Dejen a Huawei fuera de la subasta del 5G a finales de este año, y ustedes pueden ser aceptados como socios de la OTAN.
EL IMPERIO ADVIERTE A
BRASIL:
ES NUESTRA OTAN O HUAWEI
Pepe Escobar and Quantum Bird
The Saker
Nunca se podrá culpar al Imperio del Caos de
desplegar la sutileza de Sun Tzu. Especialmente cuando se trata de lidiar con
las satrapías.
En el caso de Brasil, antiguo incondicional de los BRICS ahora reducido al
estatus de una protoneocolonia bajo un aspirante a "capitán" al
estilo Soprano, los Hombres que Dirigen el Espectáculo aplicaron el
procedimiento estándar.
Primero enviaron al Estado Profundo, representado por William Burns de la
CIA. Luego enviaron a Seguridad Nacional, representada por el asesor Jake
Sullivan. Ambas visitas transmitieron el mismo mensaje: hay que obedecer las
reglas, de lo contrario...
Las sutilezas se aplican. El Estado Profundo quiere que el actual estatus
de protoneocolonia de Brasil no se modifique, y desde luego se profundice -pues ello elimina
la "B" del BRICS, anulando una cooperación más más amplia con la
asociación estratégica Rusia-China.
Sullivan, por su parte no es más que un engranaje de la rueda demencial Demócrata,
que previamente conspiró junto a la NSA para destruir la presidencia de Dilma
Rousseff, meter a Lula en la cárcel y poner a Bolsonaro en el cargo.
Lula no es el caballo de los Demócratas para las elecciones presidenciales
brasileñas de 2022. Pero a pesar de que algunos personajes afines a la cultura "woke" están saliendo del armario, no hay en el horizonte una tercera vía viable y
aceptable para el Imperio, al menos por ahora.
Aun así, la proverbial "oferta que no se puede rechazar" tenía
que ser entregada a la gente que importa: los hombres de uniforme. Hagan lo que
tengan que hacer, lleguen a un acuerdo con Lula, lo que sea. Al final, lo que
decimos, se hace.
La zanahoria envenenada
La pantalla del viaje de Sullivan fue lo que equivale, a todos los efectos
prácticos, a la ucranización de Centroamérica y el Caribe. La famosa vampiresa
Victoria "Que se joda la EU" Nuland, número 3 del Departamento de
Estado, ya había sido enviada a varios chihuahuas de la región para poner en
claro las reglas.
Sullivan siguió el guión, arremetiendo contra conocidos recalcitrantes
antiimperialistas como Cuba, Venezuela y Nicaragua y exaltando el tópico de
moda: "La necesidad de preservar y proteger la democracia en el
hemisferio". Se reunió cara a cara con dos de los militares que forman
parte del círculo decisivo, el general Augusto Heleno, que dirige el
todopoderoso Gabinete de Seguridad Institucional, y el ministro de Defensa Braga
Netto, ambos acusados de corrupción.
A diferencia de Burns, que se ciñó a los intereses de la CIA en materia de
"seguridad", subrayando que no se tolerará que Brasil se salga de la
esfera de influencia del Imperio, Sullivan ofreció de hecho una zanahoria:
dejen a Huawei fuera de la subasta del 5G a finales de este año, y ustedes pueden
ser aceptados como socios de la OTAN.
Esta zanahoria guarda similitudes con la oferta del Imperio al miembro del
BRICS, India, para que se convierta en un miembro -menor- de la Cuadrilateral,
junto a Estados Unidos, Japón y Australia, para "contener" a China.
Por consiguiente, siempre se trata de la esfera de influencia imperial:
desbaratar al BRICS desde dentro, convirtiendo a sus miembros en
"socios".
Las "asociaciones" de la OTAN son eufemismos empleados en lugar
de "nos perteneces, perra". Todos los "socios" tienen que
seguir estrictamente los parámetros de la agenda 2030 de la OTAN, que ha sido
diseñada para promover un Robocop planetario que patrulle/aplaque vastos
territorios del Sur Global.
Aunque Brasil parece ser, de hecho, ya un "socio" inferior de la
OTAN, ya que su Armada fue invitada a formar parte del reciente ejercicio Sea
Breeze en el Mar Negro, que fue una gran operación pro-Kiev, de
"contención de Rusia", no está garantizado que tome la zanahoria.
De hecho, una mejora en el status sólo supondría un poco más de glamour
terminológico, como sería el de "principal aliado no perteneciente a la
OTAN" o "socio global".
La interrogante concreta es quién, entre los uniformados brasileños,
aprobará este golpe letal a la soberanía. Existe una disidencia significativa.
La Marina brasileña, por ejemplo, estará en contra, ya que se vería reducida al
papel de patrullar el Atlántico Sur en nombre del Imperio, e incluso se
convertiría en un rehén si el Imperio acelera la militarización del Atlántico
Sur.
Si esta "asociación" llegara a producirse, el concepto del
"Amazonas Azul" de la Marina quedaría sumergido en las profundidades
del océano. Por no hablar que la OTAN ni siquiera reconoce el concepto de
Atlántico Sur. La propia esfera de influencia de Brasil se extiende en realidad
desde los Andes hasta la costa occidental de África a través del Atlántico Sur.
El "precio" a pagar por aceptar tal ultimátum mafioso de una
"oferta que no se puede rechazar", es enemistarse abiertamente con
China. Equivaldría a los militares brasileños suicidándose con su propia espada
tropical.
Los asuntos comerciales entre Brasil y China son intensos -y
multifacéticos. Desde mediados de la década de 1990, la presencia de intereses
comerciales chinos ha sido significativa en la economía brasileña, desde
empresas mineras hasta enormes proyectos de infraestructura como el puente
sobre la Bahía de Todos los Santos.
China es también el principal comprador de la enorme producción de soja
nacional, gestionada por la comunidad agroindustrial brasileña, bastante activa
políticamente, que no se va a quedar de brazos cruzados mientras se erosionan
sus intereses.
Brasil también presume de ser el mayor mercado de telecomunicaciones de
América Latina. La reconstrucción y actualización de la red brasileña de
telefonía e Internet, puesta en peligro por las privatizaciones de los 90 y los
errores empresariales de los 2000, es una oportunidad que Huawei no puede
ignorar.
Eso también supone una gran victoria para Brasil, que podría beneficiarse
de un hardware que la NSA no puede espiar fácilmente.
Así que, cerrar las puertas a Huawei obligaría a Pekín a tomar duras represalias.
La consecuencia más dolorosa sería el fin de las importaciones de soja
brasileña, lo que volvería locos a los mandamases del sector agrícola, con
consecuencias imprevisibles.
Al final, la "oferta que no se puede rechazar" de Sullivan huele
realmente a desesperación. A medida que el Imperio del Caos está siendo
expulsado lenta pero seguramente de Eurasia por la asociación estratégica
Rusia-China, el as imperial en la manga consiste en renovar el control sobre
las satrapías de la doctrina Monroe.
No se sabe si los hombres tropicales de uniforme entienden realmente lo
mucho que está en juego.
Publicado por La Cuna del Sol
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