La
«nueva estrategia» de la derecha guatemalteca no es sino una nueva edición de
la receta utilizada para estimular el odio y justificar las acciones gringas
contra Guatemala, en 1954; Chile, en 1973, y Cuba, de 1959 a la fecha. «El
socialismo crea pobreza»; «Venezuela se está muriendo de hambre» o «Guatemala
corre el peligro de ser otra Venezuela».
EL PAVOR CHAPÍN AL CHAVISMO
Por Edgar Rosales
A nadie que recuerde los crudos episodios de la Guerra Fría puede extrañar
las reacciones descalificadoras de los ultraconservadores chapines hacia el
socialismo del siglo XXI en Venezuela. Ante la incapacidad manifiesta de
construir un argumentario racional y analítico, lo que proliferan son las
falsedades, la magnificación de los problemas de aquel país y las cada vez más
descaradas genuflexiones hacia el imperialismo norteamericano.
Y es que, tal como ocurrió en esa etapa histórica mencionada, la «nueva estrategia»
de la derecha guatemalteca no es sino una nueva edición de la receta utilizada
para estimular el odio y justificar las acciones gringas contra Guatemala, en
1954; Chile, en 1973, y Cuba, de 1959 a la fecha. «El socialismo crea pobreza»;
«Venezuela se está muriendo de hambre» o «Guatemala corre el peligro de ser
otra Venezuela».
Con tan deplorable pobreza conceptual, es imposible que alguna vez se
mencione las realidades que oculta CNN, como la inversión social de 74.1 %
en el 2018, los dos millones de familias que han adquirido vivienda y los más
de siete millones de estudiantes matriculados. Y jamás dirán que Venezuela es
uno de los cinco países de la región con las cifras más bajas de desnutrición
infantil en menores de cinco años.
Sin embargo, lo impresionante no es que la élite de la derecha desempolve
sus viejos fantasmas. Tampoco es novedoso que la mayoría de medios de
comunicación nacionales –ante la evidente falta de recursos intelectuales– se
suban a ese barco a repetir cerrilmente el mismo discursillo, como lo hicieron
también durante la guerra interna. Así se trate de Prensa Libre, elPeriódico, República
Gt o Guatevisión, la monótona, superficial e irreflexiva
pieza se repite ad nauseam, para recalar en la psiquis de las masas
urbanas iletradas como verdades incuestionables.
Precisamente, elPeriódico –un diario que se ha decantado
sin rubor hacia el neoliberalismo– publicó hace unos días, por quinta o sexta
vez, una gema editorial titulada Guatemala se salvó del
chavismo, la cual ilustra
la estulticia de sus autores, porque en dicha pieza no se encuentra argumento
alguno que respalde tan peregrina hipótesis.
Como es sabido, el editorial recoge la posición oficial del medio frente a
un determinado tema o problema. En este caso, el editorialista (probablemente
Mario Fuentes Destarac) señala con peculiar extravagancia que «el chavismo
pretendió implantarse en Guatemala bajo el régimen de Álvaro Colom (2008-12),
de corte populista autoritario (¿?) (…) intentó, con ahínco, incorporar a
nuestro país al programa Petrocaribe, que es la alianza petrolera con el
Bolivarianismo Venezolano (sic)».
elPeriódico omite que jamás se impuso la condición de
que Guatemala formara parte del ALBA. Petrocaribe era una ayuda social del
régimen de Chávez. Parece que también se ha olvidado la crisis económica
mundial del 2008, que en Guatemala empezó a manifestarse con un alza desmedida de
precios de los combustibles, debido a que el barril de crudo rebasó los USD 150
y ello condujo a pensar en Petrocaribe.
No obstante, tal ayuda no fue necesaria, porque esta solo entraba en vigor
en caso de que los precios internacionales mantuvieran su conducta alcista, lo
cual finalmente no ocurrió. ¿Dónde, entonces, el «peligro» del chavismo?
Ante lo flojo del planteamiento, al editorialista no le quedó sino hacer
una lista de temas intrascendentes o manipulados, que supuestamente
«explicarían» las intenciones socializantes del gobierno de Colom, siendo
algunas de estas:
«Se duplicó el endeudamiento público»
La oligarquía alegó la caída de ingresos a causa de la mencionada crisis
del 2008, como argumento para negarse a pagar tributos y fue necesario equilibrar
las finanzas públicas.
«Se despilfarró a manos llenas en “clientelismo
político”»
Esta opinión revela el carácter clasista del autor. Sería imposible esperar
que señalase, por ejemplo, cuántas personas lograron ir a la escuela, gracias a
la ayuda directa del Estado y cuántas más salvaron la vida, gracias a la
intensa acción en salud. Y quizá si el hambre de los sectores urbano marginales
–a causa de la inflación que se venía–, les hubiese orillado a saquear
comercios como ha ocurrido en otros países, se tendría una justa valoración de
las políticas de protección social… aunque lo más seguro es que jamás lo
reconocerían.
«Se cooptó el Poder Judicial»
Curiosamente, en la misma pieza se contradice el editorialista cuando
afirma: «Colom pretendió perpetuarse en el ejercicio del poder público, al
igual que el chavismo en Venezuela, a través de la postulación como
presidenciable oficialista de su entonces esposa, Sandra Torres (…). No
obstante, la “estrategia chavista” en Guatemala fue frustrada por la decisión
mayoritaria de los magistrados del Tribunal Supremo Electoral, de la Corte
Suprema de Justicia y de la Quinta Magistratura de la Corte de
Constitucionalidad». Huelgan comentarios.
«Se reprimió brutal y cobardemente a la prensa
independiente»
En ese período se estrenó la Ley de Acceso a la Información, que facilitó
la labor de la prensa. Además, no se recuerda otra época de la historia
(excepto la actual, de Jimmy Morales) en que los medios hayan utilizado sus
espacios con más amplitud para investigar y fiscalizar, pero también para
insultar y difamar hasta la ignominia a las autoridades de entonces.
«Se recurrió a las “turbas clientelares” como
mecanismo de terror de Estado»
La realidad es que los beneficiarios de los programas sociales salieron a
las calles en actitud pacífica como respuesta al Plan Rosemberg. Fueron los
«camisas blancas» quienes provocaron y ofendieron de manera grosera a los
representantes de dichos sectores.
«Se atacó mediante intimidación y violencia a
críticos, disidentes y opositores»
Parece que el editorialista se confundió de etapa histórica. Esto ocurría
en tiempos de Lucas García. Exponerlos como representantes de intereses oscuros
y oligárquicos, de ninguna manera califica como «intimidación o violencia».
«Se echó mano del “terrorismo fiscal” para
debilitar la resistencia contra la opresión»
Vaya una falacia ad misericordiam. Se refiere a la exigencia de
la SAT para que elPeriódico pagase ciertas declaraciones
fiscales omitidas o poco transparentes.
Obviamente, nada de lo anterior tiene relación alguna con el socialismo del
siglo XXI. No obstante, José Rubén Zamora y Dionisio Gutiérrez han adoptado
dicho discurso como pretexto para desahogar el odio visceral hacia la UNE, un
partido que, por cierto, nada en absoluto tiene de socialista ni de izquierda
chavista.
Prueba de lo anterior es que los programas sociales instalados en ese
período, recibieron apoyo técnico del neoliberal colombiano Álvaro Uribe
–incluso, mucho más que de Lula da Silva, de Brasil– en virtud de los resultados
exitosos que el programa «Familias en Acción» –equivalente a Mi Familia
Progresa– había alcanzado en Colombia.
Conclusión: si con sandeces tan miserables esos medios de
comunicación pretenden erigirse en voceros de la ultraderecha, ello explica la
pobreza del debate que existe en el país en torno al caso de Venezuela. No cabe
duda que la Glow, Méndez Ruíz o Polo Polo tienen razones abundantes para
sentirse tuertos en este país de ciegos, donde el pavor al chavismo alcanza
niveles de ridiculez imperdonable.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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