El arresto del
candidato presidencial, Mario Estrada, por parte de la DEA nos demuestra que
el sistema político guatemalteco está profundamente podrido y que los
candidatos presidenciales son de poco fiar. Son pillos ambiciosos, enloquecidos
por el amor al dinero y lo que menos les importa es la Patria Guatemala y la
sociedad, tan necesitada de redención.
MARIO ESTRADA, OTRO
PILLO PRESIDENCIAL
GUATEMALTECO QUE SE
DERRUMBA
Por Luciano Castro Barillas
El embajador de los Estados Unidos, señor James
Derham, dijo algo aparatoso respecto a este oscuro personaje de la política
guatemalteca hace algunos años: “Su partido y él, no son de derecha, ni son
de izquierda; su ideología es el narcotráfico”. Hoy 17 de abril de 2018
fue apresado por la DEA en los Estados Unidos junto a su compinche, Juan Pablo
González Mayorga, asiduo acompañante de Sandra Torres en las elecciones del
2003, cuyo nombre coincide, aparentemente, como ex integrante del partido
Compromiso, Renovación y Orden, CREO.
El señor Estrada es el cacique de Jalapa desde
hace varios años. Su nunca desmentida dadivosidad no tiene límites y por ello
el estadio de la ciudad de Jalapa lleva su nombre, jaripeos, escuelas e
instalaciones diversas. Este personaje tiene orígenes bastante humildes y en su
juventud junto a su padre se dedicaron a la agricultura y a la ganadería de
subsistencia y era muy bueno para tomar leche. Antes de ir a la escuela, solo
él, era capaz de tomarse dos litros de a tesón.
Era inteligente y proviniendo del área rural
del municipio de Monjas, se graduó a los 30 años de ingeniero civil. Pero algo
malo se le cruzó en su camino: conoció a Alfonso Portillo. Este, con más
ascendiente social, deslumbró su mentalidad campesina, pese a ya ser
profesional, y aprendió presto del Pollo Ronco todas las mañas habidas y por
haber. Fue Alfonso Portillo su “pozo de sabiduría política” y cuando llegó al
poder creó una secretaria especial al estilo mexicano, la extinta Sedesol, o
sea la Secretaria de Desarrollo Social, cuyo funcionamiento conocía Alfonso
Portillo durante sus años de estudiante en Chilpancingo, Guerrero, México.
El joven ingeniero Estrada dejó sin ningún
centavo en 7 meses a la instancia creada para ayudar a sus “hermanos pobres” y
en la auditoría practicada a esa institución cuando se canceló, hacían falta
nada menos que 300 millones de quetzales. Hoy, como a Alfonso Portillo, le
llegó el fin de sus fechorías. Agentes encubiertos de la DEA les tendieron una
trampa. Les grabaron y fotografiaron cuando acordaban negociar un aporte
dinerario del Cartel de Sinaloa para financiar su campaña electoral, con la
promesa de que de ganar, tendrían vía libre en el territorio nacional para el
trasiego de droga.
Además pedía un favorcito adicional: quería
darle chicharrón a dos candidatos presidenciales que le aventajaban en las
encuestas de preferencia electoral. Los difuntos tendrían que ser,
hipotéticamente, cinco, ignorándose de esos cinco, a quien le caería la
chibolita: Sandra Torres, Zury Ríos, Telma Aldana, Alejandro Giammattei y
Roberto Arzú. Este final es cómico y dramático, porque nos demuestra que el
sistema político guatemalteco está profundamente podrido y que los candidatos
presidenciales son de poco fiar. Son pillos ambiciosos, enloquecidos por el
amor al dinero y lo que menos les importa es la Patria Guatemala y la sociedad,
tan necesitada de redención.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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