida”, a
causa de una Ley Electoral caduca, de un sistema de partidos políticos podrido
y un Tribunal Supremo Electoral endeble. A ello se suma una clase política, en
su mayoría corrupta y ambiciosa que no le importa nada la situación real de la
población, una sociedad indiferente que no ha desarrollado la cultura de la
fiscalización de sus autoridades, y un cristianismo, tanto en su versión
protestante como católica, que no madura en su compromiso social ni en la
relación entre fe y política.
La situación se agrava cuando vemos que en cada
elección se juegan su hegemonía los distintos grupos de poder económico y
político que siempre han condicionado negativamente el avance de la nación y
han obstaculizado su desarrollo humano y social; estos grupos oligárquicos cada
4 años pelean como perros alrededor de un hueso lo que dicen les corresponde.
¿A dónde va Guatemala?, si en sus municipios se
fraguan pequeñas mafias que favorecen la corrupción con la “obra gris” de cada
4 años, con el tráfico de personas, de armas y de droga; se forman bandas dedicadas al contrabando,
secuestros y extorsiones ante la mirada complaciente de autoridades y la
actitud temerosa de ciudadanos; y donde políticos locales se arriman
servilmente a viejos zorros de la política
ya incrustados en el Estado, que los usan como mandaderos.
Qué destino promisorio le depara a una nación, si en
sus departamentos se forman roscas de diputados tránsfugas o clanes familiares
que manejan a su antojo el presupuesto asignado por el Estado, que interfieren
en la aplicación de la justicia, que compran operadores de las comunicaciones sociales
y dan migajas a organizadores de ferias y campeonatos deportivos, entre otras
“vainas”, propias para los incautos.
Todo proceso electoral y democrático deberá
desembocar en un proyecto al servicio de la nación y no de intereses de partidos y grupos oligárquicos.
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