El Perú está reventado, cuatro presidentes en una semana

En una semana el Perú fue literalmente reventado: cuatro presidentes en una semana y el último el peor; rebosante de mediocridad, oportunismo y corrupción.

 

EL PERÚ ESTÁ REVENTADO,
CUATRO PRESIDENTES EN UNA SEMANA

Por Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol

“El Perú está reventado” dijo la diputada peruana de izquierda Mirta Vásquez, del partido Frente Amplio, al comentar ante la prensa la tragedia institucional que vive el Perú actualmente y donde décadas de partidos de derecha ha hecho trizas, verdaderos estragos, en el Estado de Derecho y el tejido social. Una situación que no tiene paralelo en ninguna parte del mundo. Un Perú verdaderamente único, aunque para lo malo, claro está.

Una semana de gran dolor para los ciudadanos conscientes que parecieran pocos, como en Guatemala, hundida como el Perú en la extrema pobreza, con un pueblo atontado al extremo, al punto que la escuela dejada por el ingeniero japonés, Alberto Fujimori, sigue vigente con su pedagogía del abuso, la violencia, la mentira y la creencia de los peruanos de los años 1990 al 2000 que el desarrollismo tecnológico era el camino para que el Perú pasara del subdesarrollo al desarrollo, en la creencia de que como el presidente era de origen japonés, el Milagro Industrial Japonés iba necesariamente a ocurrir en Perú. El Chino, como se le conocía popularmente en el Perú, terminó prófugo en la tierra de sus ancestros y creyendo a saber qué cosas, imaginó que podía volver tranquilamente al Perú a vivir su impunidad. Hoy El Chino sigue preso, gravemente enfermo, con un cáncer terminal que no termina de matarlo.

El último presidente del Perú duro cinco días, ¡cinco días!, “gobernando” entre la infamia, la violencia y los muertos (3) ante la protesta de los ciudadanos que veían un proceso descaradamente amañado del parlamento unicameral peruano que le destituía por hechos vinculados igualmente a la corrupción durante el período 2011-2014, cuando fuera gobernador de la Región de Moquegua. Odebrecht, en su momento, la había aceitado bien la manita con $ 650 mil dólares para otorgarle la construcción del hospital y un sistema de riego. Lo cacharon y eso fue la aparente causa de su destitución.

Cuando se dio el juicio político en el Congreso, Vizcarra estuvo en gran soledad, sus antiguos aliados del partido oficialista lo abandonaron y lo dejaron a merced de los diputados golpistas que hicieron lo que quisieron. ¿Les recuerda algo lo del Congreso del Perú? Me imagino que si es un lector guatemalteco se dará cuenta que en el tiempo y pese a la distancia en Guatemala sucede lo mismo. Existe ya de hecho una excesiva concentración de poder de los diputados guatemaltecos que autorizaron con la pandemia y ahora con los desastres naturales dejados por los huracanes grandes millonadas de quetzales de los que no se sabe a dónde van a parar, pues Guatemala tienen un gobierno débil y sus instituciones están totalmente copadas por los corruptos tradicionales y emergentes.

Perú, claro, está peor pues lleva ya tres décadas sumido en la oscuridad política y en los vaivenes del oportunismo político. Perú fue una gran democracia de América del Sur, con grandes políticos como Víctor Raúl Haya de la Torre, verdadero ideólogo y máximo dirigente de la Alianza Popular Revolucionaria Americana o Partido Aprista y quien inventara en 1931 una palabra archiconocida en la actualidad entre los círculos de izquierda y revolucionarios, la palabra COMPAÑERO. Hoy Perú ya no produce políticos, solo politicastros, auténticas basuras, como sucede en Guatemala.

En una semana el Perú fue literalmente reventado: cuatro presidentes en una semana y el último el peor; rebosante de mediocridad, oportunismo y corrupción. Ante el rechazo popular se vio obligado a renunciar. Ya hay nuevo presidente, Francisco Sagasti, que posiblemente sea presidente por cinco días como Manuel Merino, de 76 años, centrista, o sea con una posición política que para nada le sirve al pueblo peruano. Los centristas son de derecha, es decir, más de lo mismo. Son los políticos como El Gato Pardo, donde todo se mueve o cambia para volver a quedar igual. Triste destino el del pueblo peruano.

Publicado por La Cuna del Sol