¿Pueden ser perversas las
flores? Evidentemente, no. Pero si recurrimos a otro escritor, Ramón María del
Valle-Inclán, se pueden juntar las flores del almendro con las historias
perversas.
DECIRLO CON FLORES PERVERSAS
¿Pueden ser perversas las flores? Evidentemente, no. Pero si recurrimos a
otro escritor, Ramón María del Valle-Inclán, se pueden juntar las flores del
almendro con las historias perversas. Cuando vemos los almendros en flor ya
sabemos que llega la primavera. Eso pasa siempre. Y siempre por estas fechas el
Fondo Monetario Internacional publica su "informe de primavera". No
se le suele hacer mucho caso fuera de los círculos habituales, pero ahora, en
plena crisis capitalista, había una expectativa mundial sobre qué diría el FMI.
Y aquí estamos, mezclando las flores del almendro con las historias
perversas. Porque el FMI no se ha limitado, como otras veces, a hacer una
fotografía de lo existente sino que aventura predicciones para la economía
mundial para este año y el que viene. Es decir, está diciendo a los gobiernos
que tienen que hacer planes a medio plazo, más allá de la inmediatez habitual.
Eso, entre otras cosas, pone de relieve la gravedad de la situación.
Lo que dice el FMI es siempre desde la vertiente capitalista clásica, pero
en este caso y dado que no hay una varita mágica sobre cómo va a salir el mundo
de la crisis, no ha tenido más remedio que establecer tres escenarios posibles.
Sin embargo, los medios de propaganda habituales no los han mencionado sino que
se han quedado en lo que el FMI llama "el escenario más probable".
Pero, como digo, hay más.
Primer escenario.- El FMI reconoce que "llevará más tiempo del
esperado detener la pandemia de coronavirus".
Segundo escenario.- Plantea la hipótesis de una segunda ola pandémica el
año que viene.
Tercer escenario.- Dice que como consecuencia de los dos escenarios
anteriores, que se interconectan, "hay que tener en cuenta las hipótesis
anteriores" por lo que el escenario
real sería que el Producto Interior Bruto Mundial caería hasta el -13'8%.
Como esto desataría el pánico total, el FMI lo oculta tras las flores de
los dos primeros escenarios, estableciendo que este año habrá una caída
generalizada en todos los países menos los asiáticos (ver China e India) aunque
ya para el año que viene se volvería a la "recuperación". Es decir,
está obligado el FMI a mostrar la fortaleza del capitalismo global siempre y
cuando, claro está, se sigan sus recetas.
Es un juego psicológico perverso: pintar escenarios cada cual más
catastrófico para llevarte a donde ellos quieren que estés. O sea, a un cierre
de filas y si es con sus parámetros y variables, mejor. Por eso, en varias
partes del informe aparece el condicional: "si la pandemia
desaparece". Y si desaparece en una fecha concreta, "en la segunda
mitad de 2020". Pero no solo aquí, sino "si las acciones de política
emprendidas en todo el mundo son efectivas para evitar la quiebra generalizada
de empresas y una amplia pérdida de empleos". Si-si..., no hay certezas en
el informe del FMI. Aún así, se dice que si se logra todo lo anterior es cuando
el mundo volvería a crecer un 5'8% en 2021. Pero hay un pero: "la
recuperación será parcial".
El FMI ha tenido que
reconocer lo evidente: que se está en recesión, que no tiene nada que ver con
la de 2008 y que se está a las puertas de una depresión como la de 1929. Lo que se lee es textual: "Al
igual que durante una guerra o crisis política, existe una continua y grave
incertidumbre sobre la duración e intensidad del choque". Por lo
tanto, sus previsiones solo serán
posibles si la pandemia desaparece en la segunda mitad de este año. Si no
es así, ya no se puede ocultar el hecho de que todo el mundo capitalista está
en modo pánico. Y lo sitúa con dos referentes como la guerra y la crisis
política. Tomad nota de ello. Es decir, ninguna de esas dos referencias es
descartable para el FMI.
Porque, como también se reconoce, "datos
mucho peores son posibles y quizás incluso probables". Por lo tanto, y
sin que sirva de precedente, el FMI se ve obligado a reconocer una obviedad:
"la prioridad inmediata es la de contener la pandemia" y, pasmaos,
"aumentar los gastos de apoyo a los sistemas de salud". El FMI
reconoce así, de forma sibilina y encubierta, que han sido sus métodos los que
han llevado al desastre actual porque entre ellos ha estado la destrucción de
la sanidad pública. Aunque bien es cierto que aquí no se pronuncia de forma
expresa por la sanidad pública, sí subyace a lo largo de todo el texto.
Una parte importante del informe del FMI se centra en el paro, que será
especialmente duro en los países mediterráneos. Grecia (22'3%) y España (20'8%)
lo vuelven a encabezar, pero la bomba no está aquí sino en EEUU donde el FMI
vaticina el 10'4%. A ver, se supone, si hay que hacer caso a las cifras
oficiales, que el paro en EEUU es del 3'7% por lo que el FMI lo triplica. Y
como es de sobra sabido, las cifras de EEUU hay que cogerlas con pinzas porque
en cuestiones de empleo hay mucho informal y mucho escondido debajo de la
alfombra. Por eso se dice que casi la mitad de la población de EEUU no tiene
unos ahorros superiores a los 400 dólares, por la precariedad del empleo. Por
lo tanto aquí está el Talón de Aquiles: la "primera economía del mundo"
es la más vulnerable ante la crisis del coronavirus. De ahí el miedo existente
en EEUU.
Porque, además, el FMI tiene que reconocer que "la crisis amenaza la
estabilidad del sistema financiero mundial" lo que "aumenta el riesgo
de que los endeudados no puedan cumplir con sus compromisos, presionando a los
bancos". Y ya sabemos lo que ocurrió en el 2008, que hubo que salir en
tromba a rescatar a los bancos (a costa de todos nosotros, recuerdo). Solo que
ahora ya no sería gratis para el capital, como en el 2008, porque el FMI intuye
que habría disturbios y revueltas sociales si se llegase a esta situación.
Y es por eso que el FMI (y el Banco Mundial) ayer "dieron la
bienvenida" a la decisión del G-20 de dar un "alivio temporal" a
los países para que paguen su deuda externa. En un rasgo de gran generosidad,
el FMI dice: "Defendemos esta iniciativa y estamos comprometidos a tomar
todas las medidas posibles para apoyar a los países pobres".
Tenía razón Valle-Inclán: sí se pueden juntar las flores del almendro con
las historias perversas.
Publicado por La Cuna del Sol
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