domingo, 8 de febrero de 2015

La derecha política oye la tempestad y no se santigua

No hay peor ciego que el que no quiere ver, reza el refrán que como anillo al dedo le queda a la derecha política, no solo guatemalteca, sino también aquella en países donde a pesar de los avances de la izquierda persiste tercamente en mantener a flote las roídas estructuras de un sistema económico que desde su implantación solo ha generado miseria, atraso y una gran desigualdad social. El ejemplo de la Primavera Democrática guatemalteca y sus grandes logros en tan solo diez años de gobierno están todavía allí como monumentos testimoniales de su verdadera vocación democrática, que 60 años después de su derrocamiento orquestado y ejecutado por el Tío Sam y sus combatientes por la libertad guatemaltecos, no han podido ser igualados ni mucho menos superados por los sucesivos gobiernos de derecha que han ejercido el poder durante todo este tiempo. Y los resultados están a la vista: pobreza, hambre, miseria, analfabetismo, desempleo, migración forzada, etc., etc., sin embargo, la derecha guatemalteca aun y con todo el desastre que ha causado persiste en su ceguera ideológica, hasta que el sunami de la izquierda que ya se empieza a vislumbrar arrase con ella.


LA DERECHA POLÍTICA OYE
LA TEMPESTAD Y NO SE SANTIGUA

Por Luciano Castro Barillas

La arrogancia en algunos seres humanos, no en todos afortunadamente, es una especie de fundamentalismo personal. De problemas de autosuficiencia, de creer saberlo todo y poder hacerlo todo. Todo un enredo atroz que se les arma en la cabeza a estos casos clínicos de ciudadanos, enfermos entre muchas cosas, por la prepotencia del dinero. Digo porque la derecha política guatemalteca, los gobiernos de esta filiación política tiene sus días contados en América Latina.

El sunami de la izquierda política viene  arrasando desde el sur territorios y naciones, dándole a sus países desarrollo material y humano, pese a los grandes boicoteos de los Estados Unidos y los ricos locales que no se resignan que ya su momento pasó y que son las nuevas generaciones de la izquierda política las que han tomado el mando en sus respectivos países. En América Latina solo van quedando dos países renuentes a la democracia: Colombia y Guatemala, los lunares de América Latina en atraso y en ocupar los últimos lugares de desarrollo, sin excluir a México, que con todos sus defectos, sigue siendo una democracia mucho mejor que la guatemalteca, aunque a decir verdad, eso de decir “democracia en Guatemala”, es una simple formalidad retórica, pues lo que menos hay es precisamente una democracia real, que se proyecte en mejores condiciones de vida de sus habitantes.

Es indudable que los días de la derecha política en Guatemala están contados y el desastre de gobernar por 60 años con resultados sociales que tenemos a la vista y sufren diariamente la mayoría de guatemaltecos humildes, se lo debemos a los Estados Unidos que en 1954 aliados con los oligarcas locales destruyeron una democracia cuyos beneficios sociales todavía favorecen a los guatemaltecos como la seguridad social o IGSS, el Código de Trabajo es escalafón magisterial, al autonomía universitaria, la autonomía del deporte y en tantos logros que 60 años después siguen disfrutando los sectores sociales guatemaltecos. Obras trascendentales, no los simples reajustes salariales, insuficientes que ha dado la derecha política a los trabajadores. A puras penas, teniendo ira, en su gran mezquindad humana.  La verdad es que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

El triunfo de las izquierdas guatemaltecas no está distante y no gracias a los izquierdistas que nunca logran crear la unidad, ponerse de acuerdo. No. Es la influencia y ejemplo de los luchadores sociales de América Latina los que empujan estos cambios inevitables.  Son los últimos aspavientos de la derecha política a la hora de su final. Sus grandes protectores, los Estados Unidos, están en bancarrota con la mayor deuda y el mayor déficit fiscal de su historia, endeudados hasta el alma con la flamante China.

La alianza para crear una nueva moneda ya está en marcha con los BRICS, donde Rusia, China, India, Brasil, Argentina y demás países progresistas del mundo están creando una nueva realidad política, económica y financiera. El neoliberalismo está quebrado en todo el mundo y solo los de la marro1 siguen enseñando  en sus aulas de lujo una doctrina, una ideología que la vida está demostrando va directo al cesto de la basura. Esa anticiencia todavía tiene grandes seguidores en Guatemala, el país junto con Haití más atrasado de América. Por eso estamos como estamos ¿no?



1. Universidad Francisco Marroquín






Publicado por La Cuna del Sol
USA. 

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