No se puede impedir que la
reacción definitivamente retome el poder con la reproducción de las fantasías,
el silencio, la sumisión electorera. Esa será una derrota segura. Asambleas de
barrio y corredores territoriales comunales, espacios de control obrero,
colectivos conscientes y trabajadores, organizaciones y colectivos donde impera
el verdadero espíritu bolivariano sin reclamaciones míticas, tienen la
oportunidad dentro de los meses que vienen de preparar el terreno, para sacarse
de encima tanta pobredumbre burocrática, corrupta y politiquera para sentar la
bases de un verdadero horizonte socialista y autogobernante: moral y praxis del
alzado. Y apúrenla que lo que viene es candanga.
LO QUE VIENE ES CANDANGA:
CARCOMIDO EN SU DESASTRE
EL REFORMISMO
“REVOLUCIONARIO” Y ESTATISTA SE TERMINÓ
Por Roland Denis
Después de tanta advertencia sería pertinente decir que la palabra escrita
y difundida en realidad no sirve para nada. Pero ella es terca y no renuncia a
decir lo que yo mismo ya no entiendo muy bien, porque no se entiende lo que no
sirve y aún así se sigue haciendo. Pero dele que la obsesión nunca es demasiado
mala y mucho menos esta de la palabra.
Si hay algo que nos enseñan estos años "revolucionarios", es que
el capitalismo agotó todas las alternativas reformistas vistas como
alternativas en sí frente al capital, hasta reducirlas en el mejor de los
casos, a experiencias pacíficas de aumento de un determinado quantum del gasto
público. Quantum dirigidos a responder a un conjunto de demandas sociales de
educación, salud, alimentación, salarios, vivienda, agua, energía, transporte,
que según los casos se aplican con alguna eficiencia, o al revés, conllevan a
situaciones desastrosas como es el caso nuestro. Así mismo, cuando la cosa se
pone muy buena, el reformismo esta dispuesto a aprobar y convalidar un conjunto
de derechos democráticos que los movimientos sociales tratan de expandir; es el
caso de los movimentos de masas nuestramericanos y europeos levantados en los
últimos años, y secundados por alternativas reformistas de poder que ahora se
extienden con éxito sobre Grecia y España (Siriza, Podemos).
Sobre ese barómetro -mas alto o mas bajo- se distinguen las izquierdas y
las derechas democráticas tratando de matizar o detener por algún momento las
consecuencias terribles que de la pervivencia del capitalismo en el mundo
supone. La causa final de la igualdad económica y de género, de la diversidad
cultural, del protagonismo colectivo, y el rechazo a su contrapartida opresiva,
nadie lo cuestionará, ni el reformismo de izquierda ni el de derecha. Pero asumidos
como derechos y nada más, quedarán detenidos en el tiempo utópico. Unos harán
mas amagos que otros para avanzar sobre ellos, pero no hay Estado alguno en el
mundo que se disponga a acabar con el sistema material que condenan a las
comunidades humanas a la desigualdad cada vez mayor y la jerarquización
despótica cada vez mas avallante. A la final, si no hay una ruptura definitiva
y revolucionaria con el Estado y los mecanismos sistémicos de explotación,
ganará en buena parte del mundo el reformismo derechista con su última y
maravillosa propuesta: crédito masivo para todos los ciudadanos, préstamos
mediados por el FMI para los países y seremos iguales y diversos, con pago en
mano a la banca por supuesto.
De todas formas bajo cualquier estrategia, todo esto resulta una enorme
fantasía que se probará en la medida en que la gula de ganancia -es decir, de
la explotación del trabajo- a como de lugar por parte de las grandes fuerzas
capitalistas, rompan los buenos espíritus del Estado reformista y por otro lado
se reapoderen de los pocos recursos y fuerzas productivas liberadas en le ciclo
reformista, con la anuencia final y "táctica" de los señores del
mando estatal. Con la reapertura de las relaciones con Cuba, podemos decir que
simbólicamente el capitalismo finalizó su fase de expansión imperialista y se
convierte en un imperio omnipresente en el mundo que todo se lo traga, una y
otra vez, y esto solo puede enfrentado desde la base de los pueblos en un
horizonte de liberación comunista y libertario que le haga la guerra en todos
los planos y horrorice un sistema que ya hasta con la vida esta acabando.
Hemos dicho desde esta perspectiva que en la medida en que pervivan los
Estados burgueses y sus mecanismos de opresión, la mayor suerte para un pueblo
es tener un gobierno reformista que nada de fondo cambiará pero dejará que se
abra la experiencia desde "otra política" no institucional y fuera
del Estado que prepare la verdadera avanzada revolucionaria de base. Ese fue si
se quiere la razón que le dimos innumerables movimientos a la revolución
bolivariana y el apoyo a Chávez. Pero habían dos condiciones: que el gobierno
funcione sobre esta perspectiva en un plan eficiente de reformas radicales y
democratización profunda del Estado, y por otro lado un movimiento popular cada
vez más organizado y expansivo sobre la sociedad, mantenga su plena autonomía y
quiebre las bases sistémicas del Estado opresivo, mediante un proceso popular
constituyente permanente cada vez más profundo a escales locales, regionales y
nacionales, hasta llegar a la ruptura definitiva; dialéctica interna que debía
llegar hasta ruptura total para impedir que la bestia capitalista se trague la
avanzada radical y y transformadora ganada en el ciclo reformista. Pero ni en
una ni en otra condición política básica esto ha podido avanzar y mas bien se
deteriora hasta llegar a la situación desastrosa que hoy vivimos.
Que mas prueba de semejante fantasía que la que nosotr@s en estas tierras
hemos vivido estos años, y muy posiblemente de grave error estratégico de
nuestro lado al creer que esta riesgosa dialéctica interna iba a funcionar,
imponiéndole nuestro racionalismo a una realidad mucho más cruda, compleja y
tramposa. ¿Qué ha pasado aquí?. Funcionó el crédito barato para la producción y
el consumo (reformismo de derecha), y las políticas de redistribución de la
riqueza producto de la renta energética (refomismo de izquierda). Funcionó
mientras hubo con qué, con la buena suerte de los precios petroleros. Esta
dialéctica interna hacia la ruptura total, funcionó incluso muy bien gracias al
empuje de las fuerzas contrarevolucionarias y su conspiración las cuales
aceleraron la radicalización masiva y autorganizativa de la sociedad hasta el
año 2004; abriendo el verdadero horizonte revolucionario, el cual estuvimos a
punto de llegar.
A partir de entonces, no pudiendo quebrar lo que había que quebrar, los
deseos que se peleaban en la calle se fueron convirtiendo en una fantasía de
recursos repartidos mientras se creaba una nueva burguesía. hija directa de la
autocracia que se alimentaba al abrigo de la relación caudillesca
Chávez-pueblo. Su base de acumulación fue sin duda la divisa petrolera manejada
a discreción de las oficinas de control monetario (BCV-CADIVI). Pero no es solo
el petroleo, colaboran con ella el trabajo reproductivo de millones: desde
burócratas corruptos hasta todo el enjambre comercial, legal e ilegal, de
corbata legitimada y de mafia armada. Esta ha sido la "clase obrera"
de la nueva burguesía en gestación.
Pero así mismo, un porcentaje que no debe pasar del 15% de la clase
trabajadora, ha resistido con mayor o menos conciencia ha esta avanzada
acumulativa de capital parasitario. Productores pequeños, artesanos,
campesinos, obreros, educadores, comunidades resistentes indígenas, comuneros,
profesionales, militantes, creadores culturales, investigadores, escapan de
esta lógica agónica que tiene atrapado al gobierno siguiendo lo ha sido toda la
lógica capitalista nacional desde los años veinte del siglo pasado. Generando
fenómenos de transformación revolucionaria al límite de lo que ha sido posible.
Organizados muchos de ellos e inspirados en la palabra maestra de Chávez, sus
iniciativas autogobernantes, resistentes, autogestionarias, se han enfrentado
al parasitismo autocrático de las cúpulas nacionales y regionales, que han
hecho lo imposible por volverlos polvo. Era la consecuencia lógica de no haber
podido superar el reformismo rentista y el estado corporativo-burocrático. Una
verdadera batalla que habrá que escribirla, por ahora perdida, y sin resolución
aún.
Lo cierto que esta imposibilidad de lograr un verdadero alzamiento contra
los mecanismos y agentes del parasitismo burgués en todas sus versiones
nacionales, al final del camino nos ha llevado a un desastre. La pobreza vuelve
a rondar la sociedad trabajadora, la comunidades pierden su ímpetu, la fantasía
reformista ya no tiene los recursos con que garantizar el clientelismo político
que la apoyó por años, mientras que la nobleza de los agentes políticos
protagónicos situados en la base de la sociedad no saben que hacer mas que
delirar en su rabia, un instinto antiburocrático que se pierde ausente de
estrategia.
Si pudiésemos dividir las cosas siguiendo la clásica división entre
vanguardias y masas diríamos que hoy existe una masa desesperada que ve como se
pierde la fantasía (desde comerciantes, burócratas, empleados, técnicos y
profesionales, una pequeña burguesía que pierde su ganancia) y una vanguardia
encerrada sobre ella misma, no sabiendo que decir ante el desespero que no la
lleve a favorecer al lobo feroz de la derecha. Es decir, no sabe como recobrar
su autonomía, y mientras tanto desabeastecimiento e inflación que nos viene por
encima de tres dígitos vuelve trizas cualquier progresismo reformista.
Recordemos que la única autonomía es el ejercicio revolucionario real,
duela a quien le duela. Lo que viene es no solo determinante, sino muy duro en
la medida en que implica la existencia de mucha escases y miedo a la ausencia
de recursos frente a la vorágine especulativa que se avecina. Decíamos que
necesitamos en una situación así recobrar el espíritu del insubordinado; la
ética del alzado. No hay otra salida, un pueblo que pierda movimiento y sentido
de desobediencia simplemente está derrotado de antemano, atemorizado por las
consecuencias que su vitalidad pueda traer, cosa que es un absurdo pero que
tanta manipulación y criminalización de la resistencia ha logrado meter hasta
en las cabezas mas izquierdistas y lúcidas.
Muchos hablan de ponerse a producir y es verdad, hay que producir
colectivamente a como de lugar. Pero no es solo el acto de introducir una
semilla a la tierra lo que va a salvar la situación. Hay que insubordinarse
contra esta asquerosa dirigencia política y militar que quebró todos los
mecanismos revolucionarios que la misma palabra del Chávez caudillo imploraba
una y otra vez que se desatara. Me refiero al alzamiento de esa vanguardia
enorme que topa el 15% de la población y no de grupúsculos políticos
predestinados, que a la final siempre llegan al tope de su radicalismo con una
simple llamada telefónica desde algún ministerio.
Hay que promover el reencuentro libertario que facilitó el quiebre dela IV
República, sin que le dieran un medio. Hay que alzarse contra estos
hambreadores que son los de siempre, aunque en algunos casos con rostros y
franelitas distintas. No se puede impedir que la reacción definitivamente
retome el poder con la reproducción de las fantasías, el silencio, la sumisión
electorera. Esa será una derrota segura. Asambleas de barrio y corredores territoriales
comunales, espacios de control obrero, colectivos conscientes y trabajadores,
organizaciones y colectivos donde impera el verdadero espíritu bolivariano sin
reclamaciones míticas, tienen la oportunidad dentro de los meses que vienen de
preparar el terreno, para sacarse de encima tanta pobredumbre burocrática,
corrupta y politiquera para sentar la bases de un verdadero horizonte
socialista y autogobernante: moral y praxis del alzado. Y apúrenla que lo que
viene es candanga.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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