El mundo estaría ya
hecho añicos, pero afortunadamente hay personas como Putin y Xi Jinping,
capaces de anteponer los intereses de la humanidad a sus aspiraciones
personales. Todo lo contrario del presidente turco quien aparte del
enriquecimiento familiar por la venta de
petróleo robado a Irak y Siria, como todo bandido, “antes de que me digan,
digo”. Resulta que ahora él es el ofendido. ¡Vaya granuja! ¡Vaya desaprensión
tan descarada! Con pruebas irrefutables servidas a la comunidad internacional
por la inteligencia espacial rusa sigue negando su complicidad con los
terroristas del Estado Islámico.
“ERDOGAN PUEDE
ESTAR CON LA CARA MANCHADA
DE PETRÓLEO Y SIEMPRE
LO NEGARÁ TODO”,
Vladimir Putin, dixit.
Por Luciano Castro Barillas
Solo la prudencia, la sensatez, la paciencia,
el amor al pueblo ruso, el respeto y aprecio a la humanidad entera de parte del
presidente Vladimir Putin, presidente de la Federación de Rusa, ha permitido
conjurar, por el momento -y no se sabe
hasta cuándo pueda hacerlo- un incendio
del mundo con una Tercera Guerra Mundial, catastrófica, destructiva, de la cual
ningún bando saldrá ganando, pues cualquiera de las grandes potencias militares
del mundo al verse acorralada en una guerra convencional hará, ineluctablemente,
uso del arma nuclear.
Ninguna de las naciones con armas atómicas
permitirá ser destruida por sus enemigos
sin responder. Eso es precisamente lo que intenta, con grandes esfuerzos de
tolerancia pero con firmeza, ese formidable gigante político y moral como lo es
el señor Putin. ¿Qué hubiera pasado ya en el mundo, en el Medio Oriente, si
locos e irresponsables como los Bush o como la familia mafiosa turca de los
Erdogan tuvieran el poder de Rusia, China o los Estados Unidos? El mundo
estaría ya hecho añicos, pero afortunadamente hay personas como Putin y Xi
Jinping, capaces de anteponer los intereses de la humanidad a sus aspiraciones
personales. Todo lo contrario del presidente turco quien aparte del
enriquecimiento familiar por la venta de
petróleo robado a Irak y Siria, como todo bandido, “antes de que me digan, digo”.
Resulta que ahora él es el ofendido. ¡Vaya granuja! ¡Vaya desaprensión tan
descarada!
Con pruebas irrefutables servidas a la
comunidad internacional por la inteligencia espacial rusa sigue negando su
complicidad con los terroristas del Estado Islámico. Es un personaje
impresentable, cínico, con decididas y francas hormonas de marrano para luego
de realizar un acto terrible de perfidia, como lo fue el derribamiento del
bombardero ruso SU-24, de un pueblo, como el ruso, que solo ha beneficiado a
los ciudadanos turcos otorgándoles oportunidades de trabajo en Rusia. Ese es el
pago que recibe Rusia, ese noble y valiente pueblo que ya salvó a también a la
humanidad de otra gran catástrofe cuando derrotó a las huestes de Adolfo Hitler
al altísimo costo (lea con detenimiento esto, por favor) de 26 millones
personas de la antigua Unión Soviética. ¿Pudo pueblo alguno a lo largo de la
historia de la humanidad hacer semejante sacrificio? Esa es la grandeza de
Rusia y de los rusos. Y Putin lo dice con humildad y con sinceridad: “Rusia
no aspira a ser superpotencia, ni enseñar a otros cómo vivir”. Solo
aspira, dijo Putin este miércoles 2 de diciembre, a que todos los ciudadanos
rusos tengan servicios de salud gratuitos, crear más escuelas, promover la
natalidad y hacer descender la mortalidad infantil y encontrar una solución
política, no militar, a los problemas
nacionales e internacionales.
Si el imperialismo de los Estados Unidos y sus
secuaces (la Unión Europea) buscan o quieren la guerra, la excusa la tendrán de
hoy a mañana. Buscarán el pretexto si ya todo está definido por las fuerzas
imperiales de llevar al mundo a la guerra. Provocando un accidente cuando
aviones de guerra inconsultamente violen el espacio sirio y Rusia (ya
advirtiéndolo desde el derribo de su avión SU-24) haga uso de sus cohetes S-400
capaces de derribar a un tiempo 32 objetivos en vuelo, o sea aviones en vuelo.
Con esta alta tecnología militar que dispone Rusia, de antemano se sabe quién,
sino Rusia, ganaría una guerra convencional.
Es imprevisible lo que pueda pasar en el
Oriente Medio con todos los esfuerzos de prudencia de la dirigencia política y
militar rusa. Diríamos, con gran pesimismo, que hay una percepción inevitable
del desencadenamiento de la guerra; lamentablemente. ¿Qué se puede esperar
cuando el destructor de los Estados Unidos, Ross, se adentra a los espacios,
digamos naturales, del pueblo ruso, como lo es el Mar Negro? Es como si los
rusos enviaron un portaviones al Golfo de México, y lo posicionaran frente a Houston o Nueva
Orleáns, por ejemplo. Es una franca amenaza o una temeraria provocación,
aunque, como siempre cuando los politiqueros gringos preparan una celada hacen
uso de un lenguaje anfibológico, antidiplomático, poco claro, tal lo dicho por
el portavoz del Departamento de Estado cuando emitió declaraciones con respecto
a la movilización del destructor: “Es para asegurar la paz y la estabilidad en
toda la región, así como para aumentar la combatividad con nuestros socios y
aliados. (¿?).
Mark Torner agregó algo muy hiriente para la
sensibilidad del pueblo ruso, al intentar justificar el asesinato e intento de
asesinato de los dos paracaidistas rusos eyectados del SU-24 derribado: (…)
los terroristas sirios dispararon contra los pilotos rusos que estaban
descendiendo en paracaídas para defenderse. Increíble cinismo.
Descaradas declaraciones. Tan propias o iguales a las de Erdogan, como
consumados reaccionarios en total empatía, enemigos de la paz y de la razón.
Por eso Putin dijo en un inhabitual gesto de ironía que: “Alá le quitó a la dirigencia
política turca la inteligencia y la razón”.
Y la inestabilidad promovida por el
imperialismo de los Estados Unidos alcanza ya también a América Latina. El
acoso mediático contra el proceso electoral es toda una conspiración de las
fuerzas oscuras de la derecha internacional, quizá preparando lo que se espera
que ocurra: desconocer los resultados electorales en Venezuela, promover el
desorden y crear las debidas justificaciones para una intervención. Ha sido el
modus operandi invariable del imperio USA. Nadie se llama al engaño. Por eso
Putin decidió que el portaviones Kuznetsov recale frente a las cosas
de Venezuela para disuadir una eventual agresión gringa. Y lo mis ha hecho
China, al tenor de los tratados militares con su aliado: va en camino el
portaviones Chin Gan 7 con siete fragatas con armamento de alta tecnología.
Esperamos que pase lo mejor al pueblo ruso, al pueblo sirio, al pueblo irakí,
así como al pueblo venezolano, en estos
momentos duros de fiereza imperialista.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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