La
palabra “Holocausto” es un término bíblico que significa “sacrificio”, ¿por qué
el uso de “sacrificio” para denominar un genocidio? La respuesta según algunos
investigadores residiría en que el movimiento sionista internacional habría
sacrificado a los judíos europeos en el Holocausto para cumplir
escrupulosamente una siniestra agenda geo-política que se granjeara simpatía,
culpa y compensación financiera internacionales, con el objeto de legitimar un
“Hogar Nacional Judío” en tierra árabe, un proyecto inviable sin el trasfondo
victimista del Holocausto. Netanyahu lo sabe bien, por eso su reciente intento
de reescribir una historia donde su entorno más cercano jugó un papel tan
vergonzante, erra al abrir la caja de
Pandora de las miserias sionistas.
SIONISMO, EL VERDADERO ALIADO DE HITLER
Por Alberto García Watson
Las incendiarias declaraciones del primer ministro
israelí, Benyamin Netanyahu exculpan a Adolfo Hitler del genocidio.
El primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu tal vez desconozca que bajo
la legislación europea relativa al revisionismo histórico en materia del
Holocausto judío, sus incendiarias declaraciones exculpando a Adolfo Hitler del
genocidio, pudieran ser constitutivos de delito al alinearse claramente con los
más radicales revisionistas que al igual que él entienden que el Führer tan
sólo pretendía expulsar a los judíos de Europa Central.
Sus absurdas declaraciones inculpando al Mufti de Jerusalén Haj Amin
al-Husseini, de ser el verdadero responsable intelectual del Holocausto judío
al incitar (según él) a Adolfo Hitler a adoptar la “Solución Final” contra los
judíos, son absolutamente falsas y totalmente carentes de rigor histórico.
En el encuentro mantenido por el clérigo palestino y Hitler el 28 de
noviembre de 1941 en Berlín, es claramente apreciable el interés del Fürher en
su compromiso para combatir a la judería mundial, en tanto que el Mufti
al-Husseini tan sólo expresa su preocupación por los intereses árabes en
general y en el palestino en particular. En ningún momento
al-Husseini (como se desprende de la transcripción oficial de dicho
encuentro), hace mención alguna durante toda la conversación a la “quema de
judíos” como intencionalmente ha sugerido el premier israelí.
La disparatada versión del revisionista Netanyahu ha sido ya rechazada por
historiadores y políticos israelíes y palestinos, algunos de los cuales han
llegado a señalar que dichos incongruencias no sólo pretenden trivializar sobre
el Holocausto pero tendrían como objeto el caldear aun más el ambiente de
confrontación entre lo más radical de la sociedad judía y el incipiente
levantamiento popular palestino.
No obstante y si nos ceñimos a un absoluto rigor histórico obtendremos que
la relación entre el III Reich y el sionismo en la Alemania Hitleriana, lejos
del pretendido clima de persecución, era íntima.
Desde la subida al poder de Adolfo Hitler en 1933, el Nacional Socialismo
apoyó al sionismo de manera significatica en el proyecto de emigración judía a
Palestina. En la confluencia ideológica, ultanacionalista y un evidente
entendimiento desde la perspectiva étnico/identitaria, el nazismo y el sionismo
fortalecieron sus posicionamientos afines. El sionismo experimentó una
importante progresión durante el nazismo. Publicaciones como el “Jüdische
Rundschau” (periódico de la Federación Sionista en Alemania) incrementaron
potencialmente sus ventas y la celebración en 1936 en Berlín de la Convención
Sionista, dan cuenta de la expansión de la vida política de los alemanes
sionistas en tiempos del III Reich.
Las SS eran particularmente entusiastas en su apoyo al sionismo. En 1934
una publicación interna de las SS recomendaba a sus miembros un apoyo
incondicional y activo al Sionismo, tanto por parte del gobierno como del
partido nazi, como la mejor herramienta para incitar a la emigración a
Palestina de los judíos alemanes.
Leopold von Mildenstein, un importante oficial de las SS y Kurt Tuchler
representante de la Federación Sionista alemana, realizaron juntos un recorrido
de seis meses por Palestina para verificar el desarrollo y expansión de los
asentamientos en territorio palestino. A su regreso, von Mildenstein publicó a
finales de 1934 una serie de doce artículos para el importante diario
berlinés Der Angriff, donde el oficial nazi expresaba su
admiración por los extraordinarios logros de los colonos sionistas en
Palestina. El periódico berlinés emitió un medalla conmemorativa de dicha
visita en la que se exhibía en una cara la Swastika (cruz gamada nazi) y en la
otra cara la estrella de David, como muestra de los estrechos lazos entre el
sionismo y el nazismo.
Los servicios de seguridad de Himmler (jefe de las SS y Gestapo)
colaboraron con la Haganah (escuadrones paramilitares terroristas judíos en
Palestina) dirigiendo la emigración judía a Palestina así como entregas
secretas de armamento alemán a colonos judíos para su uso en enfrentamientos
con la población árabe palestina.
En enero de 1941 otra banda criminal judía, el Lehi o Stern Gang (escisión
de otro grupo paramilitar sionista, “Irgun Zvai Leumi”), comandada por Avraham
Stern, sometió una propuesta formal de alianza político-militar con la Alemania
nazi a través de Otto Werner von Hentig, cónsul alemán en Beirut.
Lo que resulta ciertamente paradójico es que estos grupos terroristas
judíos participaran activamente en la guerra del lado alemán, cuando ya eran
conocidas las deportaciones masivas de judíos de Europa central y el exterminio
de judíos por parte de régimen nazi ya había dado sus primeros pasos con
masivas masacres en Lituania. La explicación estaría en el hecho de que el
movimiento sionista es laico/reformista (el padre del sionismo, Theodor Herlz
era ateo), mientras que la mayoría de las víctimas del Holocausto eran judíos
ortodoxos Jaredis opuestos al sionismo y al establecimiento del estado de
Israel, por lo que muchos se negaron a participar del proyecto nazi-sionista de
emigración masiva a Palestina. Hoy en día la comunidad judía Jaredí es una de
las más odiadas en Israel.
Pero lo que sí se le puede achacar al Netanyahu historiador es el hecho de
desconocer la misma historia del partido político en el que milita, el Likud,
de este partido llegó a decir Albert Einstein (ilustre judío) en una famosa
carta”… un partido político con un enorme parecido en cuanto a su
organización, métodos, filosofía política y planteamientos sociales, a los
partidos nazi y fascista.“
El Likud, una formación fundada bajo inspiración de uno de los padres
fundacionales de la entidad sionista, Zeev Jabotinsky no deja indiferente a nadie. “Hitler
Jabotinsky” como lo denominaba Ben Gurion, fue el instigador del sionismo
revisionista del que surge el grupo terrorista judío de extrema derecha Irgun
Zyai Leumi, tristemente célebre por sus innumerables masacres contra
poblaciones palestinas en los años ´40.
Jabotinsky era un admirador de la Alemania nazi pero sobre todo de la
Italia fascista, Mussolini llegó a decir de él en 1935, “…Para el éxito del
sionismo, necesitais tener un estado judío con una bandera judía y una lengua
judía. La persona que verdaderamente entiende eso es vuestro fascista,
Jabotinsky.”
Benzion Netanyahu, padre y mentor político de Benyamin Netanyahu, fue en
los años´30 secretario personal de Zeev Jabotinsky. Benzion Netanyahu pronunció en 1998 un
discurso conmemorativo del 50 aniversario del nacimiento de Israel, donde
elogió la figura de Abba Achimier, (un estrecho colaborador de Jabotinsky que abrazó el
Nazional Socialismo de Hitler, por “salvar a Alemania de la Guerra civil y
la dictadura soviética”), el progenitor del benjamin de los Netanyahu no
tuvo reparo en alabar públicamente a este sionista como su modelo político a
imitar.
La palabra “Holocausto” es un término bíblico que significa “sacrificio”,
¿porqué el uso de “sacrificio” para denominar un genocidio? La respuesta según
algunos investigadores residiría en que el movimiento sionista internacional
habría sacrificado a los judíos europeos en el Holocausto para cumplir
escrupulosamente una siniestra agenda geo-política que se granjeara simpatía,
culpa y compensación financiera internacionales, con el objeto de legitimar un
“Hogar Nacional Judío” en tierra árabe, un proyecto inviable sin el trasfondo
victimista del Holocausto.
Netanyahu lo sabe bien, por eso su reciente intento de reescribir una
historia donde su entorno más cercano jugó un papel tan vergonzante, erra al al
abrir la caja de Pandora de las miserias sionistas.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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