sábado, 19 de diciembre de 2020

No se necesita mucho para ser idiota

Mario Antonio Sandoval es un conocido periodista del diario guatemalteco Prensa Libre cuyas opiniones las plasma en su columna Catalejo, aunque el CACIF afirma tiene 44 millones de seguidores, no se sabe quién ha hecho esos conteos. ¡Todo un boom latinoamericano de las letras!

 

NO SE NECESITA MUCHO
PARA EVIDENCIARSE COMO IDIOTA Y ENVIDIOSO



Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol

Don Mario Antonio Sandoval es un conocido periodista de Prensa Libre cuyas opiniones las plasma en su columna Catalejo, aunque el CACIF afirma tiene 44 millones de seguidores, no se sabe quién ha hecho esos conteos. ¡Todo un boom latinoamericano de las letras! Por supuesto glorificado, exaltado, apestado y ensoberbecido por sus incondicionales empleados de Prensa Libre, un medio, por cierto, cada día en decadencia desde que Jimmy Morales, empezando por Álvaro Arzú en su momento expresara que, a los periodistas guatemaltecos “se les pega, se les paga”, como única manera de controlarlos y que no sean fastidiosos cuando las pautas publicitarias del gobierno disminuyen y el dinero no les llega a borbotones como en el pasado que destinaban millones de quetzales para hacerse trabajo de imagen los sucesivos malos gobiernos de este país.

El señor Sandoval tiene una formación bastante respetable, no cabe la menor duda, y expresó el CACIF en el 2007, con eso que les dio por repartir galardones con quienes se identifican con ellos, lo siguiente. (…) es un guatemalteco digno de admirar. Lo que admiro de él es su honestidad para decir las cosas. Es una persona que a lo largo de su trayectoria ha sido fiel a sus convicciones y aunque las mismas, muchas veces, le hayan traído situaciones complicadas, jamás las abandonó. Tiene un ángel con las personas. Con su familia es dulce, cariñoso, esposo amoroso, padre ejemplar y abuelo dulce. ¡Todo un santo puro y brillante!, como dijo el escritor Goldman, en referencia a otra situación.

Esas palabras tan serviles no dicen nada del hombre soberbio que es esta persona cuando está en su despacho de Prensa Libre. Es probable que esas palabras las haya escrito él mismo y no los empresarios cuando le dieron un reconocimiento en la Categoría Empresarial de Guatemaltecos Ilustres. ¡Qué tal! Pero no podemos pasar por alto en este breve ensayo periodístico, comentario o artículo (como usted quiera llamarlo, no importa), la trayectoria formativa de este señor: estudió en Minnesota, Estados Unidos; luego estudió periodismo en Berlín y por último se graduó en Letras y Filosofía en la Universidad Rafael Landívar, no hace mucho; ya de viejo, para puntualizar. Es miembro también de la Academia Guatemalteca de la Lengua, de la Academia Chilena y la Academia Costarricense. Todo un rancio académico a quien no se le conoce un solo libro de trascendencia.

A este señor sabihondo no le pareció el documental producido por George Clooney basado en el libro del escritor Francisco Goldman, El arte del asesinato político, afirmando, entre otras sandeces, su mediocridad académica al no entender algo sencillo en la intitulación del libro que ese buen escritor, Francisco Goldman, utilizó correctamente, al hacer uso de la ironía al usar la palabra arte, no porque matar sea un arte. De veras este es un viejo bruto, acartonado, obtuso y de cerebro bastante cuadrado. Además de envidioso al regatear, por otra vía, los méritos de Goldman cuando, resentido, dice que su periódico en la sección de clasificados (el espacio de los anuncios) fue mínimo lo publicado sobre este trabajo de casa.

Este periódico, inescrupulosamente, por el dinero, difundía anuncios donde se reclutaba a señoras y señoritas para el servicio doméstico, a sabiendas que estas útiles trabajadoras no tenían y no tienen hasta le fecha la debida tutela legal en sus derechos humanos y laborales. Eso no le gustó a esta basura periodística, cuando lo denunció Goldman hace ya varios años. No le pareció en términos generales el documental al afirmar temeraria e irresponsablemente que ese tema, el del asesinato de monseñor Gerardi y la época atroz que se vivía, ya no es de interés de las actuales generaciones. Solo dice que la traductora, Claudia Méndez, luce un inglés impecable y que fue su alumna. No lo dice, pero lo da a entender, que la señorita Méndez, es capaz, gracias a que él fue uno de sus maestros.

¿Este es el hombre que tendríamos que admirar los guatemaltecos según dice el CACIF? El que no le parece nada bueno tampoco el trabajo de George Clooney. Este viejo es obvio, saber de qué lado está: Del lado del dinero, de los sectores oscuros y en contra de la democracia y la paz. Afortunadamente poco le va quedando para que desaloje este mundo y que, por favor, no siga robando oxígeno.




Publicado por La Cuna del Sol

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