Se podría argumentar que
Estados Unidos siempre ha sido un imperio. Thomas Jefferson llamó a los EE.UU
un imperio, pero un "imperio de la libertad" dedicado a propagar la
libertad en todo el mundo. Habría que decirle eso a los nativos americanos
asesinados y desposeídos por los colonos blancos, o a los mexicanos. Estados
Unidos se apoderó de un tercio de su país por medio de la guerra. Aun así, no
fue sino hasta 1898 que EE.UU adquirió su primera colonia en el
extranjero.
EL DÍA QUE ESTADOS UNIDOS
SE CONVIRTIÓ EN IMPERIO
Por Charles Pierson
Durante medio siglo el Reino Unido celebró el 24 de mayo, el cumpleaños de
la difunta reina Victoria, como el "Día del Imperio". EE.UU debería
tener su propio Día del Imperio y debería ser el 15 de junio. Fue el 15 de
junio de 1898 que Estados Unidos se convirtió en un imperio. Ese día, la Cámara
de Representantes de EE.UU votó 209 a 91 para anexar a Hawái. (El Senado de los
Estados Unidos siguió el 6 de julio, votando 42 a 21 a favor de la anexión).
Se podría argumentar que Estados Unidos siempre ha sido un imperio. Thomas
Jefferson llamó a los EE.UU un imperio, pero un "imperio de la
libertad" dedicado a propagar la libertad en todo el mundo. Habría que
decirle eso a los nativos americanos asesinados y desposeídos por los colonos
blancos, o a los mexicanos. Estados Unidos se apoderó de un tercio de su país
por medio de la guerra. Aun así, no fue sino hasta 1898 que EE.UU adquirió su
primera colonia en el extranjero.
Hawái había sido una nación independiente. En 1887, los colonos
estadounidenses en las islas forzaron un cambio en la constitución hawaiana que
en gran medida desposeyó a los hawaianos étnicos en beneficio de los blancos
adinerados. En 1893, con el apoyo de los EE.UU, los hombres de negocios
estadounidenses y europeos en las islas organizaron un golpe de Estado,
derrocando a la monarquía, y estableciendo una República de Hawai'i; a partir
de ahí, maniobraron para la anexión de Hawái en 1898. Ese mismo año, Cuba,
Filipinas, Puerto Rico y Guam se unirían al incipiente Imperio estadounidense,
fruto de la victoria de los Estados Unidos en la Guerra Hispanoamericana.
¿Por qué el imperialismo?
Durante la campaña presidencial de 1896, se le preguntó al republicano
William McKinley, que ganó en noviembre, cómo los EE.UU podrían evitar una
repetición de la catastrófica depresión de 1893. McKinley respondió que
"queremos un mercado extranjero para nuestros productos excedentes".
McKinley podría haber dicho "abundancia" en lugar de
"excedente". Abundancia describe acertadamente la riqueza que fluye
de los campos y fábricas de Estados Unidos. La abundancia debe ser bienvenida
en cualquier sociedad. Pero no en la sociedad capitalista. Es una señal de la
perversidad del capitalismo que hace que la abundancia sea un problema. El
mercado interno, observó Lenin, no puede absorber la "superabundancia de
capital" y los bienes. Por lo tanto, mientras el capitalismo permanezca
siendo lo que es, el capital excedente se utilizará no con el propósito de elevar
el nivel de vida de las masas en un país dado, pues esto significaría una
disminución de los beneficios para los capitalistas, sino con el propósito de
aumentar las ganancias mediante la exportación de capital al exterior, a los
países atrasados [sic].
La teoría del imperialismo de Lenin explicaba la guerra que había comenzado
dos años antes, en 1914. Lenin demostró que la guerra era imperial en su origen.
Para poder sobrevivir, el capitalismo se ve obligado a mirar más allá del
estado-nación y acceder al mercado mundial. Inevitablemente, esto hace que las
naciones entren en conflicto entre sí. Lenin demostró que el imperialismo no
era separable del capitalismo, sino que era la "etapa superior" del
capitalismo. Lenin pensó que la Revolución seguiría inevitablemente. Lenin no
previó que una vez que el capitalismo había alcanzado su "etapa superior"
permanecería allí en un patrón de espera indefinido.
"Pequeños hermanos
pardos"
La creencia en la superioridad racial blanca actuó como un estímulo, así
como un freno a la expansión imperial de Estados Unidos. Algunos miembros del
Congreso se opusieron al imperialismo porque era contrario al ideal del
autogobierno establecido en la Declaración de Independencia. Pero también hubo
una fuerte oposición a llevar a los no blancos de Hawái, Cuba y las Filipinas a
lo que se consideraba como una república del Hombre Blanco. Por otro lado, los
imperialistas argumentaron que era el deber (o "resposabilidad") del
hombre blanco brindar liderazgo a nuestros "pequeños hermanos
pardos", como los llamaría William Howard Taft, Gobernador General de
Filipinas y futuro presidente de los Estados Unidos, en vista de que eran
incapaces de gobernarse a sí mismos.
Un incidente en particular ilustra vívidamente esta actitud. Los filipinos
que luchaban contra el dominio español creían que Estados Unidos había
prometido liberar las islas. Antes bien, Estados Unidos tomó el lugar de España
como los amos coloniales de los filipinos.
¿Por qué este cambio de rumbo? Como le dijo a un grupo de clérigos que
visitaban la Casa Blanca, McKinley le había preguntado a Dios qué hacer con las
Filipinas. Dios respondió en una serie de viñetas. Estados Unidos tenía cuatro
opciones. Tres de ellas, la independencia filipina, devolver las islas a España
o entregárselas a "nuestros rivales comerciales" Francia o Alemania,
McKinley lo rechazó. McKinley concluyó: "Que no nos quedaba más que tomarlos
a todos y educar a los filipinos, y hacerlos progresar, civilizarlos y
cristianizarlos ..."
Estados Unidos también proporcionó motivos nobles para imponer su hegemonía
sobre Cuba. Estados Unidos justificó la guerra de 1898 con España, al menos en
parte, como una intervención humanitaria avant la lettre. Estados Unidos
traería libertad a los cubanos y terminaría con las atrocidades españolas. No
importa que las atrocidades españolas fueron en gran parte fabricadas por el jingoísta
magnate de la prensa, William Randolph Hearst, el Roger Ailes de su época.
Cuando el USS Maine se hundió en el puerto de La Habana el 15 de febrero de
1898, Hearst y el resto de la prensa amarilla culparon a España, lo que sumó a
los incentivos para la guerra.
Al final, EE.UU terminó traicionando a Cuba. Ahora nominalmente
independiente después de la derrota de España, Cuba se convirtió en una colonia
de facto de los EE.UU. Estados Unidos no anexó a Cuba, sino que obligó a los
redactores de la Constitución cubana a adoptar una disposición (la Enmienda
Platt) que le dio a los EE.UU carta blanca para intervenir en Cuba en el
futuro.
La violación neoliberal de
Puerto Rico
Los filipinos no se librarían de manera definitiva de los estadounidenses
hasta 1946. La hegemonía estadounidense sobre Cuba solo terminó con la victoria
de la Revolución Cubana en 1959. Puerto Rico sigue siendo una posesión de los
EE.UU hasta el día de hoy, sujeto al cuidado amoroso del Tío Sam. Los
puertorriqueños han sido ciudadanos estadounidenses desde 1917, sin embargo, no
son tratados como estadounidenses. Los puertorriqueños no pueden votar para
presidente, no tienen representación en el Congreso, ni tampoco reciben la
protección completa de la Constitución de los Estados Unidos.
En octubre pasado, el huracán María devastó a Puerto Rico. Los
investigadores de Harvard han estimado el número de muertos en 4,645 -setenta
veces más que el recuento oficial. El huracán paralizó el servicio eléctrico y
el acceso al agua potable durante meses, la catástrofe empeoró debido a los
incompetentes esfuerzos de ayuda por parte del gobierno de los EE. UU. (Justine
Calma, "Los EE.UU podrían haber evitado la crisis del agua en Puerto
Rico", GRIST, 20 de octubre de 2017).
¿Se habría dejado que los puertorriqueños agonizaran si hubiesen sido blancos?
El desastre ha resaltado la dominación colonial de Puerto Rico por parte de los
Estados Unidos. La galardonada cineasta puertorriqueña Frances Negrón-Muntaner
escribe:
Aunque se ha convertido en deporte liberal insistir en cuán diferente es
Trump de todo y de todos los que le precedieron, la respuesta del presidente al
huracán es consistente con la historia colonial estadounidense. Esto quedó de
manifiesto tanto en la lentitud como en la limitada asistencia durante el
huracán María, y por el hecho de que cuando los líderes locales lo criticaron
por ello, Trump se defendió invocando los antiquísimos estereotipos de los
puertorriqueños como flojos e ingratos que "querían que hiciéramos todo
por ellos".
El racismo paga dividendos en efectivo. Incluso antes de la devastación
causada por el huracán María, Puerto Rico se tambaleaba bajo el peso de una
crisis de deuda gubernamental de $123 mil millones.
Desde el huracán María, el sufrimiento puertorriqueño ha aumentado. Los "capitalistas
del desastre" como los llama Naomi Klein, han redoblado sus esfuerzos para
privatizar la red eléctrica de Puerto Rico, privatizar escuelas, expropiar
casas, imponer la desregulación y aumentar la desigualdad económica, al mismo
tiempo que han eliminado miles de millones del sector público. Ahora,
honestamente no me digan que el colonialismo es una cosa del pasado.
Feliz Día del Imperio a todo el mundo.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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