El forcejeo arancelario que
comenzó hoy está relacionado con las ambiciosas estrategias de Pekín del
"Made in China 2025" y Belt and Road, que transformarán el panorama
económico y geopolítico mundial; esta rivalidad podría durar décadas, según las
opiniones de algunos expertos.
LAS TARIFAS "INICIAN LA
GUERRA
COMERCIAL DE 50 AÑOS"
CON CHINA
Por Pepe Escobar
Más allá del primer disparo de la medianoche, en lo que podría convertirse
en una guerra comercial despiadada, la lucha de las tarifas entre China y los
Estados Unidos debe verse en el contexto de todo el panorama geopolítico y
económico que modifica las reglas del juego.
Buscar culpables, así como todo tipo de escenarios especulativos sobre cómo
puede evolucionar la lucha tarifaria, son cuestiones periféricas. El objetivo
final de lo que comenzó hoy no es el supuestamente disfuncional "libre
comercio"; el objetivo es Made in China 2025, o China configurada como una
potencia de alta tecnología a la par, o incluso superior, a los EE.UU y la UE.
Siempre es muy importante enfatizar que fue Alemania quien, a través de su
estrategia Industry 4.0., realmente proporcionó el plan para Made in China 2025
Made in China 2025 se enfoca en 10 campos tecno-estratégicos: tecnología de
la información, incluidas las redes 5G y la ciberseguridad; robótica;
aeroespacial; ingeniería oceánica; ferrocarriles de alta velocidad; vehículos
de nueva energía; equipos de energía; maquinaria agrícola; nuevos materiales; y
biomedicina.
Para que Made in China 2025 rinda frutos, Pekín ya ha invertido en cinco
centros nacionales de innovación manufacturera y 48 centros provinciales, con
el objetivo de 40 centros nacionales para 2025. Y para 2030, a través de una
estrategia paralela, China también debería establecerse como líder en
inteligencia artificial (AI).
El eslogan del sueño chino del presidente Xi Jinping, también denominado
"el gran rejuvenecimiento de la nación china", está estrictamente
relacionado no solo con Made in China 2025, internamente, sino también,
externamente, con el Belt and Road Initiative (BRI), el concepto organizacional
de la política exterior de China por ahora. Y tanto Made in China 2025 como BRI
son absolutamente no negociables.
En agudo contraste, no hay evidencia de que Made in USA 2025 esté en el
horizonte. La Casa Blanca prefiere enmarcar todo el proceso como una batalla
contra la "agresión económica" de China. La Estrategia de Seguridad
Nacional enmarca a China como el principal desafío al poder de Estados Unidos.
La Estrategia de Defensa Nacional del Pentágono considera a China como "un
competidor estratégico que hace uso de la economía predatoria".
Entonces ¿cómo fue que arribamos a este punto?
Innovar o perecer
Un poco de contexto es necesario.
David Harvey, en The New Imperialism, toma elementos de The Global Gamble
de P. Gowan: The Washington's Bid for Global Dominance, para enfatizar cómo
ambos ven "la reestructuración radical del capitalismo internacional
después de 1973 como una serie de apuestas por parte de los Estados Unidos para
tratar de mantener su posición hegemónica en los asuntos económicos mundiales
contra Europa, Japón y más tarde en el este y sureste de Asia”.
Antes de que terminara el milenio, Harvey ya enfatizaba cómo Wall Street y
el Tesoro de Estados Unidos se desplegaron como "formidables instrumentos económicos
para impulsar tanto el proceso de globalización como las transformaciones
nacionales neoliberales asociadas".
China, por su parte, jugó magistralmente este juego de reorientación
capitalista -invirtiendo sin restricciones en lo que puede describirse como
"neoliberalismo con características chinas" y obteniendo el máximo provecho
de la proyección del poder económico de EE.UU a través del intercambio comercial
sin restricciones y la pertenencia a la OMC.
Ahora China, a una velocidad vertiginosa, finalmente está lista para
invertir en la proyección de su propio poder económico. Como Harvey ya había
señalado hace más de una década, el próximo paso para el capitalismo de Asia
Oriental sería "alejarse de la dependencia del mercado
estadounidense" hacia el "cultivo de un mercado interno".
Harvey describió el enorme programa de modernización chino como "una
versión interna de un arreglo espacio-temporal que es equivalente a lo que los
EE.UU hicieron internamente en los años 1950s y 1960s a través de la suburbanización
y el desarrollo del llamado Sun Belt". Secuencialmente, China estaría
"desviando gradualmente el capital excedente de Japón, Taiwán y Corea del
Sur y disminuyendo así los flujos hacia Estados Unidos". Eso ya está
sucediendo.
El presidente Trump no es exactamente un geopolítico estratégico. La razón
de estas tarifas puede ser forzar a las cadenas de suministro de las
corporaciones estadounidenses a volverse menos dependientes de China. Pero la
forma en que la economía global ha sido establecida no admite el colapso de
estas cadenas de suministro, con la producción deslocalizada de vuelta a los
Estados Unidos, como le gustaría a Trump. La ubicación, la ubicación y la
ubicación también rigen la lógica turbo-capitalista; las corporaciones siempre
privilegiarán costos más bajos de mano de obra y producción, donde sea que se
encuentren.
Ahora comparémoslo con China invirtiendo en la deslocalización de alta
tecnología integrada con los centros de excelencia de EE.UU. Cuando se trata de
la batalla de innovación de primera línea entre China y EE.UU, la estrategia
del Grupo de Desarrollo de Zhongguancun (ZDG) es un caso fascinante.
ZDG ha establecido una serie de centros de innovación en el extranjero. El
Centro de Innovación ZGC clave se encuentra en Santa Clara, California, muy
cerca de Stanford y los campus de Google y Apple. Luego hay un nuevo centro en
Boston a dos pasos de Harvard y MIT.
Estos centros ofrecen el paquete completo: desde laboratorios de última
generación hasta, fundamentalmente, capital, a través de un fondo de inversión.
La matriz proviene del gobierno de Pekín, a través del distrito tecnológico de
la ciudad. Y huelga decir que ZDG se alinea completamente con BRI en su énfasis
en la expansión para "adquirir experiencia en el extranjero de [un]
ecosistema de innovación".
Eso, en un microcosmos, es de lo que se trata Made in China 2025.
¿Medio siglo de guerra
comercial?
Entonces, ¿qué pasa después?
En medio de un tsunami de histeria, el análisis serio proporcionado por Li
Xiao, el decano de la escuela de economía de la Universidad de Jilin, es más
que bienvenido.
Li va por la yugular, enfatizando cómo "el ascenso de China es
esencialmente un aumento de estatus dentro del sistema del dólar". Desde
el punto de vista de Pekín, el cambio es imperativo, pero será gradual.
"El objetivo de la internacionalización del yuan no es reemplazar el dólar.
El sistema del dólar es insustituible en el corto plazo. Nuestro objetivo para
el yuan es reducir el riesgo y el costo en un sistema de este tipo”.
Li, de manera realista, también admite que, "el conflicto entre dos
grandes potencias podría continuar por al menos 50 años o incluso más. Todo lo
que sucede hoy es solo un telón de fondo de la historia”.
Implícito en el telón de fondo está el que el liderazgo chino parece
interpretar esta primera salva de medianoche como la aceleración de lo que se
describe en la Estrategia de Seguridad Nacional de los EE. UU. La conclusión,
para Beijing, es ineludible; Estados Unidos ahora está amenazando el sueño
chino.
Como el sueño chino, el "rejuvenecimiento de la nación china",
Made in China 2025, BRI, la multipolaridad y China como motor de la integración
de Eurasia no son negociables, no es de extrañar que el escenario esté
preparado para una inevitable y grave turbulencia.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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