sábado, 21 de septiembre de 2019

El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR, un esperpento más en la agresión contra Venezuela

El TIAR fue una institución que nació muerta pese a que el Consejo Permanente de la OEA era el responsable de evaluar cada situación particular e invocar y movilizar a las tropas del continente americano contra un hipotético país agresor extra continental. Ahora los enemigos de Venezuela cobijados bajo el alero apestoso de la OEA han invocado al TIAR porque al parecer se sienten violentados por Venezuela. Es decir, el agresor es Venezuela por la cooperación que tiene el régimen venezolano con los rusos.


EL TRATADO INTERAMERICANO DE ASISTENCIA RECÍPROCA,
TIAR, UN ESPERPENTO MÁS EN LA AGRESIÓN
CONTRA VENEZUELA


Por Luciano Castro Barillas

Ahora resulta que los Estados Unidos y su fantoche negro desteñido, Juan Guaidó, andan bien alebrestados, casi locos, invocando a un viejo e inoperante tratado de las Américas inspirado y suscrito en Río de Janeiro el 2 de septiembre de 1947, por el gran represor del movimiento comunista de Brasil en 1935, el militar Eurico Gaspar Dutra, gran admirador del Eje Nazi y quien de manera traicionera ayudó a la caída de la dictadura del otro militar brasileño arbitrario,  más conocido que Dutra pero igual de malvado, Getulio Vargas. Este tratado es uno de los resultados de la Guerra Fría y fue el primero de su tipo suscrito en el mundo, antes que la OTAN que fue suscrito en 1949 y luego del Pacto de Varsovia suscrito en mayo de 1955.

América Latina estaba plagada de dictadores, quienes obsesionados con la guerra y temiendo el surgimiento de una Tercera Guerra Mundial decidieron unirse para defenderse. No obstante que los grandes inspiradores fueron los americanos de Estados Unidos, fueron los países latinoamericanos en donde esa idea de unirse para la defensa fructificó por primera vez, vaya casualidad, en la lucha antirrevolucionaria contra Cuba, con el asunto del bloqueo.

El TIAR fue una institución que nació muerta pese a que el Consejo Permanente de la OEA era el responsable de evaluar cada situación particular e invocar y movilizar a las tropas del continente americano contra un hipotético país agresor extra continental. Ahora los enemigos de Venezuela cobijados bajo el alero apestoso de la OEA han invocado al TIAR porque al parecer se sienten violentados por Venezuela. Es decir, el agresor es Venezuela por la cooperación que tiene el régimen venezolano con los rusos. ¿Habíase visto semejante desfachatez? Resulta que ahora los oligarcas colombianos amos del paramilitarismo en América Latina temen a Venezuela.

Lo que sucede es que la correlación de fuerzas políticas y militares se han modificado y ya acabaron de entender las hordas reaccionarias que agredir a Venezuela es confrontarse con Rusia y con Irán cuyos lazos de amistad y cooperación son igualmente de estrechos. Irán, la nueva potencia militar de Oriente Medio, sin que lo digan porque no puede ser de otra manera, dieron una muestra de lo que es comer chicharrón con pelos pues en un solo ataque -uno solo- desbarató el 50% la producción petrolera de la dinastía corrupta saudí que no pudo hacer nada para detener los drones altamente especializados y letales y a los misiles cruceros que impactaron certeramente en la infraestructura petrolera. No los vieron llegar, no los detectaron los radares, no los pudieron interceptar las baterías de misiles Patriot de Estados Unidos. Imagínese usted que el ataque hubiera sido realizado por Rusia con sus nuevas armas hipersónicas.

Los norteamericanos deben aceptar algo y por cierto con madurez para evitar su destrucción: no ganarán nunca una guerra convencional ni muchos menos nuclear. Serán gravísimos los daños para China, Corea del Norte y Rusia a la hora de un ataque nuclear, pero ante un ataque coordinado de estas potencias, me temo, de los Estados Unidos solo quedará un desierto con arenas radioactivas que será el primer país en la historia en desaparecer de la tierra. Ojalá prive la sensatez para el bien de la humanidad y para que los infames, indignos e impresentables del foro de la OEA se aboquen a tareas más constructivas y no tan locas como invocar al TIAR. Sí se trata de locos clínicos, estos son los más emblemáticos y por cierto, muy peligrosos. Esa institucionalidad del TIAR es obsoleta. Es un tratado fósil, solo digno de estudio de la paleontología política.






Publicado por La Cuna del Sol

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