Estos granujas hacen lo que mejor saben hacer: estar en contra de cualquier movimiento popular que impulse el cambio en las obsoletas estructuras sociales de América Latina desempeñando muy bien su papel de gobernadores de la provincia romana de Guatemala.
LOS PROCÓNSULES DEL
IMPERIO, ALMAGRO Y POMPEO,
VINIERON A CONJURAR EL
MOVIMIENTO POPULAR GUATEMALTECO
Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol
Estos granujas hacen lo que mejor saben hacer:
estar en contra de cualquier movimiento popular que impulse el cambio en las
obsoletas estructuras sociales de América Latina desempeñando muy bien su papel
de gobernadores de la provincia romana de Guatemala. Acá estuvo Fulvio Pompeo,
el argentino corrupto que ayudó a vender sobrevalorados los pequeños cazas de
fabricación argentina, Pampa II, que por cierto nadie fuera de Argentina ha
comprado. Es uno de los integrantes de le delegación de sujetos oscuros que
vino a dar órdenes a Alejandro Giammattei en el sentido de encontrarle una
salida negociada, no con el movimiento popular, sino con el Vicepresidente
Castillo, para evitar que la crisis de gobernabilidad cogiera fuelle, dada la
presión popular que hay detrás.
Las cosas convienen a los Estados Unidos que
sigan como están, sin emulaciones nocivas, como acaso sería el régimen
progresista del hermano mayor (México) cuyos avances sociales, económicos y
políticos son modestísimos, pero aun así vistos como peligrosos para el
anticomunismo ultramontano de los sectores más conservadores de los Estados
Unidos. La verdad que un país con el 75% de pobreza y el otro 25% repartido
entre capas medias y la oligarquía no puede salir adelante. Y no se trata de
voluntades políticas, sino de darse cuenta de manera estrictamente técnica,
desideológica, que es éste un Estado y una sociedad colapsada.
En Guatemala campea la miseria y la
desocupación por el lado que se mire. Ya no se puede salir adelante,
exceptuando si las reformas dentro del régimen burgués sean lo suficientemente
profundas para impulsar un capitalismo, digamos, menos brutal. Nadie habla de
cambios estructurales de inspiración marxista. De cambios estremecedores de la
cultura y la moralidad burguesa de las clases poseedoras de Guatemala. Se
quiere, al menos, que la gente tenga trabajo con salarios dignos, posibilidades
NO de tener casa, sino al menos tener capacidad para pagar siquiera alquileres
razonables, sin las condiciones y la moda actual en la Guatemala miserable de
“seguros” o pagos sin mes vencido, linda moda traída por los migrantes que han
podido edificar una vivienda en nuestro país y que, desclasados y olvidando sus
raíces, imponen este otro tipo de explotación a sus hermanos de clase.
Proliferan esta clase de idiotas que residenciados en USA o nacionalizados se
consideran más gringos que los blancos de Estados Unidos. Son una peste
actualmente en Guatemala.
Dentro de ese contexto económico-social se da
la visita de la Misión de la OEA, condenada por todas las expresiones
democráticas pues no vinieron a verificar las graves violaciones a los derechos
humanos (detenciones arbitrarias y uso desproporcionada de la violencia) sino a
prestar atención a las quejas del jefe de los corruptos, Alejandro Giammattei,
quien se inventó que se intentaba un golpe de Estado contra su irrelevante
régimen, solo grande, cuando no, en el robo millonario de los recursos del
Estado con tanto préstamo interno y externo que nos tiene al borde del colapso
financiero y la insolvencia de pagos nacionales e internacionales. Ya lo dijo
don Ramón Cadena, Director para Centro América de la Comisión Internacional de
Juristas, al señalar: (…) el presidente
del Pacto de Corruptos, Alejandro Giammattei, recurre en forma engañosa, falaz
y de mala fe a invocar la Carta Democrática, para defender la corrupción imperante
en Guatemala. Y agrega el señor Cadena: (…) la actitud de esta respuesta rápida, contrasta con el silencio de
Almagro, cuando el pueblo guatemalteco pidió que se aplicara la Carta
Democrática desde el año 2017.
Y así, muchos pronunciamientos de instituciones por el secretismo de las negociaciones y porque no se vino a atender los problemas del pueblo de Guatemala, sino a atender los problemas del gobierno corrupto y para ajuste de penas, represor. Veremos si los guatemaltecos se conforman con tan poco: la anulación del Centro de Gobierno, cargo con que se sustituyeron ilegalmente las funciones constitucionales de la Vicepresidencia, por un simple capricho de amante complaciente, al crear esa institución que centralizaba gran poder para el joven marido del presidente: Manuel Rodríguez. Ahora habrá muchos líos de alcoba porque este jovencito se sentirá traicionado por su novio, cuya lealtad fue prometida por el presidente después de una noche de sexo loco y pervertido, con bragas rojas o azules, según dicen los que arreglan la alcoba de este par de sinvergüenzas, no por ser homosexuales, sino por lo que se roban.
Publicado por La Cuna del Sol
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