domingo, 24 de marzo de 2019

Promover el caos generalizado

Venezuela va a experimentar un periodo de sufrimiento que ninguna nación de nuestro hemisferio ha enfrentado en la historia moderna, ha dicho uno de los principales voceros del imperialismo golpista.


PROMOVER EL CAOS GENERALIZADO



El jueves 7 de marzo, unas horas antes del apagón en Venezuela, Marco Rubio presidiendo una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores del senado de los EE.UU sobre la crisis venezolana no solo arremetía contra Nicolás Maduro calificándolo como un peligro manifiesto y una amenaza a la seguridad nacional de los EE.UU, sino que de manera abierta y descarada, hacia un llamado para que Estados Unidos promoviera el “caos generalizado” para finalmente sacar del poder al gobierno de Maduro. Extraña coincidencia, o el anuncio anticipado del caos que envolvió a Venezuela unas horas después al ser sospechosamente interrumpido el suministro eléctrico que afectó a casi la totalidad del territorio venezolano. Después del intento fallido del “convoy humanitario” y del retorno del auto proclamado (títere) Guaidó (por favor, a pedido del Departamento de Estado, llamarlo presidente interino) que se suponían crearían las condiciones para la intervención humanitaria, los cerebros de la operación imperialista del cambio de régimen, ante el fracaso de sus maniobras, decidieron poner en marcha la siguiente fase de la guerra contra Venezuela: atacar los puntos neurálgicos vitales para el funcionamiento y supervivencia de la nación venezolana, con el objetivo de crear la mayor cantidad de inestabilidad y caos posible que al final sirva de pretexto para la anhelada intervención humanitaria.

El apagón que se prolongó por varios días y que perjudicó seriamente las actividades diarias del gobierno y la población venezolana se enmarca dentro de ese contexto de la generación del caos, como método de guerra hibrida, necesario para la preparación del terreno para el cambio de régimen. Es precisamente dentro de este contexto de guerra hibrida, como el que experimenta el país actualmente, que el apagón no puede ser catalogado como un simple accidente que, extrañamente coincide con el aceleramiento de la ofensiva imperialista contra Venezuela. Por lo tanto, el gobierno de Nicolás Maduro, entendiendo que el país enfrenta una situación de guerra declarada por un enemigo muy poderoso y con la abrumadora y comprobada capacidad de generar caos y destrucción sobre sus blancos designados, no titubeo en calificar el apagón, como una acción premeditada, un sabotaje cibernético por parte de los EE.UU contra la infraestructura eléctrica de Venezuela.

Como ya es costumbre, Washington negó tener responsabilidad alguna y en su lugar, conjuntamente con la oposición venezolana, culparon al gobierno socialista de Maduro de ser el responsable de la interrupción del fluido eléctrico debido a la incompetencia y el mal manejo del rico país petrolero. Sin embargo, fueron las declaraciones de Marco Rubio, inmediatamente después de ocurrido el desastre eléctrico, las que hicieron que el gobierno venezolano culpara a Estados Unidos de estar directamente implicado en el apagón. Entusiasmo exagerado o soberbia imperial, la verdad es que Marquitos (como se le conoce al senador Marco Rubio en los oscuros círculos de la sociedad miamense) no pudo resistir la tentación de revelar detalles de la falla eléctrica en el embalse del Guri que en ese preciso momento nadie conocía, a no ser los artífices del sabotaje.

Considerado como el hombre clave, entre los siniestros personajes que asesoran o cumplen las órdenes de Trump para tumbar a Maduro y acabar con la amenaza que el socialismo y el Chavismo representan para la región y la seguridad nacional de los EE.UU, no es difícil suponer que el senador de Florida estaba al tanto de los detalles del ataque terrorista contra Venezuela, a menos que Rubio, sea poseedor de “habilidades místicas”, que en tono de broma el ministro de Información Jorge  Rodríguez le atribuyó a Rubio debido a que parecía que el senador Republicano de Florida sabia la naturaleza exacta de la falla eléctrica incluso antes de que las autoridades venezolanas lo hayan determinado. En la misma audiencia Rubio, ominosamente predijo que Venezuela va a experimentar un periodo de sufrimiento que ninguna nación de nuestro hemisferio ha enfrentado en la historia moderna.

Esas declaraciones, provenientes de uno de los políticos más reaccionarios de los EE.UU y enemigo acérrimo de Maduro y del Chavismo presagian que una larga y oscura noche se cierne sobre el destino de Venezuela; una larga sucesión de eventos desestabilizadores que conduzcan al resquebrajamiento del Estado y todas sus instituciones que hagan imposible la vida y la gobernabilidad en el país hasta lograr el cambio de régimen y el restablecimiento del dominio estadounidense sobre Venezuela. El endurecimiento de las sanciones económicas, el embargo petrolero, el aniquilamiento del sistema bancario, anunciado  por el sicópata Elliot Abrams, apuntan en esa dirección. Utilizando el falso discurso de la lucha por la libertad y la restauración de la democracia, Marco Rubio le ha prometido a los simpatizantes de la intervención yanqui  que el mundo libre no los ha dejado ni los dejara solos y que “nosotros [los Estados Unidos] estaremos [enfocados] en esto el tiempo que sea necesario”, en otras palabras, hasta que caiga la amenaza socialista encarnada en el gobierno de Nicolás Maduro.

“Trump no se dará por vencido hasta que Maduro esté terminado en Venezuela”, así ha caracterizado Marco Rubio, la determinación de su jefe en Washington empeñado en acabar con la amenaza del socialismo y someter a la testaruda Venezuela. Sin embargo, será Venezuela y su Revolución Bolivariana quienes tengan  la última palabra.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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