Para nadie es un
secreto lo que significan las palabras de Arzú, al afirmar “tendremos que pasar
por encima de las cabezas de los medios de comunicación negativos y nos vamos a
subir las mangas”. Y esa expresión solo puede provenir de militares anclados en
el pasado criminal que ven subversivos por doquier o de una mente cavernícola
que, ante la posibilidad que la justicia caiga encima, ve fantasmas por todos
lados y quiere exterminarlos.
LAS AMENAZAS DE ARZÚ
Por Miguel Ángel Albizúrez
Ahora resulta que cuando los periodistas y
medios de comunicación cumplen con su función de analizar, investigar e
informar al pueblo de los actos de corrupción de los funcionarios públicos,
están haciendo algo negativo y merecen ser descabezados para que dejen de
señalar la corrupción y a los corruptos y dejen de insistir en la necesidad de
terminar con la impunidad que ha reinado entre los gobiernos civiles y
militares, y en casi todas las alcaldías de municipios y departamentos,
encabezadas por la de la Ciudad de Guatemala en donde el lobo, siempre
enfurecido contra los periodistas, ha reinado durante mucho tiempo.
Para nadie es un secreto lo que significan las
palabras de Arzú, al afirmar “tendremos
que pasar por encima de las cabezas de los medios de comunicación negativos y
nos vamos a subir las mangas”. Y esa expresión solo puede provenir de
militares anclados en el pasado criminal que ven subversivos por doquier o de una
mente cavernícola que, ante la posibilidad que la justicia caiga encima, ve
fantasmas por todos lados y quiere exterminarlos.
Las expresiones del que se ha apropiado de la
comuna, es una invitación a los miembros
de la institución armada a que hagan una limpieza de elementos de los medios de
comunicación, empezando por sus directores o presidentes y continuando con
aquellos reporteros o analistas que han hurgado en el palacio del lobo y que no
son de su agrado. Los considera sus enemigos y enemigos del gobierno que él
está dirigiendo. Esta amenaza va también en contra de la dirigencia del
movimiento social y líderes comunitarios y por eso, se tiene que tomar nota de
la amenaza, pues no sea que el alcalde Álvaro Arzú, decida pagar a las
pandillas y les entregue armas y garrotes para atacar a quienes se atrevan a
manifestarse en contra de la corrupción.
Menos mal que Arzú no tiene el poder en sus
manos, aunque por lo visto lo está ejerciendo, pues si lo tuviera, sus deseos
serían órdenes al Ejército para que se repita lo sucedido a finales de la
década de los setenta y ochenta, cuando se exterminó a la dirigencia social y
muchos periodistas fueron obligados al exilio o asesinados. No sabemos por qué
el Ejército y el presidente Jimmy Morales le dieron el espacio en un acto donde
nada tenía que hacer. Menos mal que en las filas del Ejército hay nuevas
generaciones, pero desgraciadamente con mandos superiores atrasados, que se
prestan para que desde su tribuna se amenace al periodista. Ojalá que quienes
no comparten esas opiniones comprenda que él no es su jefe, y que aun cuando
así fuera, no se puede ni se debe cumplir órdenes ilegales.
Arzú puede arremangarse las mangas, pero si por
anteriores amenazas, abusos de poder y agresiones no está en la cárcel, ojalá
este sea el momento en que los procesos contra él avancen y pase sus últimos
días haciendo berrinches tras las rejas. Es lo mínimo que podemos esperar para
quien quiere ver rodar las cabezas de
quienes quieren que el país deje de ser el santuario de las mafias.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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