Llama poderosamente la
atención que la operación militar turca denominada, Escudo del Éufrates
(Euphrates Shield) se realiza con el apoyo aéreo de los EE.UU, y unas horas
antes de la llegada a Ankara del vicepresidente estadounidense Joseph Biden,
quien en conferencia de prensa conjunta con el primer ministro de Turquía,
manifestó su apoyo a la operación militar turca en Jarabulus, al tiempo que
urgió a los kurdos sirios retornar a la ribera oriental del Éufrates, si
querían continuar recibiendo el apoyo de los EE.UU. Igualmente, llama
poderosamente la atención la postura de casi total silencio asumida por Irán,
Rusia y Siria ante la invasión militar turca del territorio sirio.
EL EMBROLLO SIRIO
Cada día la situación en el conflicto militar en Siria se torna más
complejo al grado de desafiar los análisis más sesudos que se elaboran acerca
del mismo. Sin embargo, de lo que quedan pocas dudas es en que en Siria, por su
posición estratégica en el Oriente Medio, se está desarrollando una de las
mayores batallas imperialistas de los últimos tiempos, que involucra a las
mayores potencias del momento, es decir, los EE.UU, Rusia y China (que
finalmente ha decidido involucrarse en el conflicto del lado del gobierno de Al
Assad) que, al igual que actores regionales de peso como Irán, Turquía, Arabia
Saudita e Israel y la propia UE, buscan establecer su hegemonía militar y
económica en una de las regiones con mayores recursos energéticos del planeta. En
el conflicto sirio se dan cita una gran variedad de actores y de intereses contrapuestos
que determinan que la calidad y duración de las alianzas, los acuerdos, pactos
y conversaciones secretas adquieran un carácter contradictorio que únicamente
garantizan la prolongación de la guerra y la destrucción de Siria.
En este sentido tenemos el caso de Turquía que después de ser uno de los países
miembros de la coalición liderada por los EE.UU-OTAN, que incluye además a
Arabia Saudita y a los países del Golfo, que más ha contribuido al agravamiento
del conflicto con su apoyo indiscriminado al terrorismo yihadista buscando
derrocar a Al Assad, en estos momentos y después del frustrado intento golpista
contra el presidente Erdogan, está buscando jugar un papel más “constructivo”
en la resolución de la crisis siria, especialmente ahora que los kurdos con el
apoyo de los EE.UU están a punto de establecer su propio estado en la frontera
norte entre Siria y Turquía. Todo esto se da en el marco del restablecimiento
de las relaciones con Rusia, rotas después del incidente aéreo de noviembre
pasado en el que cazas turcos derribaron un avión de combate ruso, y que se ha
llegado a pensar representaría un realineamiento turco en favor del eje
Rusia-Siria-Irán más Hezbollah. Sin embargo, esto no ha impedido que Turquía
siga apoyando a los yihadistas en Alepo y permitiendo que los aviones de los
EE.UU (acusado por el gobierno de Erdogan de estar detrás del fallido golpe de
estado) continúen utilizando la base aérea de Incirlik en los vuelos de apoyo a
los kurdos, considerados terroristas por Ankara, que luchan contra el EIIL en
el norte de Siria.
Por último y para agregarle mayor complejidad a la situación en Siria y en
si al papel de Turquía, tenemos la reciente incursión militar de Turquía en
territorio sirio para supuestamente desalojar al Estado Islámico de la
estratégica localidad de Jarabulus en Alepo, que ha estado en manos de la
agrupación terrorista, que a lo largo de la guerra en Siria ha contado con el
apoyo de Erdogan. Pero los ataques no se limitarían al EIIL, las fuerzas
kurdas del PYD (Democratic Union Party,
cuya ala militar Peoples Protection Units o YPG continua obteniendo victorias
militares en el norte de Siria) también serían blancos de los ataque de las
fuerzas de operaciones especiales turcas en alianza con milicias sirias
pro-turcas del ESL que, según los últimos informes, ya se han apoderado de la
ciudad de Jarabulus (la cual, según algunas fuentes, habría sido previamente abandonada
por los combatientes del EIIL). Lo anterior significa que Turquía estaría
logrando su largo y acariciado objetivo de posicionarse militarmente en esa
zona del territorio de Siria.
Llama poderosamente la atención que esta operación militar turca
denominada, Escudo del Éufrates (Euphrates Shield) se realiza con el apoyo
aéreo de los EE.UU, y unas horas antes de la llegada a Ankara del
vicepresidente estadounidense Joseph Biden, quien en conferencia de prensa conjunta
con el primer ministro de Turquía, manifestó su apoyo a la operación militar
turca en Jarabulus, al tiempo que urgió a los kurdos sirios retornar a la
ribera oriental del Éufrates, si querían continuar recibiendo el apoyo de los
EE.UU. Igualmente, llama poderosamente la atención la postura de casi total
silencio asumida por Irán, Rusia y Siria ante la invasión militar turca del
territorio sirio.
¿Cuál es el significado de todo esto?
Hasta ahora se han publicado muchos análisis que tratan de explicar las
verdaderas razones detrás de la operación militar turca y muchos concuerdan en
que fue ejecutada con el consentimiento o el tácito acuerdo de Rusia, Irán y
Siria, lo que explica el silencio casi total de estos tres países. En este
sentido hay comentarios como el siguiente (Indian Punchline): La parte
sorprendente es que la incursión turca se da como resultado de un acuerdo
tácito con Irán (y Siria). Curiosamente, continua la nota, los aviones rusos no
se ven por ninguna parte en los cielos sirios para detener la incursión turca.
Seguramente esto está provocando nerviosismo en la OTAN, pues resulta muy
improbable que Turquía le haya confiado a la alianza liderada por los EE.UU lo
relacionado con la operación Euphrates Shield, la que irónicamente, tiene como
objetivo destruir al mejor aliado de los EE.UU en el ajedrez sirio.
Según el mismo portal, el martes por la mañana una delegación de oficiales
de inteligencia iraníes se desplazó a Ankara en una visita relámpago con el fin
de dar los toque finales a la operación conjunta, Euphrates Shield, contra los
sirios kurdos. Presumiblemente la delegación iraní se encargaría de transmitir
mensajes de Damasco a la parte turca. Elaborando un poco más sobre esto, otras
fuentes (Fort Russ) mencionan el hecho que Damasco y Ankara hayan estado
sosteniendo conversaciones secretas desde hace varios meses en Argel, la
capital de Argelia, como también el hecho de que hace unos días Turquía despachó
a uno de sus jefes de inteligencia a Damasco para reunirse con sus colegas
sirios, lo que explicaría el por qué tanto Rusia como Irán se han abstenido de
condenar la incursión de Turquía en Siria, como tampoco que hayan protestas
airadas de parte de funcionarios sirios. Cada vez más, indica el portal, la
evidencia apunta a que la operación de Turquía forma parte de una amplia
maniobra coordinada por adelantado con Siria, Rusia e Irán. Sin embargo, por
razones políticas internas dentro de Siria y Turquía, ninguna de las partes se
espera que admita haber coordinado algo de esto, y es muy probable que Turquía
emita declaraciones belicosas o que Damasco hable a cerca de la protección de
su soberanía. Sin embargo, lo más importante, recomienda el portal, no es
escuchar lo que digan Turquía y Siria, sino poner atención y observar lo que
Rusia e Irán digan y hagan, ya que son los dos países más capacitados para
defender a Siria de cualquier agresión ilegitima en contra de su territorio y
quienes la han estado respaldando desde hace varios años.
Si lo expresado en estos análisis tiene validez y en realidad existe un
acuerdo tácito o un acuerdo súper secreto, entre Rusia, Irán y Siria con
Turquía, entonces estamos en presencia de un esfuerzo coordinado para bloquear
la emergencia de un Kurdistán sirio apoyado por los EE.UU e Israel que
conectaría los territorios kurdos entre el Kurdistán iraquí y el Mediterráneo
oriental. Obviamente este favorece la posición de Turquía con respecto a la
creación de una entidad kurda que pueda amenazar su integridad territorial al igual que a Irak y Siria, a la vez que
representaría un serio revés geopolítico para los planes estadounidenses de
seguir manteniendo su presencia y control en esa región mediante la creación de
un estado kurdo a su completo servicio. Sin embargo, no todo luce tan sencillo
como para creer que los Estados Unidos estén quedando fuera de la jugada o se
estén conformando con jugar un rol secundario, y que en un desesperado intento
por mantenerse vigentes en el juego hayan decidido apoyar la operación de
Turquía y de paso traicionar a sus aliados kurdos como parece ser el caso.
Pero es muy importante no pasar por alto el hecho de que los EE.UU ya se
han posicionado en el noroeste de Siria, en la provincia kurda de Hasaka, en
donde el Pentágono ha establecido de facto una “zona de exclusión aérea” para
impedir los ataques de los aviones militares sirios y rusos. Acerca de esto
Fars News comenta que, la idea de cualquier “zona de exclusión” es obstaculizar
el uso de la fuerza militar por parte de Irán, Siria, Rusia y Hezbollah contra
los grupos de terroristas “moderados” apoyados por los EE.UU. El proyecto
clandestino esta designado para suministrar más armamento a los “moderados” en
Alepo y en otras zonas, y profundizar aún más la intervención militar de los
EE.UU en Siria expandiendo gradualmente el objetivo inicial, como en Irak y
Libia, es decir, el cambio de régimen.
Por otra parte otros acontecimientos destacan por su relevancia e implicaciones,
como la caída del suburbio de Darayya en Damasco donde unos 1,500 militantes
del grupo Ajnad al-Sham se han rendido a las tropas sirias que la mantuvieron
bajo sitio por cuatro años. Darayya, juntamente con Homs y Alepo, se ha
considerado como uno de los tres campos de batalla más decisivos de la guerra
en Siria. En relación al posible acuerdo de un cese al fuego que se ha estado
negociando entre los EE.UU y Rusia este habría llegado a una situación de
impase al persistir las diferencias, que parecen insalvables, sobre su implementación
entre los EE.UU y Rusia, lo que contribuirá a que la situación se deteriore más
en Siria. Terminando de complicar el escenario de la guerra en Siria, se
informa que existe mucho malestar en Moscú, no solo con Erdogan por no haber
coordinado con Moscú, (refutando lo dicho previamente a este respecto) sino también
con China e India, quienes de acuerdo a Pravda buscan erosionar el preeminente
estatus de Rusia en Siria. Peor aún, se sospecha que la India, dada la
tradicional amistad de Nueva Delhi con la familia Assad, está actuando al
servicio de Washington.
Muchas cosas se aclararan con el correr
de los días, sobre todo si se trata de una conspiración unipolar
(Turquia-EE.UU) o de una coordinación multipolar (Turquía-Rusia-Irán-Siria) en
la que el gobierno de Erdogan se ha convertido en el principal jugador. Por
ahora el taimado Sultán de Turquía se ha salido con la suya al materializar su
largo y esperado anhelo de establecer una “zona de seguridad” en territorio de
Siria, desde donde por intermedio de los bandas de sus moderados hermanos musulmanes
irá en busca de la concreción de su sueño otomanista. A los kurdos traicionados
y sin amigos no les quedan más que las montañas.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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