Desde el punto de vista de
la inteligencia china, el cóctel tóxico actual simplemente no puede atribuirse
a solo una serie de coincidencias fortuitas. Beijing
tiene una serie de motivos para articular esta extraordinaria cadena de eventos
como parte de un ataque coordinado de Guerra Híbrida y Dominio de Espectro
Completo contra China.
NINGÚN ARMA QUEDA DESCARTADA:
LA GUERRA HÍBRIDA DE LOS
EE.UU
EN CONTRA DE CHINA
Por Pepe Escobar
Las Nuevas Rutas de la Seda, -o Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI)-
fueron lanzadas por el presidente Xi Jinping en 2013, primero en Asia Central
(Nur-Sultan) y luego en el sudeste asiático (Yakarta).
Un año después, la economía china superaba a la de Estados Unidos, sobre la
base de la paridad del poder adquisitivo o Purchasing Power Parity (PPP). De
manera inexorable, año tras año desde el comienzo del milenio, la participación
de los Estados Unidos en la economía mundial se ha reducido mientras que la de China
ha aumentado.
China es hoy en día el núcleo central de la economía global y el principal
socio comercial de casi 130 naciones.
Mientras la economía estadounidense se debilita, y el casino financiero del
gobierno de los EE.UU (mercados de repos y todo) se interpreta como una pesadilla
distópica, el estado-civilización avanza en innumerables áreas de investigación
tecnológica, en particular, Made in China 2025.
China le lleva la delantera a los EE.UU en solicitudes de patentes y
produce al menos 8 veces más graduados en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y
Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) al año que los EE.UU, ganando el
estatus de principal contribuyente a la ciencia a nivel global.
Una gran variedad de naciones en todo el Sur Global se han enrolado en el BRI,
cuya finalización está prevista para 2049. Tan solo el año pasado, las empresas
chinas firmaron contratos por un valor de hasta $ 128 mil millones en proyectos
de infraestructura a gran escala en decenas de naciones.
El único competidor económico de los EE.UU, está ocupado reconectando la
mayor parte del mundo a una versión totalmente interconectada del siglo XXI de
un sistema comercial que estuvo en su apogeo durante más de un milenio: las
Rutas de la Seda euroasiática.
No hay duda de que este estado de cosas es algo que los estamentos
interconectados de la clase dominante de los Estados Unidos simplemente no
aceptarían.
Estigmatizar el BRI como una
"pandemia"
Mientras los mismos de siempre se preocupan por la “estabilidad” del Partido
Comunista Chino (PCCh) al igual que por la administración de Xi Jinping, el
hecho es que el liderazgo de Beijing ha tenido que lidiar con una acumulación
de problemas extremadamente graves: una epidemia de gripe porcina que mato a la
mitad de la población de cerdos; la guerra comercial fabricada por Trump;
Huawei acusado de asociación delictuosa y a punto de ser impedido de comprar
chips fabricados en los Estados Unidos; gripe aviar; el coronavirus
prácticamente ha paralizado la mitad de China.
A ello hay que añadirle la incesante propaganda de Guerra Híbrida del
gobierno de los Estados Unidos, impregnada de intensa sinofobia; desde
"funcionarios" sociópatas hasta consejeros homónimos, todos aconsejando
a los negocios corporativos a que desvíen las cadenas de suministro mundiales
de China o descaradamente demandando un cambio de régimen, empleando todo tipo
de demonización a su alcance .
No existen límites en la ofensiva para golpear al gobierno chino mientras
está caído.
Un don nadie del Pentágono en la Conferencia de Seguridad de Múnich declara
a China, una vez más, como la mayor amenaza, económica y militar de los EE.UU,
y por extensión, de Occidente, obligando a una tambaleante UE, de antemano subordinada
a la OTAN, a estar al servicio de Washington en esta Guerra Fría, versión 2.0.
Todo el complejo de medios corporativos de EE.UU repite hasta el cansancio
que Beijing está "mintiendo" y perdiendo el control. Los periodistas
mercenarios, descendiendo aniveles detestables de racismo, incluso acusan al
propio BRI de ser una pandemia, con China “imposible de poner en
cuarentena”.
Todo eso es bastante suculento, por decir lo menos, exudando de esclavos
generosamente recompensados por una oligarquía sin escrúpulos, monopolista,
extractivista, destructiva, depravada y sin ley que usa la deuda de manera
ofensiva para aumentar su riqueza y poder ilimitados, mientras que las clases
bajas estadounidenses y globales usan la deuda defensivamente para apenas poder
sobrevivir. Como lo ha demostrado de manera concluyente Thomas Piketty, la
desigualdad siempre depende de la ideología.
Estamos inmersos en una feroz guerra de inteligencia. Desde el punto de
vista de la inteligencia china, el cóctel tóxico actual simplemente no puede
atribuirse a solo una serie de coincidencias fortuitas. Beijing tiene una serie
de motivos para articular esta extraordinaria cadena de eventos como parte de
un ataque coordinado de Guerra Híbrida y Dominio de Espectro Completo contra
China.
Entra en escena la hipótesis del Asesino del Dragón: un ataque con armas
biológicas capaz de causar un daño económico inmenso, pero que se escuda en la
negación creíble. Es la única movida posible de la “nación indispensable” en el
tablero de ajedrez del Nuevo Gran Juego, tomando en cuenta que Estados Unidos
no puede ganar en una guerra convencional contra China, como tampoco en una
guerra nuclear.
¿Un arma de guerra
biológica?
En la superficie, el coronavirus es una arma biológica soñada por aquellos
obsesionados con causar estragos en China y que ruegan por un cambio de régimen.
Sin embargo, es complicado. Este informe es un esfuerzo decente que busca rastrear
los orígenes del coronavirus. Ahora compárelo con las percepciones del Dr.
Francis Boyle, profesor de derecho internacional de la Universidad de Illinois
y autor, entre otros, de Biowarfare and Terrorism. Él es el hombre que redactó
la Ley Antiterrorista de Armas Biológicas de Estados Unidos de 1989, promulgada
por George H. W. Bush.
El Dr. Boyle está convencido de que el coronavirus es un “arma de guerra
biológica ofensiva” que saltó del laboratorio Wuhan BSL-4, aunque “no dice que
se hizo deliberadamente”.
El Dr. Boyle señala que, “todos estos laboratorios BSL-4 de Estados Unidos,
Europa, Rusia, China e Israel han sido creados para investigar, desarrollar y
ensayar agentes de guerra biológica. Realmente no hay una razón científica
legítima para tener laboratorios BSL-4”. Su propia investigación, en 2015,
condujo a la friolera de $ 100 mil millones gastados por el gobierno de los
Estados Unidos en investigación de guerra biológica: “Tenemos más de 13,000
presuntos científicos de ciencias de la vida... ensayando armas biológicas aquí
en los Estados Unidos. En realidad, esto se remonta, e incluso precede al 11 de
septiembre”.
El Dr. Boyle acusa directamente al “gobierno
chino de Xi y sus camaradas” de encubrimiento “desde el principio. El primer
caso reportado fue el 1 de diciembre, lo que quiere decir que estuvieron
retardando esto hasta que ya no pudieron. Y todo lo que te están diciendo es
una mentira. Es propaganda".
Para el Dr. Boyle, también la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene una
activa participación: “Han aprobado muchos de estos laboratorios BSL-4 (...) No
puedo confiar en nada de lo que dice la OMS porque todos han sido comprados y
pagados por la gran industria farmacéutica, y trabajan en complicidad con los Centros
para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés),
que es el gobierno de los Estados Unidos, ellos trabajan confabulados con Fort
Detrick". Fort Detrick es un laboratorio de guerra biológica de vanguardia,
el cual anteriormente era un notorio cubil de “experimentos” de control mental
de la CIA.
Apoyándose en décadas de investigación en guerra biológica, el Estado
Profundo estadounidense está totalmente familiarizado con todas las
implicaciones de las armas biológicas. Desde Dresden, Hiroshima y Nagasaki
hasta Corea, Vietnam y Faluya, el registro histórico muestra que el gobierno de
los Estados Unidos no parpadea cuando se trata de utilizar armas de destrucción
masiva contra civiles inocentes.
Por su parte, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa
del Pentágono (DARPA, por sus siglas en inglés) ha gastado una fortuna
investigando murciélagos, coronavirus y armas biológicas utilizando la edición de
genomas. Ahora, convenientemente, como si fuera una forma de intervención
divina, los “aliados estratégicos” de DARPA han sido elegidos para desarrollar
una vacuna genética.
La Biblia de los neoconservadores de 1996, el Project for a New American
Century (PNAC) o Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, categóricamente
manifestaba, “formas avanzadas de guerra biológica que pueden “atacar” genotipos
específicos pueden transformar la guerra biológica del ámbito del terror en una
herramienta políticamente útil”.
No hay duda de que el coronavirus, hasta ahora, ha sido una herramienta
políticamente útil llovida del cielo, que logra, con una inversión mínima, los
objetivos deseados por el poder global extremado de los EE. UU, aunque sea
fugazmente, magnificado por una incesante ofensiva propagandística, y China con
su economía semiparalizada.
Sin embargo, la perspectiva es importante. Los CDC han estimado que hasta
42.9 millones de personas se enfermaron durante la temporada de gripe 2018-2019
en los EE.UU. No menos de 647,000 personas fueron hospitalizadas. Y 61,200
murieron.
Este informe detalla la “la batalla del
pueblo” chino contra el coronavirus.
Depende de los virólogos chinos decodificar su origen, posiblemente,
sintético. La reacción de China, dependiendo de los hallazgos, tendrá
consecuencias devastadoras, literalmente hablando.
Preparando el escenario para
los frenéticos años veinte
Las elites estadounidenses, y sus subordinados occidentales, después de
lograr desviar las cadenas de suministro
del comercio de Eurasia, para su propio beneficio y vaciar el Heartland, ahora
se encuentran mirando a un vacío. Y el vacío les devuelve la mirada. Un
"Occidente" liderado por los Estados Unidos ahora se enfrenta a la
irrelevancia. El BRI está en proceso de revertir al menos dos siglos de dominio
occidental.
No hay manera de que Occidente, y especialmente el “líder del sistema”, los
EE.UU, lo permitan. Todo comenzó con operaciones sucias generando problemas en
la periferia de Eurasia, desde Ucrania hasta Siria y Myanmar.
Ahora es cuando la situación realmente se pone difícil. El asesinato del
mayor general Soleimani, más el coronavirus -la gripe de Wuhan- han preparado
el escenario para los frenéticos años veinte. La designación apropiada, en
realidad debería ser WARS, Wuhan Acute Respiratory Syndrome, o Síndrome
respiratorio agudo de Wuhan. Eso instantáneamente revelaría que se trata de una
Guerra contra la Humanidad, independientemente de su origen.
Publicado por La Cuna del Sol
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