La Cumbre de Las Américas resultó un fiasco total que viene a demostrar no otra cosa, con respecto a los Estados Unidos, que su gloria y su hegemonía está perdida.
LA CUMBRE DE LAS
AMÉRICAS
Segunda Parte
Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol
Es un tema poco apasionante escribir sobre la
Cumbre de las Américas, esa instancia internacional creada por el imperialismo
norteamericano y coadyuvante de la Organización de Estados Americanos que está
agotada y llevada a la total falta de credibilidad con el último Secretario
General, el inefable Luis Almagro, sepulturero inevitable de dicha institución
anquilosada, varada en el tiempo. Pero sí está bien entrar a considerar la
Cumbre de las Américas que acontece para junio de 2022 en un escenario
económico y político totalmente distinto a las cumbres anteriores.
No fue la UNASUR constituida en 2008 como un
mecanismo integrador de América del Sur, esfuerzo político que tuvo lugar con
la participación de los jefes de Estado de Bolivia, Guayana, Surinam y Venezuela
quienes posibilitarían el acercamiento con los otros Estados suramericanos. El
esfuerzo no fue del todo exitoso por la prematura muerte de Chávez y porque las
izquierdas en el poder político por esos años, como la de Néstor Kirchner en
Argentina, Rafael Correa en Ecuador y sin ningún acercamiento de la
izquierdista socialista Michelle Bachelet en Chile que UNASUR tomó un camino
fragoso donde en la marcha se encontraron más desencantos que realizaciones.
Sin embargo, la política exterior de Bill Clinton
estaba muy activa y antes de que avanzaran las izquierdas que iban a surgir en
los años finales de la primera década del siglo XXI (2000). Estados Unidos
estaba fuerte, irrefrenable, pues se erguía en el panorama internacional como
la única potencia del mundo después de la caída de la Unión Soviética en 1991.
El control total del mundo no podía ser tal sin incluir a América, pero más que
todo a América Latina, de allí el surgimiento de la iniciativa no integradora
sino controladora de Estados Unidos con instancias como el ALCA o Área de Libre
Comercio de América, una especie de globalización sin contemplaciones. Sin
embargo, ese paraíso de dominación duró apenas 14 años, poca cosa para los
sueños imperiales de los Estados Unidos.
Las izquierdas de América Latina iban avanzando
y echándole a perder a los norteamericanos sus controles territoriales y
políticos. La primera Cumbre de las Américas tuvo lugar en la ciudad de Miami
con un apoyo incluso de los republicanos y cubanos de Miami. Ya para 2018 el
deterioro de las Cumbres de América era patético y usurpador. Como con
Venezuela se propalaba la desinformación que el gobierno era fraudulento, el
foro de la cumbre se les dio un espacio a tres conocidos contrarrevolucionarios
y terroristas: María Corina Machado, Lilian Tintori y Julio Borges.
La pobreza de las cumbres avanzó con la de 2022
donde no fueron invitados tres países: Cuba, Nicaragua y Venezuela, aduciendo
el gobierno de Joe Biden, que en esos países gobiernan dictadores, arrogándose
un derecho que nadie le ha otorgado a ningún país anfitrión: el derecho de
exclusión. Ante este atropello no asistió México, apelando a su política de
principios. Honduras hizo lo mismo, dado que hay un gobierno de izquierda, El
Salvador porque le rezonga constantemente a los Estados Unidos y Guatemala por
su presidente es una persona intratable y fascista a más no poder.
De este modo la Cumbre de Las Américas resultó
un fiasco total que viene a demostrar no otra cosa, con respecto a los Estados
Unidos, que su gloria y su hegemonía está perdida. Pero en esta desgracia lo
acompañan siempre algunos incondicionales, de manera muy especial, el
rechoncho, rollizo, presidente de Colombia, Iván Duque, que replicó al joven presidente de Chile con
una sarta de sandeces dignas de su escabroso cerebro.
Publicado por La Cuna del Sol
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