Tomando en cuenta que entre
las últimas acciones del gobierno de Obama estuvo la firma de un paquete de nuevas
sanciones contra Rusia aprobadas abrumadoramente por el congreso
estadounidense, y luego, la revisión de la doctrina militar rusa, que considera
a la OTAN una amenaza a la seguridad interna de Rusia, más el abandono de
Ucrania de su estatus de no alineado y su declarada intención de ser parte de
la OTAN, muy pocos en verdad se imaginaban que en estos momentos se estuviera
hablando de un posible acercamiento o
algún tipo de deshielo entre los principales contendientes, los EE.UU y Rusia.
¿DESHIELO?
Después de todo lo presenciado en 2014 relacionado con la crisis en Ucrania
donde el enfrentamiento entre Rusia y Estados Unidos alcanzó peligrosos niveles
de histeria, sobre todo del lado EE.UU-OTAN-UE, nunca vistos desde el fin de la
Guerra Fría y el derrumbe de la Unión Soviética, la mayoría de los pronósticos
apuntan hacia un recrudecimiento del conflicto en el 2015. Tomando en cuenta
que entre las últimas acciones del gobierno de Obama estuvo la firma de un
paquete de nuevas sanciones contra Rusia aprobadas abrumadoramente por el
congreso estadounidense, y luego, la revisión de la doctrina militar rusa, que
considera a la OTAN una amenaza a la seguridad interna de Rusia, más el
abandono de Ucrania de su estatus de no alineado y su declarada intención de
ser parte de la OTAN, muy pocos en verdad se imaginaban que en estos momentos
se estuviera hablando de un posible
acercamiento o algún tipo de deshielo entre los principales contendientes, los
EE.UU y Rusia.
Quizás con la intención de crear la sensación de que lo peor en las
relaciones entre Rusia y los EE.UU está llegando a su fin dando inicio a una
fase de distensión, pues apenas estamos iniciando el año nuevo y las cosas no
deben empezar tan mal, últimamente se ha estado especulando (oficialmente ni
estadounidenses ni rusos han dicho nada al respecto) sobre la existencia de
negociaciones entre los EE.UU y Rusia con la finalidad de alcanzar un acuerdo
sobre la crisis en Ucrania.
Estas especulaciones tienen su origen en dos piezas publicadas en Bloomberg
News (Inside Obama’s
Secret Outreach to Russia) el 31 de diciembre, y en el New
York Times (Rapprochement with
Russia?) el 30 de diciembre. Es de destacar que el diario
neoyorkino reproduce una pieza elaborada por Rand Corporation, un think tank
financiado por el gobierno de EE.UU y estrechamente ligado al Pentágono, por lo
que sus análisis y propuestas responden a los objetivos de sus patrocinadores.
De acuerdo al conservador y anti Putin, Bloomberg News, la administración
de Obama ha estado trabajando secretamente durante meses con la intención de
forjar un plan para una nueva relación con Rusia, a pesar del poco interés
mostrado por Putin en reparar las relaciones con Washington y en detener su
campaña de agresión en Ucrania. Según James Rogin, el autor del artículo, que
cita fuentes anónimas del gobierno de Obama, este nuevo esfuerzo, que no equivale
a un completo restablecimiento de relaciones, ha estado siendo encabezado por
el secretario de Estado, John Kerry, quien inclusive contempló una visita a Moscú
para reunirse con Putin pero tuvo que ser cancelada ya que había escasas
posibilidades de lograr un resultado tangible. Incluso, a solicitud de Obama,
hasta el nonagenario Henry Kinssinger habría participado como intermediario
tratando de llegar a algún acuerdo con el presidente ruso, indica Rogin.
El ofrecimiento de Estados Unidos
a Rusia
Según Bloomberg, en las varias conversaciones entre Kerry y Lavrov, el
secretario de Estado estadunidense le ha ofrecido a su contraparte ruso un relajamiento
parcial de las sanciones económicas más onerosas, a cambio de que Rusia se adhiera a los acuerdos de
septiembre en Minsk y que desista en su apoyo militar directo a los
separatistas ucranianos. La cuestión de Crimea, por el momento será dejada al
margen, y algunas de las sanciones iniciales que fueron impuestas antes de la
anexión de Crimea permanecerán en su lugar. Según oficiales citados, si se
produjera un acuerdo sobre Donestsk y Lugansk, podrían removerse algunas
sanciones, mientras que se mantendrían las sanciones relacionadas con Crimea.
Esto, según los funcionarios citados, representa una salida para Putin.
Por otra parte, la pieza hecha pública por Rand Corporation, después de
castigar y culpar a Putin como el único causante de los problemas actuales de
Rusia producto de su desestabilizador papel en Ucrania, propone como solución
un alivio a la sanciones y revitalización de los lazos económicos con
occidente, siempre y cuando, Rusia, urgida por la fragilidad del rublo, muestre
buena disposición a desescalar la guerra en Ucrania.
La Buena disposición de Rusia que permitiría un alivio de las sanciones,
según Rand Corporation, se manifestaría, en primer lugar, en cumplir totalmente
con los acuerdos de septiembre en Minks (rotos en la última semana de
diciembre) los cuales se establecieron después de la invasión rusa de agosto y
que han sido constantemente violados, principalmente por Rusia. Seguidamente, Rusia
tendrá que retirar todas las fuerzas que todavía permanecen en Ucrania y
cooperar completamente con el monitoreo de la frontera a cargo de la
Organización para la Seguridad y la cooperación en Europa. Si Rusia no cumple
con su promesa, los EE.UU y Europa de mutuo acuerdo, inmediatamente procederán
a reimponer las sanciones. En segundo lugar, la OTAN continuará fortaleciendo
su postura disuasoria en Europa Oriental para proteger a sus miembros del
aumento de los riesgos. El reforzamiento del flanco oriental es un seguro
esencial contra otro rompimiento de sus relaciones con Rusia. Washington debe
comprometerse a una constante presencia de sus tropas en los Estados bálticos y
Polonia. Pero para que las medidas disuasorias surtan efecto será necesario un
despliegue multinacional. Sera necesario desplegar números reducidos de fuerzas
europeas en los Estados bálticos y Polonia y realizar ejercicios regulares para
reforzar la capacidad de disuasión. En tercer lugar, en tanto es crucial que
Kiev tome sus propias decisiones sobre su membresía en la OTAN, aun cuando está
muy lejos de cumplir con los requerimientos, la OTAN debe continuar con su
política de puertas abiertas de larga data. El reconocimiento por parte de Kiev
de que no obtendrá la membresía en el corto plazo simplemente será un
reconocimiento de esta realidad. Sin embargo, Kiev podrá aun tener una
asociación acentuada con la OTAN. Cuarto, Rusia tendrá que aceptar una estrecha
relación de Ucrania con la Unión Europea –como también profundizar las suyas.
Fue el interés de Ucrania en acercarse a la unión lo que provocó la crisis
inicial. Quinto, occidente tendrá que comprometerse firmemente en apoyar las
reformas internas en ucrania. Aunque ha dado apoyo financiero y asesoramiento
para ayudar en el fortalecimiento de las instituciones políticas, económicas y
militares de Ucrania, un compromiso mayor de largo plazo es necesario.
Lo anterior, según el mencionado think tank ligado al Pentágono, constituye
el denominado paquete de medidas razonables
que le ofrecería a Rusia un brillante futuro económico a la par del
reconocimiento de Occidente de la duradera importancia de Rusia. El Sr.
Putin, a pesar de la tormenta económica que tiene por delante, puede todavía
escoger el escalamiento de la confrontación. Pero los diplomáticos
estadounidenses y europeos tienen que hacer uso de la crisis para ofrecerle a
Putin una opción alterna.
La opción alterna de la que hablan loa autores de las referidas piezas,
equivale nada más y nada menos que a la capitulación de Rusia de la mano de
Putin. En Washington y en la mayoría de la mainstream media se asume que a estas
alturas de la confrontación Putin, a causa de las sanciones económicas y la
caída de los precios del petróleo, se encuentra en una posición delicada y sin
posibilidades de una salida exitosa de la crisis que el mismo ha creado. Por lo tanto no le queda otra opción que doblegarse
decorosamente y aceptar las ofertas, o mejor dicho las imposiciones de los EE.UU,
el vencedor, si quiere salvar su propio pellejo e integrar a la Madre Rusia al
glorioso y triunfante Occidente. Sin embargo, como indica James Rogin, la
dirigencia rusa ha rechazado todas las insinuaciones al respecto tanto en
privado como en público.
Es importante destacar el hecho de que Rusia después del fracaso de las
conversaciones de Minsk haya decido continuar con los suministros de carbón y
electricidad a Ucrania, lo que podría ser una señal de que Moscú está buscando desacelerar
de algún modo el conflicto, quizás con la intención de mantener congelado el
conflicto en el este ucraniano evitando así mayores represalias de Occidente. Esto
quizás ayude a explicar la actual cacería que se está llevando a cabo contra militantes
revolucionarios y cuadros comunistas de la resistencia en las repúblicas de
Donetsk y Luhansk a manos de sectores reaccionarios de la oligarquía rusa y
ucraniana.
Finalmente, hay que tener presente que después de todo esta es una confrontación
entre rivales capitalistas que se viene dando en la actual coyuntura de
profunda crisis del capitalismo global en
cuyo escenario se enfrentan las potencias dominantes, EE.UU, Rusia y China con
visiones diferentes en cuanto a la forma de ejercer el poder pero siempre
dentro del marco hegemónico del capitalismo. No se trata de una lucha donde
este en riesgo la perdurabilidad del capitalismo, sino más bien se quiere prolongar
su existencia bajo una diferente arquitectura de poder. Ni Rusia, ni China, representan
una mejor alternativa para la humanidad al actual sistema de explotación,
desigualdad y acumulación de riqueza comandado por los Estados Unidos.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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