martes, 25 de febrero de 2020

Ningún arma queda descartada: La Guerra Híbrida de los EE.UU en contra de China

Desde el punto de vista de la inteligencia china, el cóctel tóxico actual simplemente no puede atribuirse a solo una serie de coincidencias fortuitas. Beijing tiene una serie de motivos para articular esta extraordinaria cadena de eventos como parte de un ataque coordinado de Guerra Híbrida y Dominio de Espectro Completo contra China.


NINGÚN ARMA QUEDA DESCARTADA:
LA GUERRA HÍBRIDA DE LOS EE.UU
EN CONTRA DE CHINA


Por Pepe Escobar

Las Nuevas Rutas de la Seda, -o Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI)- fueron lanzadas por el presidente Xi Jinping en 2013, primero en Asia Central (Nur-Sultan) y luego en el sudeste asiático (Yakarta).

Un año después, la economía china superaba a la de Estados Unidos, sobre la base de la paridad del poder adquisitivo o Purchasing Power Parity (PPP). De manera inexorable, año tras año desde el comienzo del milenio, la participación de los Estados Unidos en la economía mundial se ha reducido mientras que la de China ha aumentado.

China es hoy en día el núcleo central de la economía global y el principal socio comercial de casi 130 naciones.

Mientras la economía estadounidense se debilita, y el casino financiero del gobierno de los EE.UU (mercados de repos y todo) se interpreta como una pesadilla distópica, el estado-civilización avanza en innumerables áreas de investigación tecnológica, en particular, Made in China 2025.

China le lleva la delantera a los EE.UU en solicitudes de patentes y produce al menos 8 veces más graduados en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) al año que los EE.UU, ganando el estatus de principal contribuyente a la ciencia a nivel global.

Una gran variedad de naciones en todo el Sur Global se han enrolado en el BRI, cuya finalización está prevista para 2049. Tan solo el año pasado, las empresas chinas firmaron contratos por un valor de hasta $ 128 mil millones en proyectos de infraestructura a gran escala en decenas de naciones.

El único competidor económico de los EE.UU, está ocupado reconectando la mayor parte del mundo a una versión totalmente interconectada del siglo XXI de un sistema comercial que estuvo en su apogeo durante más de un milenio: las Rutas de la Seda euroasiática.

No hay duda de que este estado de cosas es algo que los estamentos interconectados de la clase dominante de los Estados Unidos simplemente no aceptarían.

Estigmatizar el BRI como una "pandemia"

Mientras los mismos de siempre se preocupan por la “estabilidad” del Partido Comunista Chino (PCCh) al igual que por la administración de Xi Jinping, el hecho es que el liderazgo de Beijing ha tenido que lidiar con una acumulación de problemas extremadamente graves: una epidemia de gripe porcina que mato a la mitad de la población de cerdos; la guerra comercial fabricada por Trump; Huawei acusado de asociación delictuosa y a punto de ser impedido de comprar chips fabricados en los Estados Unidos; gripe aviar; el coronavirus prácticamente ha paralizado la mitad de China.

A ello hay que añadirle la incesante propaganda de Guerra Híbrida del gobierno de los Estados Unidos, impregnada de intensa sinofobia; desde "funcionarios" sociópatas hasta consejeros homónimos, todos aconsejando a los negocios corporativos a que desvíen las cadenas de suministro mundiales de China o descaradamente demandando un cambio de régimen, empleando todo tipo de demonización a su alcance .

No existen límites en la ofensiva para golpear al gobierno chino mientras está caído.

Un don nadie del Pentágono en la Conferencia de Seguridad de Múnich declara a China, una vez más, como la mayor amenaza, económica y militar de los EE.UU, y por extensión, de Occidente, obligando a una tambaleante UE, de antemano subordinada a la OTAN, a estar al servicio de Washington en esta Guerra Fría, versión 2.0.

Todo el complejo de medios corporativos de EE.UU repite hasta el cansancio que Beijing está "mintiendo" y perdiendo el control. Los periodistas mercenarios, descendiendo aniveles detestables de racismo, incluso acusan al propio BRI de ser una pandemia, con China “imposible de poner en cuarentena”.

Todo eso es bastante suculento, por decir lo menos, exudando de esclavos generosamente recompensados por una oligarquía sin escrúpulos, monopolista, extractivista, destructiva, depravada y sin ley que usa la deuda de manera ofensiva para aumentar su riqueza y poder ilimitados, mientras que las clases bajas estadounidenses y globales usan la deuda defensivamente para apenas poder sobrevivir. Como lo ha demostrado de manera concluyente Thomas Piketty, la desigualdad siempre depende de la ideología.

Estamos inmersos en una feroz guerra de inteligencia. Desde el punto de vista de la inteligencia china, el cóctel tóxico actual simplemente no puede atribuirse a solo una serie de coincidencias fortuitas. Beijing tiene una serie de motivos para articular esta extraordinaria cadena de eventos como parte de un ataque coordinado de Guerra Híbrida y Dominio de Espectro Completo contra China.

Entra en escena la hipótesis del Asesino del Dragón: un ataque con armas biológicas capaz de causar un daño económico inmenso, pero que se escuda en la negación creíble. Es la única movida posible de la “nación indispensable” en el tablero de ajedrez del Nuevo Gran Juego, tomando en cuenta que Estados Unidos no puede ganar en una guerra convencional contra China, como tampoco en una guerra nuclear.

¿Un arma de guerra biológica?

En la superficie, el coronavirus es una arma biológica soñada por aquellos obsesionados con causar estragos en China y que ruegan por un cambio de régimen.

Sin embargo, es complicado. Este informe es un esfuerzo decente que busca rastrear los orígenes del coronavirus. Ahora compárelo con las percepciones del Dr. Francis Boyle, profesor de derecho internacional de la Universidad de Illinois y autor, entre otros, de Biowarfare and Terrorism. Él es el hombre que redactó la Ley Antiterrorista de Armas Biológicas de Estados Unidos de 1989, promulgada por George H. W. Bush.

El Dr. Boyle está convencido de que el coronavirus es un “arma de guerra biológica ofensiva” que saltó del laboratorio Wuhan BSL-4, aunque “no dice que se hizo deliberadamente”.

El Dr. Boyle señala que, “todos estos laboratorios BSL-4 de Estados Unidos, Europa, Rusia, China e Israel han sido creados para investigar, desarrollar y ensayar agentes de guerra biológica. Realmente no hay una razón científica legítima para tener laboratorios BSL-4”. Su propia investigación, en 2015, condujo a la friolera de $ 100 mil millones gastados por el gobierno de los Estados Unidos en investigación de guerra biológica: “Tenemos más de 13,000 presuntos científicos de ciencias de la vida... ensayando armas biológicas aquí en los Estados Unidos. En realidad, esto se remonta, e incluso precede al 11 de septiembre”.

El Dr. Boyle acusa directamente al “gobierno chino de Xi y sus camaradas” de encubrimiento “desde el principio. El primer caso reportado fue el 1 de diciembre, lo que quiere decir que estuvieron retardando esto hasta que ya no pudieron. Y todo lo que te están diciendo es una mentira. Es propaganda".

Para el Dr. Boyle, también la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene una activa participación: “Han aprobado muchos de estos laboratorios BSL-4 (...) No puedo confiar en nada de lo que dice la OMS porque todos han sido comprados y pagados por la gran industria farmacéutica, y trabajan en complicidad con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), que es el gobierno de los Estados Unidos, ellos trabajan confabulados con Fort Detrick". Fort Detrick es un laboratorio de guerra biológica de vanguardia, el cual anteriormente era un notorio cubil de “experimentos” de control mental de la CIA.

Apoyándose en décadas de investigación en guerra biológica, el Estado Profundo estadounidense está totalmente familiarizado con todas las implicaciones de las armas biológicas. Desde Dresden, Hiroshima y Nagasaki hasta Corea, Vietnam y Faluya, el registro histórico muestra que el gobierno de los Estados Unidos no parpadea cuando se trata de utilizar armas de destrucción masiva contra civiles inocentes.

Por su parte, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa del Pentágono (DARPA, por sus siglas en inglés) ha gastado una fortuna investigando murciélagos, coronavirus y armas biológicas utilizando la edición de genomas. Ahora, convenientemente, como si fuera una forma de intervención divina, los “aliados estratégicos” de DARPA han sido elegidos para desarrollar una vacuna genética.

La Biblia de los neoconservadores de 1996, el Project for a New American Century (PNAC) o Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, categóricamente manifestaba, “formas avanzadas de guerra biológica que pueden “atacar” genotipos específicos pueden transformar la guerra biológica del ámbito del terror en una herramienta políticamente útil”.

No hay duda de que el coronavirus, hasta ahora, ha sido una herramienta políticamente útil llovida del cielo, que logra, con una inversión mínima, los objetivos deseados por el poder global extremado de los EE. UU, aunque sea fugazmente, magnificado por una incesante ofensiva propagandística, y China con su economía semiparalizada.

Sin embargo, la perspectiva es importante. Los CDC han estimado que hasta 42.9 millones de personas se enfermaron durante la temporada de gripe 2018-2019 en los EE.UU. No menos de 647,000 personas fueron hospitalizadas. Y 61,200 murieron.

Este informe detalla la “la batalla del pueblo” chino contra el coronavirus.

Depende de los virólogos chinos decodificar su origen, posiblemente, sintético. La reacción de China, dependiendo de los hallazgos, tendrá consecuencias devastadoras, literalmente hablando.

Preparando el escenario para los frenéticos años veinte

Las elites estadounidenses, y sus subordinados occidentales, después de lograr desviar  las cadenas de suministro del comercio de Eurasia, para su propio beneficio y vaciar el Heartland, ahora se encuentran mirando a un vacío. Y el vacío les devuelve la mirada. Un "Occidente" liderado por los Estados Unidos ahora se enfrenta a la irrelevancia. El BRI está en proceso de revertir al menos dos siglos de dominio occidental.

No hay manera de que Occidente, y especialmente el “líder del sistema”, los EE.UU, lo permitan. Todo comenzó con operaciones sucias generando problemas en la periferia de Eurasia, desde Ucrania hasta Siria y Myanmar.

Ahora es cuando la situación realmente se pone difícil. El asesinato del mayor general Soleimani, más el coronavirus -la gripe de Wuhan- han preparado el escenario para los frenéticos años veinte. La designación apropiada, en realidad debería ser WARS, Wuhan Acute Respiratory Syndrome, o Síndrome respiratorio agudo de Wuhan. Eso instantáneamente revelaría que se trata de una Guerra contra la Humanidad, independientemente de su origen.






Publicado por La Cuna del Sol

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