La obsecuencia con el
imperio paga bien
MICHELLE BACHELET Y SU
NUEVO CARGO EN LA ONU
Por Manuel Holzapfel G.
Como era de esperar, EEUU premió nuevamente a Michelle Bachelet con un
importante cargo en una de sus entidades de fachada. El imperio suele ser
magnánimo con aquellos que por acción u omisión se someten a las políticas que
impone para salvaguardar sus intereses en el mundo.
En 2010, recién concluido su primer gobierno, Bachelet fue nombrada
directora de ONU Mujeres, entidad encargada de velar por la Igualdad de Género
y el Empoderamiento de la Mujer, cargo que desempeñó sin pena ni gloria hasta
que decidió participar en la campaña presidencial de 2013. Ahora, terminado su
segundo mandato, ha sido designada como Alta Comisionada de los Derechos
Humanos en Naciones Unidas.
Sabemos bien que los organismos de derechos humanos manejados por EEUU
cumplen un rol activo al servicio de las políticas imperialistas, y que por
tanto, Bachelet era la candidata ideal. Son innumerables las razones objetivas
que demuestran que no tiene la calidad moral para ostentar un cargo relacionado
con la defensa de los derechos humanos, pero paradojalmente, esas mismas
razones objetivas, explican la confianza que deposita una vez más en ella el
imperialismo norteamericano.
En el ámbito de los derechos humanos, a pesar de ser víctima directa de la
violencia en la dictadura pinochetista, su compromiso y aporte en la materia
durante sus gobiernos fue prácticamente nulo. En su primer mandato aplicó la
Ley Antiterrorista de la dictadura contra el pueblo mapuche y reprimió con
violencia la justa lucha de ese pueblo por recuperar su territorio. En ese
período fueron asesinados por personal de carabineros los mapuche Matías
Catrileo, Johnny Cariqueo y Jaime Mendoza Collio, crímenes que hasta la fecha
siguen impunes.
En 2013, durante la campaña presidencial, la ahora flamante Alta
Comisionada de los Derechos Humanos en Naciones Unidas reconoció que fue un
error aplicar la Ley Antiterrorista y aseguró que no volvería a utilizarla si
era elegida presidenta de la república nuevamente. También prometió un nuevo
trato para el pueblo mapuche.
Una vez en el gobierno, la Alta Comisionada olvidó sus promesas y aplicó
nuevamente la Ley Antiterrorista contra el pueblo mapuche. La policía reprimió
brutalmente en las comunidades, violentando incluso a niños y ancianos. En
septiembre de 2017, casi al final de su mandato, la Unidad de Inteligencia
Operativa Especial de Carabineros, dependiente del Ministerio del Interior,
detuvo a ocho mapuche acusados de asociación ilícita terrorista.
Una Investigación posterior, determinó que la unidad de carabineros manipuló
las pruebas incriminatorias, a través de la intervención fraudulenta de
mensajes telefónicos de los acusados. El gobierno de Bachelet no sólo dio luz
verde a esta operación, además la validó comunicacionalmente como un éxito en
la lucha contra el terrorismo en la araucanía. Que en la realidad no es más que
la prolongación de la brutalidad y el racismo del Estado chileno al servicio de
las empresas forestales enquistadas en territorio mapuche.
Pero Bachelet no sólo no cumplió con los mapuche. También prometió en 2015
a Carmen Gloria Quintana, quien fue quemada por una patrulla militar en 1986
junto a Rodrigo Rojas de Negri, que falleció en ese atentado estatal, que
cerraría Punta Peuco, la cárcel “cinco estrellas” donde los genocidas de la
dictadura gozan de toda clase de privilegios. La Alta Comisionada de los
Derechos Humanos en Naciones Unidas, tampoco cumplió la promesa que hizo a la
víctima de uno de los crímenes más horrorosos de la dictadura.
Sin embargo, no es el accionar en el ámbito de los derechos humanos, el que
le ha granjeado a Bachelet, la “simpatía y el aprecio” del imperio. Es su rol
de gendarme y garante del modelo de acumulación capitalista que implantó EEUU
en Chile en 1973. Al igual que Patricio Aylwin, Eduardo Frei, Ricardo Lagos, y por
cierto Sebastián Piñera, ha jugado un rol central en la legitimación y
administración del modelo. Michelle Bachelet en sus dos gobiernos no tomó una
sola medida que pusiera en peligro los intereses de los grupos económicos
nacionales y transnacionales, y mucho menos del imperialismo norteamericano.
Ganó las elecciones de 2013 en forma abrumadora y contó con mayoría
absoluta en el parlamento, pero aun así no realizó las reformas y cambios
prometidos. Nunca tuvo la voluntad real de hacer nada que significara un riesgo
para el sistema. Quienes realizan cambios estructurales no reciben premios del
imperialismo. Por el contrario, en el empeño muchas veces se les va la vida,
como a Salvador Allende, o son víctimas de atentados como Nicolás Maduro.
Por el contrario, Bachelet además de defender el sistema, ha tenido una
actitud pusilánime frente a la agresión imperialista en Venezuela. No trepidó
en coludirse con los gobiernos más corruptos de América Latina y ponerse al
servicio de una eventual intervención del imperio, que busca como lo hizo ayer
en Chile, apoderarse de las mayores reservas de petróleo del planeta y destruir
el proceso chavista. La recién designada Alta Comisionada de los Derechos
Humanos en Naciones Unidas sabe muy bien que en ese tipo de operaciones, para
EEUU los derechos humanos no existen. ¿Qué hará? ¿Guardará silencio cómplice
como hasta ahora?
Lo cierto, es que las reiteradas “distinciones” del imperialismo a
Bachelet, serán su peor martirio. Será recordada en la historia de América Latina
como la definió la feminista boliviana María Galindo, quien se refirió a ella
como la "mujer disciplinada que recibe premios, que recibe aplausos por no
incomodar a nadie. Que representa a las que no tienen desesperación ni pasión
por el cambio de nada. No nacionalizó la educación privada, ni frenó la usura
bancaria contra los y las estudiantes. Ella no dialogó con los y las mapuche,
ni les preguntó sus nombres. Ella no devolvió el mar a Bolivia. No tomó ni una
sola medida histórica. No tomó ni un solo riesgo, no representó ni una sola
amenaza para el Chile de las élites y las transnacionales. Su collar de perlas
parece representar mejor su ideología que el nombre de su partido, que es la
izquierda que parece derecha”.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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