Cuando una persona le roba
algo a un ciudadano, se llama robo, pero cuando la ciudadanía entera es robada
por unos pocos, la palabra utilizada no es robo sino "flexibilidad
laboral". Y siempre son los hombres y mujeres que trabajan los más
"flexibles, "nunca los capitalistas".
CAPITALISMO Y DEMOCRACIA:
¿DÓNDE ESTÁ LA IZQUIERDA?
Por Christopher Black
Las elecciones en Italia han puesto al descubierto el rostro de la
democracia capitalista y han demostrado que es una farsa, un juego engañoso
dirigido por el capital, con los capitalistas más fuertes siempre planeando la
desaparición de los más pequeños y todos ellos tramando apuñalar por la espalda
a la mayoría trabajadora a la cual estafan para lograr, a través del robo
sistemático, algo que se conoce como ganancia.
Excepto en las naciones socialistas, los trabajadores no tienen voz ni voto
en el control de la economía y su bienestar. En su lugar, se ven obligados a
jugar un juego insultante en el que diversos partidos del capital les ofrecen
candidatos para elegir, en lo que llaman "elecciones", pero que en realidad
son selecciones, es decir, un sistema de nombramientos, a través de la ilusión
de la voluntad popular, de los candidatos preseleccionados del capital para
llevar a cabo la agenda del capital, mientras que los candidatos que
representan los intereses de la mayoría y quienes tienen que trabajar para
ganarse la vida no se les permite ser escuchados o son marginados y
ridiculizados.
En Italia, la verdadera izquierda socialista, el Partido Comunista
Italiano, se ha reformado y se ha desempeñado modestamente en las elecciones,
pero su reciente reaparición en el pantano de los partidos populistas, liberales
y de derecha fue demasiado tarde para evitar la triste farsa que está teniendo
lugar con el Movimiento 5 Estrellas acordando formar una coalición con el
partido derechista de la Liga Norte para formar un gobierno solo para que su
candidato para ministro de finanzas sea bloqueado por la intervención de
Alemania, que ha resultado en el rompimiento de la coalición, y en gritos de la
tiranía de Berlín, cuando es el tiranía del capital alemán e italiano trabajando
juntos lo que ha producido este desastre. La prensa italiana pretende
sorprenderse con esta intervención alemana, llevada a cabo de manera directa y
abierta para frustrar la llamada voluntad democrática del pueblo, mientras los
alemanes se quejan de los irresponsables italianos que amenazan al euro, a la
UE y al control que sobre Europa tiene el capital alemán.
Mientras tanto, en Francia, el presidente Macron, el chico mensajero del
capital francés y alemán, y seleccionado por ellos contra la voluntad del
pueblo trabajador, esta intentado forzar lo que cortésmente se denomina "reformas",
un eufemismo que encubre el ataque frontal contra la clase trabajadora por parte
del capital para hacer sus vidas más pobres, más difíciles, más miserables para
poder enriquecer a los ricos. Cuando una persona le roba algo a un ciudadano,
se llama robo, pero cuando la ciudadanía entera es robada por unos pocos, la
palabra utilizada no es robo sino "flexibilidad laboral". Y siempre
son los hombres y mujeres que trabajan los más "flexibles, "nunca los
capitalistas". Una vez más, en Francia, la serie de huelgas de los
sindicatos para tratar de protegerse de este robo se ven obstaculizadas por el
débil apoyo político de la izquierda francesa. Para derrotar las
"reformas" es necesaria una huelga general para derrocar al gobierno
de Macron, como lo han pedido algunos líderes sindicales, un evento
revolucionario si se llevara a cabo pero no hay una organización política
fuerte para organizar y mantener tal
acción de manera efectiva. El Partido Comunista Francés se ha unido a las
marchas y suma su apoyo a la lucha, pero no es la fuerza poderosa que alguna
vez fue, ya que se desacreditó al unirse al gobierno del capital en el pasado
con la buena intención de tener voz en la mesa, pero solo lograron ceder terreno
al capital para poner en marcha la "austeridad", la palabra que usan
todo el tiempo y que significa el empobrecimiento deliberado de la gente.
En Gran Bretaña, cuya clase obrera ha sido devastada durante 40 años por el
asalto combinado de la austeridad de los Tories y el llamado Partido Laborista,
el voto de la mayoría para abandonar la Unión Europea esta siendo obstaculizado
a cada paso por las mismas personas que organizaron el voto bajo la presión del
capital británico y extranjero que se benefician de que Gran Bretaña permanezca
en la UE, mientras que la libertad de expresión es pisoteada. Canadá, cuya
clase trabajadora, generalmente y de
manera errónea etiquetada como "clase media", ha sufrido grandes
recortes a los servicios y una degradación del nivel de vida desde la caída de
la URSS, está envuelta en el escándalo de la decisión del gobierno de usar
dinero de los contribuyentes para construir un oleoducto para una compañía petrolera
estadounidense que extrae el petróleo del suelo canadiense por casi nada y
quiere que se envíe a puertos en la costa oeste para venderlo a China. Los
canadienses no se beneficiarán de este proyecto en absoluto y se opondrán a él,
pero el partido en el poder ve su papel como agente del petróleo estadounidense
en lugar del pueblo que los eligió.
El sistema político estadounidense, siempre un espectáculo, ha descendido a
una caricatura de democracia en la que no existe una opción real para la gente
y cuando participan en esa farsa y eligen como líder a uno de los dos
candidatos que les ha sido impuestos, cada uno tan corrupto y criminal como el
otro, de manera insultante se les dice que su "elección" fue arreglada
por Rusia, mientras que el 45% de ellos según United Way, viven en la pobreza
real en un país donde tienen que pagar por todo.
Podemos seguir hablando así de todas las democracias capitalistas, pero el
punto es que todos estos juegos están diseñados para enriquecer una clase a
expensas de la otra. Y cuál es la respuesta en los antiguos estados socialistas
de Europa y la URSS, en los antiguos países socialdemócratas convertidos en
cloacas neoliberales, mientras la gente se hunde en el desastre que los capitalistas
les han traído como consecuencia de sus
falsas promesas e ilusiones, no otra cosa que avanzar hacia el fascismo o su
compañera de cama, la monarquía.
Pero, ¿dónde está la izquierda para restablecer el movimiento socialista
frente a la represión universal y continuar la lucha por la justicia social,
económica y política que solo puede existir bajo el socialismo? José Saramago,
ganador del Premio Nobel de Literatura, más conocido por ser el autor de Ceguera, y miembro del Partido Comunista
Portugués, declaró allá por el año 2004 que: "La izquierda no tiene ni puta idea del mundo en el que
vive". La declaración era un desafío deliberado a todos los partidos
obreros de todo el mundo, incluido el suyo, que luego no recibió respuesta y
sigue sin respuesta. La cuestión no es de ideología, buenas intenciones o
análisis correctos de la situación porque las buenas intenciones están ahí,
entre muchas, como es el análisis, y Marx nunca ha tenido más razón que hoy. Es
más una cuestión de atreverse a tomar medidas, a dar los pasos para encarar la
situación de una manera seria. No tengo las respuestas a esto, pero hay que
preguntarlo de nuevo, ¿qué estamos haciendo frente al ataque sostenido contra
los trabajadores que se ha convertido en una guerra de tierra arrasada? En Cuba
estamos presentes, comandante, en China, Corea del Norte, en Venezuela, en
Vietnam. Sí, pero ¿dónde está el resto de nosotros? Y se nos dice, "somos
débiles" pero, ¿por qué somos débiles? O bien, "estamos
creciendo". Muy bien, pero, ¿por qué no crecemos más rápido? "Ellos
controlan los medios de comunicación". Sí, lo hacen. Pero ¿dónde están los
nuestros? "Ellos nos están encarcelando y asesinando". ¿Por qué los
dejamos? En otras palabras, ¿por qué muchos de nosotros estamos sentados sin
hacer nada, cuando hay mucho trabajo por hacer? ¿Dónde están mis amigos?
¿Dónde está la izquierda?
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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