martes, 29 de diciembre de 2020

Guatemala, el escaparate del neoliberalismo

Guatemala es el gran escaparate del éxito del neoliberalismo y la destrucción de un pueblo y sus instituciones.

 

EL GRAN ESCAPARATE DEL NEOLIBERALISMO
NO ES CHILE, ES GUATEMALA



Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol

Ese escaparate iluminado, con reflectores, rutilante y fantástico del neoliberalismo no es Chile, sino Guatemala. Se ha dicho mucho sobre Chile. Que fue el modelo a seguir del gran éxito del neoliberalismo, donde los Chicos Malos de la Escuela de Chicago hicieron realidad, reificaron, sus defecaciones mentales y, de paso, destrozaron la vida social de las naciones que tomaron como animalitos de laboratorio. Entronizaron en el poder una elite altamente conservadora y reaccionaria, opuesta a todo mejoramiento socioeconómico, y el crecimiento económico que fue siempre exponencial, el macro; era incongruente con las condiciones reales, cotidianas, de la gran mayoría de chilenos y guatemaltecos.

Las elites dominantes nunca dejaron de crecer en el proceso de acumulación monetaria y si bien los chilenos poseedores enviaban los dólares a rentabilizarse mejor en bancos del extranjero, una importante proporción de esa masa monetaria se quedaba en Chile. En Guatemala no. Todos los rendimientos del dinero, resultado de la actividad productiva, siempre ha cogido el camino de los Estados Unidos y los “empresarios-pillos” guatemaltecos, desde siempre, hacen funcionar sus empresas con dinero prestado al Estado. ¡Qué tal! “Papá Estado”, afirman, es muy malo para los pobres, pero “Papá Estado”, es muy bueno, muy recomendable para los oligarcas y sus negocios.

La propuesta de reducción del Estado para disminuir el gasto solo se enfoca para los sectores populares y las capas medias de la sociedad. Para los oligarcas, sin decirlo, ese Estado debe seguir siempre bien aceitadito para beneficiarse y diseñar, de paso, sus políticas financieras, monetarias y crediticias. Para los pobres deben reducirse las escuelas públicas. Solo debe haber servicios de salud privados para que médicos voraces, inescrupulosos, medren, es decir, hagan fortuna, atendiendo en sus clínicas privadas, servicios sobrevalorados y mediocres, la mayoría de veces, en el entendido y de embobamiento para los pobres de que, “lo privado funciona mejor”. Que los servicios de salud públicos son despreciables, generalmente atendidos por médicos de limitada formación especializada.

Y resulta, como en Jutiapa, que un médico de orígenes humildísimos de apellido Castro (no es mi familia, por cierto) ha llegado a proponer a las personas poco ilustradas hasta “una cirugía de callo”. Risible y trágico al mismo tiempo por el carácter inescrupuloso de estos matasanos enloquecidos por amor al dinero. Y otro aún peor, en Asunción Mita. De orígenes modestísimos, al joven su tío Octavio logró conseguirle, a partir de sus nexos políticos, una beca para estudiar en Cuba. Cuando retornó, ya graduado, se le olvidó así, automáticamente, sin el menor atisbo de compromiso y vergüenza, su compromiso con los pobres de Mita y se dedicó, como todo un granuja, a lucrar. De nada sirvieron los años en Cuba, donde tuvo la oportunidad de educarse y ser mejor persona por las ideas humanitarias del socialismo. Ese es el gran problema con los resentidos, que funcionan a las mil maravillas para el neoliberalismo.

¿Y con las oportunidades de la educación para la niñez y la juventud? En Guatemala como en Chile la enseñanza pública tiene grandes dificultades de financiamiento en el presupuesto anual del Estado. Guatemala invierte todavía en educación de manera real, el 2.5% de su producto interno bruto, no el falso 3% que anuncian desde hace algunos años. Los edificios escolares, el mobiliario escolar, la tecnología; con años de atraso. Chile, pese a las limitaciones, está un poco mejor, al menos con profesorado más preparado y no tan brutos como los maestros de Guatemala que no leen ni un solo libro al año. ¿Y la vivienda? Bueno, aquí desde hace cuarenta años, los oligarcas desmantelaron el Banco Nacional de la Vivienda, BANVI, que, mal que bien, hacía casitas casi habitables para las personas de las capas medias, no los sectores populares. También el neoliberalismo les echó candela y ahora es tal el déficit de carencia de vivienda, que ha traído prosperidad a la sarta de casatenientes, que todas las ciudades de Guatemala abundan los mesones y los tugurios, que antes solo se veían en abundancia en San Salvador.

Guatemala tiene el 85% de su población en la pobreza, andan los guatemaltecos, si mucho, con el sexto año de primaria y por cierto promovidos con el más bajo nivel de rendimiento escolar. Todo en Guatemala es un fracaso, eso sí, es el Reino de los Microempresarios. Pero hay una escala menor en todavía en ese tipo de Microempresarios inventados por el neoliberalismo internacional y muy celebrado en Guatemala por el CACIF: Los Emprendedores, quienes, un peldaño abajo, solo pueden lograr como microempresarios, hacer recovas cada mes o quincena, para agenciarse unos ingresos.

Guatemala, pues, está delante de Chile en su sistema social, con la diferencia que en Chile las personas sí, de veras, se han roto la madre protestando en las calles. Aquí en Guatemala, George Soros y los países escandinavos, como donantes, les tienen prohibido las protestas violentas. Guatemala es el gran escaparate del éxito del neoliberalismo y la destrucción de un pueblo y sus instituciones.




Publicado por La Cuna del Sol

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