Mientras estaba en un campo
de golf en agosto de 2017, Trump les dijo a los periodistas: “Tenemos muchas
opciones para Venezuela, este es nuestro vecino. Estamos en todo el mundo y
tenemos tropas en todo el mundo en lugares que están muy, muy lejos. Venezuela
no está muy lejos y la gente está sufriendo y muriendo. Tenemos muchas opciones
para Venezuela, incluida una posible opción militar, si es necesario”.
VENEZUELA Y EL PROBLEMA PARA
LA CASA BLANCA DE TRUMP
Por Maximilian C. Forte
En todo caso, el problema es que la estrategia del "golpe lento"
parece estar aumentando la frustración en las filas tanto de la oposición
venezolana como de la Casa Blanca. ¿Durante cuánto tiempo puede el gobierno de
EE.UU tolerar que se ignoren y “desafíen” sus órdenes? Cuanto más tiempo
continúe, mayor será la posibilidad de que Trump pierda credibilidad, en un
momento político delicado de las próximas elecciones presidenciales de Estados
Unidos y cuando ya ha perdido bastante credibilidad. Esta es una persona que
durante mucho tiempo se jactó de que su administración estaría
"ganando" asiduamente, ganando tanto que sus partidarios se cansarían
de tanto ganar. ¿Qué es lo que ha ganado Trump con Venezuela? Si Trump,
simplemente deja que las cosas sigan como hasta ahora, Venezuela podría
aprender a sobrevivir a las sanciones de la misma manera que otros Estados también
han aprendido a sobrevivir con ellas. Venezuela todavía tiene algunos amigos
poderosos: China, India y Rusia principalmente. Venezuela no está bajo un
régimen de sanciones internacionales aprobado por la ONU, como Irak, Corea del
Norte e Irán. Venezuela aún tiene espacio para maniobrar, e incluso un IOU
(documento de deuda) puede cargar mucho peso si se basa en la posesión de las
reservas probadas de petróleo más grandes del mundo. Además, las fuerzas
armadas de Venezuela han declarado su lealtad al presidente Maduro. La
oposición llevo a cabo débiles esfuerzos legalistas para ganarse el apoyo militar
(básicamente prometiendo, únicamente, no "procesar" a los militares
por apoyar al gobierno legítimo), pero esto fue un fracaso desde el principio.
Mientras tanto, los militares realizaron importantes ejercicios bajo la
dirección del gobierno de Maduro. Los militares continuaron realizando extensos
ejercicios del 10 al 15 de febrero, preparándose para una contra-invasión. A
este ritmo, Trump podría entrar en la campaña electoral de 2020 con Maduro aún
en el poder en Venezuela, y los oponentes de Trump ridiculizándolo por su
fracaso: mucho ruido y pocas nueces, y nada más que promesas vacías.
La otra opción, por supuesto, la que Trump repite con frecuencia que está
siempre "en discusión", es la intervención militar de los EE.UU en
Venezuela. Esta sería la primera guerra de Trump que se agrega a la lista de
las guerras actuales de los Estados Unidos. Ahora parece que hay una línea
recta, una continuidad que va desde George W. Bush a Barack Obama y ahora Donald
Trump, especialmente en lo que respecta al cambio de régimen en Venezuela.
Trump, quien a veces finge una gran molestia por el "legado de
Obama", y el cual pretende querer destruir, está muy ansioso por apuntalarlo
en Venezuela. La única "emergencia nacional" acerca de la cual nadie
amenaza con demandar a la Casa Blanca, una "emergencia nacional"
decretada por Obama y aún vigente, es la que clasifica a Venezuela como una
"amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política
exterior de los Estados Unidos”. A su salida, Obama renovó y extendió esa misma
"emergencia nacional", y Trump fielmente recogió la batuta. Sin
embargo, Venezuela nunca ha amenazado a los Estados Unidos y el Congreso de los
Estados Unidos no ha autorizado ninguna acción militar en Venezuela. ¿Se
mostrará Trump renuente con respecto a la usurpación de la autoridad al
continuar expandiendo el poder ejecutivo de la presidencia imperial? Si lo
hace, otra acusación se añadirá durante la campaña de 2020: que él es
autoritario. No solo autoritario, sino también responsable de iniciar una nueva
guerra, impopular y costosa, una guerra ilegal. Lejos de terminar con los
"enredos en el extranjero" y
las cruzadas de "construcción de naciones", Trump les habrá sumado.
Esto significaría entonces que la presidencia de Trump tiene la última palabra.
Arrastrando una larga racha de fracasos y promesas incumplidas, Trump
estaría entrando en la campaña presidencial de 2020 (si su administración puede
sobrevivir todo ese tiempo), con una nueva guerra en los hombros de los estadounidenses.
¿Cansados ya de tanto "ganar"?
En cierta medida, Trump se ha creado esta situación. Si él deja de hacer
algo más, y Maduro sobrevive, Trump queda en entredicho. Además, Trump ya ha
causado la perdida de petróleo venezolano para una amplia gama de refinerías de
petróleo con sede en Estados Unidos y empresas navieras transnacionales, amén
de los miles de millones de dólares que evaden el sistema financiero
estadounidense, y ya se está hablando de abrir el grifo de la reserva nacional
de petróleo. Sería una situación en la que Trump termine con menos de lo
esperado que si no hubiera dicho nada sobre la presidencia de Maduro –una
derrota incuestionable. Por otro lado, si Trump elige la opción militar, aparte
de que Estados Unidos enfrenta una posible derrota, como ha sucedido
regularmente desde Vietnam, la reacción política en el país sería devastadora. Entonces,
¿cuál es la salida para Trump?
El siguiente paso de Trump
Hay dos pistas importantes que sugieren que Trump elegirá ir a la guerra
contra Venezuela. Una es una pista exterior, y la otra es doméstica. La primera
pista es que es probable que el 23 de febrero sea el punto de inflexión. Los
Estados Unidos y sus instrumentos venezolanos están construyendo una situación
que podría ser utilizada para provocar la intervención armada de los Estados
Unidos: un inocente convoy de ayuda humanitaria, acogido por civiles inocentes
amantes de la democracia en Venezuela, masacrados sin piedad por las fuerzas de
la "brutal dictadura". No solo EE.UU está listo para sacrificar vidas
venezolanas, es probable que también esté dispuesto a sacrificar la vida del
personal de USAID que se encuentra actualmente en Cúcuta, Colombia (pobres
tontos, es mejor que pongan en orden sus pólizas de seguro de vida). Tiene que
ser el tipo de evento que provoque que la mayoría de los estadounidenses
horrorizados exijan justicia inmediata. No sé si esto puede funcionar, o si sucederá,
especialmente porque el gobierno venezolano hasta el momento se ha destacado
por actuar calmadamente y por ser más astuto que la oposición.
La segunda pista, de carácter doméstico, es que Trump, con la ayuda de Fox
News, Breitbart y varios medios alternativos de derecha, recientemente decidió
declarar la guerra al socialismo en su propio territorio. La única manera de
que Trump venda su guerra en Venezuela es vinculándola simultáneamente a una
guerra en su propio país. De esa manera, Trump puede mostrarse ante los
disminuidos grupos de simpatizantes y pretender que su política en Venezuela es
lo que ellos quieren y necesitan: un mundo libre de socialismo.
De esta manera, la imagen de "Venezuela" está siendo
instrumentalizada para ser usada contra los "enemigos domésticos",
sugiriendo la existencia de un vínculo entre los dos, y la evidencia de eso
viene directamente del propio Trump. En su discurso sobre el "Estado de la
Unión" del 5 de febrero de 2019, Trump dijo lo siguiente sobre Venezuela
justo antes de volver su atención en los Estados Unidos:
“Hace dos semanas, los Estados Unidos reconocieron oficialmente al gobierno
legítimo de Venezuela (aplausos) y a su nuevo presidente, Juan Guaidó.
(Aplausos.) Estamos con el pueblo venezolano en su noble búsqueda de libertad,
y condenamos la brutalidad del régimen de Maduro, cuyas políticas socialistas
han llevado a la nación más rica de Sudamérica a un estado de pobreza y
desesperación abyectas. (Aplausos.)
Aquí en los Estados Unidos, estamos alarmados por los llamados a adoptar el socialismo en nuestro
país..."
Después de escuchar el discurso, la progresión de Venezuela al socialismo
en los Estados Unidos fue rápida y sin
complicaciones: era inconfundible que el vínculo sugerido entre los dos se
planeó de manera deliberada. Para mayor aplauso, incluso de algunos demócratas,
Trump añadió: "Esta noche, renovamos nuestra determinación de que Estados
Unidos nunca será un país socialista". Lo que no escucharon, y que
deberían haberlo hecho, si realmente escucharon con atención, fue la declaración
de guerra de Trump contra Venezuela.
Venezuela: Trump tiene la última palabra
Al revisar las posiciones de Trump en política exterior durante las últimas
tres décadas, hubo una pieza de evidencia vital que pasé por alto o de cuya
importancia simplemente no me di cuenta (y como no he visto los análisis al
respecto en ninguna otra parte, parece que todos también lo pasaron por alto).
Si bien Trump puede parecer que está en contra de las "guerras sin
fin", los "enredos en el extranjero", la "construcción de
la nación" y el derrocamiento de los regímenes extranjeros que involucra a
los Estados Unidos en asuntos que no le conciernen, y mientras predica el
respeto por la "soberanía" y promete no imponer "valores estadounidenses"
en otras naciones –todas posiciones aparentemente excepcionales para un
presidente estadounidense, lo suficiente como para que lo califiquen de
"aislacionista"– todo esto está condicionado por un factor clave: distancia / proximidad.
Si una nación, como potencial objetivo, está "muy lejos", por
ejemplo, Afganistán y Siria, entonces es incorrecto que Estados Unidos se
involucre. Sin embargo, si la nación está "cerca" de los EE. UU, es
decir, de todas las naciones del hemisferio occidental, entonces es correcto
que EE.UU intervenga, porque en áreas cercanas a su territorio, los EE.UU, tiene
una "responsabilidad especial". Es un reclamo de propiedad y es un
retorno a la geopolítica neocolonial clásica de la Doctrina Monroe (y Trump
citó formalmente a Monroe en su discurso de 2018 ante la Asamblea General de la
ONU).
La evidencia de esta noción de una "responsabilidad especial" vinculada a la proximidad, proviene
del propio Trump. Mientras estaba en un campo de golf en agosto de 2017, Trump les
dijo a los periodistas:
“Tenemos muchas opciones para Venezuela, este es nuestro vecino. Estamos en
todo el mundo y tenemos tropas en todo el mundo en lugares que están muy, muy
lejos. Venezuela no está muy lejos y la gente está sufriendo y muriendo.
Tenemos muchas opciones para Venezuela, incluida una posible opción militar, si
es necesario”.
El vicepresidente Mike Pence reiteró esta explicación a Fox News,
respondiendo a una pregunta sobre por qué Trump está retirando tropas de Siria
y Afganistán mientras interviene en Venezuela.
“El presidente Trump siempre ha tenido una opinión muy diferente sobre
nuestro hemisferio…hace rato que entendió que los Estados Unidos tiene una
responsabilidad especial a la hora de apoyar y promover la democracia y la
libertad en este hemisferio lo cual es una tradición de larga data”.
Hablando sin discreciones (para variar), el asesor de seguridad nacional,
John Bolton, ofreció una confirmación adicional: “El hecho es que Venezuela
está en nuestro hemisferio. Creo que en este caso tenemos una responsabilidad
especial, y creo que el presidente está muy convencido al respecto”.
Trump considera a América Latina como el "patio trasero" de los
Estados Unidos, por consiguiente la soberanía no se aplica a los Estados del
Hemisferio Occidental. Pero si Trump no respeta la soberanía de los
latinoamericanos, entonces ¿por qué deberían ellos, a su vez, respetar las
fronteras soberanas de los Estados Unidos? Si la soberanía no se aplica a las
relaciones entre los Estados de las Américas, entonces los latinoamericanos
deberían descartar la soberanía de los EE.UU y libremente transitar a través de
la frontera sur de los EE.UU. Donde no haya igualdad y reciprocidad, entonces la
invasión y la contra invasión tendrán que ser lo correcto.
Si la distancia/proximidad es un
factor que limita, incluso contrarresta el alcance del supuesto anti
intervencionismo de Trump, la civilización
es otro. En un viaje a Polonia en julio de 2017, Trump pronunció un
controvertido discurso que muchos entendieron, con razón, como una defensa
clásica de la "Civilización Blanca, Occidental, Cristiana":
"... nunca olvidaremos quiénes somos... los estadounidenses nunca lo olvidarán.
Las naciones de Europa nunca lo olvidarán. Somos la comunidad más avanzada y la
más grande. No hay nada como nuestra comunidad de naciones. El mundo nunca ha
conocido algo semejante a nuestra comunidad de naciones. Escribimos sinfonías.
Buscamos la innovación. Celebramos a nuestros antiguos héroes, abrazamos
nuestras tradiciones y costumbres eternas, y siempre buscamos explorar y
descubrir nuevas fronteras. Premiamos la brillantez. Nos esforzamos por
alcanzar la excelencia y apreciamos obras de arte inspiradoras que honran a
Dios. Valoramos el Estado de derecho y protegemos el derecho a la libertad de
opinión y la libre expresión... Eso es lo que somos. Esos son los lazos
invaluables que nos unen como naciones, como aliados y como civilización”.
Reflexionando sobre esto, argumenté en otra parte que, "Trump respeta
la soberanía solo para aquellos calificados para poseerla: Las naciones
cristianas occidentales blancas, en términos generales". Observé que Trump
mostraba el mayor respeto por las naciones que están vinculadas a los EE.UU a
través de la herencia cultural, "pero donde falta la afinidad cultural,
Trump elige, el “dinero en abundancia”, como sustituto materialista favorito de
los estadounidenses. Trump, por lo tanto, tiene respeto por las naciones
europeas más Israel (es decir, Euro-América en Oriente Medio), pero también por
China, Japón y Arabia Saudita –ese el mapa del mundo de Estados soberanos de
Trump. El resto del mundo está habitado por lo que él, sin reservas, llama
"animales" y "monstruos", naciones de mierda, generalmente
gobernadas por "dictadores brutales" –esta es la frontera neocolonial
salvaje: es el mundo más allá de la civilización.
Es fuera del dominio de la lógica de Trump donde encontramos que la
supuesta postura anti intervencionista de Trump sobre Siria y Afganistán, choca
directamente con sus acciones contra Venezuela e Irán, un hecho que muchos
otros, además de mí, han señalado. (Excepto que Irán no encaja dentro de la
lógica de Trump, tal y como se ha descrito arriba, lo que demuestra que no es
una lógica en absoluto). En el mundo de lo críticamente racional, donde la
gente lucha por entender la realidad y no
negarla, donde es necesario explicar las contradicciones, incluso si no
se pueden reconciliar, Venezuela, en virtud de lo anterior, será la decisión
final de Trump, especialmente si ocurre una guerra. Lee cada oración a la
izquierda, y luego interponer la palabra a la derecha como un correctivo:
La posición explícita de
Donald Trump (Mito)
|
La Palabra Final (Realidad)
|
"Buscaremos amistad y
buena voluntad con las naciones del mundo" ...
|
Venezuela
|
"No buscamos imponer
nuestro modo de vida sobre nadie" ...
|
Venezuela
|
"Cada nación del mundo
debe decidir por sí misma qué tipo de futuro quiere construir para su
gente" ...
|
Venezuela
|
"Estados Unidos siempre
elegirá la independencia y la cooperación sobre la gobernanza global, el
control y la dominación" ...
|
Venezuela
|
“Honro el derecho de cada nación
en esta sala de perseverar en sus propias costumbres, creencias y
tradiciones. Los Estados Unidos no le dirán cómo vivir, trabajar o adorar
"...
|
Venezuela
|
“En todo el mundo, las
naciones responsables deben defenderse contra las amenazas a la soberanía, no
solo de la gobernanza global, sino también desde otras nuevas formas de
coerción y dominación” ...
|
Venezuela
|
"Aquí, en el hemisferio
occidental, estamos comprometidos a mantener nuestra independencia frente a
la intrusión de las potencias extranjeras expansionistas" ...
|
Venezuela
|
“Las naciones soberanas e
independientes son el único vehículo donde la libertad ha sobrevivido, la
democracia ha resistido o la paz ha prosperado. Y por eso debemos proteger
nuestra soberanía y nuestra preciada independencia sobre todo "...
|
Venezuela
|
“Las naciones fuertes y
soberanas permiten que diversos países con diferentes valores, diferentes
culturas y diferentes sueños no solo coexistan, sino que trabajen lado a lado
sobre la base del respeto mutuo” ...
|
Venezuela
|
"... ustedes, como los
líderes de sus países pondrán, y deberían poner siempre a sus países
primero" ...
|
Venezuela
|
"Los Estados Unidos de
América han estado entre ... los más grandes defensores de la soberanía"
...
|
Venezuela
|
"Vamos a tener que
dejar de ser los policías del mundo" ...
|
Venezuela
|
“Los Estados Unidos no
pueden seguir siendo el policía del mundo. No queremos hacer eso
"...
|
Venezuela
|
“Ahora es el momento de
traer a nuestras tropas de regreso a casa. ¡Detener las guerras sin
fin! ”…
|
Venezuela
|
Antes de ser elegido presidente, Trump habló específicamente sobre
Venezuela y Hugo Chávez en breves comentarios al Miami Herald, diciendo: “Sus
líderes no son muy amigables con nuestros líderes. Pero, por supuesto, nuestros
líderes no se llevan bien con mucha gente... ". Sobre Chávez, dijo:"
Tenía algunas opiniones, algunos opiniones muy fuertes, y representaba a mucha
gente, a muchos personas que habían sido olvidadas”. Sin embargo, incluso
entonces, Trump hizo comentarios que sugerían que quería involucrarse en los
asuntos de Venezuela. Su deseo se ha hecho realidad, pero es Venezuela la que tendrá la última palabra.
Traducción parcial de la versión original en inglés publicada en el portal Zero
Anthropology
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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