sábado, 18 de junio de 2022

Los generales rusos muertos, así como una posible baja de Zelenski, no son asesinatos, son y serán objetivos militares en una guerra

Ya nadie puede fiarse de nadie porque altos mandos de los dos bandos son objetivos militares. Toda guerra, pues, se sabe cómo comienza pero no cómo termina.

 

LOS GENERALES RUSOS MUERTOS, ASÍ COMO
UNA POSIBLE BAJA DE ZELENSKI, NO SON ASESINATOS,
SON Y SERÁN OBJETIVOS MILITARES EN UNA GUERRA



Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol

Toda guerra, en todos los tiempos y lugares tiene dos esferas, dos ámbitos de lucha. Primero el político y segundo el militar. Uno es consecuencia del otro. Karl Phillip Gottlieb von Clausewitz era un teórico e historiador de la guerra, cuyas enseñanzas las había aprendido de las guerras napoleónicas que asolaron Europa en el siglo XIX. Pertenecía a la aristocracia militar prusiana en cuya academia militar, para formación de oficiales, estaba reservado para las altas clases sociales del reinado de Prusia, pueblo germánico situado en la parte norte de a Alemania y frente al mar Báltico.

Tras la derrota del Imperio Alemán en 1918, al finalizar la Primera Guerra Mundial, ese Estado Militarista pasó a pertenecer a la entidad surgida después del fracaso militar: la República de Weimar. En ese mundo había nacido Von Clausewitz a finales del siglo XVIII. Mundo de intrigas políticas y guerras.

Ateniéndonos, pues, a sus teorías de la guerra y a sus tratados de tácticas y estrategia, podemos repetir con Von Clausewitz que la guerra no es otra cosa que la continuación de la lucha política por otros medios. Y el ejemplo más claro, más palmario, lo tenemos con lo que actualmente sucede entre Rusia y Ucrania. ¿Cuántos años duró la lucha política de Putin para procurar el cumplimiento de los Acuerdos de Minsk? Fueron ocho años de pérdida de tiempo y recursos, de engaños y mentiras de parte de los Occidentales quienes nunca quisieron solucionar de manera civilizada esos problemas. No querían la paz los Occidentales y ahora, cínicos que son, solo son aspavientos con la guerra. Como les gusta hacer la guerra a los cobardes: tirar la piedra y esconder la mano.

Ahora la tragedia y la destrucción asuela a la bella tierra de Ucrania. No hay país en el mundo que tenga tierra tan feraz como la tierra llana agrícola de Ucrania. Todas sus llanuras están repletas de tierra negra y profunda. Ucrania es realmente el paraíso terrenal con lagos y ríos por todos lados. Pero ha tenido, pienso yo, mala suerte. Casi todos los dirigentes ucranianos a lo largo de la historia han sido estúpidos, exceptuando a Alexander Nevski, cuyas hazañas militares le consagraron como un héroe y como un santo de la iglesia ortodoxa pues derrotó a los suecos y los Caballeros de la Orden Teutónica de Alemania y logró expandir con estas victorias el territorio ruso europeo durante el siglo XIII (1200).

Refiero estos antecedentes de la historia rusa porque son preocupantes las declaraciones de Dmitri Medvedev, segundo en el mando de Rusia, quien habló de literalmente destruir a Ucrania, es decir, crear un inmenso corredor (toda la tierra ucraniana occidental) como territorio despoblado y neutralizar las amenazas de personas totalmente empáticas con Occidente y donde no habrá, según parece, ninguna reconciliación. Estos ucranianos del siglo XXI son personas identificadas totalmente con Estados Unidos y por lo tanto enemigos de Rusia.

No me imagino una política de tierra arrasada, pero todo es posible que ocurra. Rusia tendría que empujar a toda esa gente a las fronteras de Polonia, Rumania y Moldavia donde tendrían que entenderse esos países con el caos humanitario. No me parece que sean los principios de la política de guerra rusa pero todo puede pasar, sobre todo porque fue declarado, con toda la gravedad del mundo, por Medvedev. Por eso Zelenski ya no se pavonea disfrazado de militar supervisando los ataques rusos, muy limitados, en Kiev. Él es el objetivo militar para que la guerra en Ucrania tome un nuevo giro. Lo mismo haría Ucrania con Putin, pero sobre todo con el Estado Mayor del Ejército Ruso, que es el cerebro de toda guerra. Ya nadie puede fiarse de nadie porque altos mandos de los dos bandos son objetivos militares. Toda guerra, pues, se sabe cómo comienza pero no cómo termina.




Publicado por La Cuna del Sol

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