Ya nadie puede fiarse de nadie porque altos mandos de los dos bandos son objetivos militares. Toda guerra, pues, se sabe cómo comienza pero no cómo termina.
LOS GENERALES RUSOS
MUERTOS, ASÍ COMO
UNA POSIBLE BAJA DE
ZELENSKI, NO SON ASESINATOS,
SON Y SERÁN OBJETIVOS
MILITARES EN UNA GUERRA
Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol
Toda guerra, en todos los tiempos y lugares
tiene dos esferas, dos ámbitos de lucha. Primero el político y segundo el
militar. Uno es consecuencia del otro. Karl Phillip Gottlieb von Clausewitz era
un teórico e historiador de la guerra, cuyas enseñanzas las había aprendido de
las guerras napoleónicas que asolaron Europa en el siglo XIX. Pertenecía a la
aristocracia militar prusiana en cuya academia militar, para formación de
oficiales, estaba reservado para las altas clases sociales del reinado de
Prusia, pueblo germánico situado en la parte norte de a Alemania y frente al
mar Báltico.
Tras la derrota del Imperio Alemán en 1918, al
finalizar la Primera Guerra Mundial, ese Estado Militarista pasó a pertenecer a
la entidad surgida después del fracaso militar: la República de Weimar. En ese
mundo había nacido Von Clausewitz a finales del siglo XVIII. Mundo de intrigas
políticas y guerras.
Ateniéndonos, pues, a sus teorías de la guerra
y a sus tratados de tácticas y estrategia, podemos repetir con Von Clausewitz
que la guerra no es otra cosa que la
continuación de la lucha política por otros medios. Y el ejemplo más claro,
más palmario, lo tenemos con lo que actualmente sucede entre Rusia y Ucrania.
¿Cuántos años duró la lucha política de Putin para procurar el cumplimiento de
los Acuerdos de Minsk? Fueron ocho años de pérdida de tiempo y recursos, de
engaños y mentiras de parte de los Occidentales quienes nunca quisieron
solucionar de manera civilizada esos problemas. No querían la paz los
Occidentales y ahora, cínicos que son, solo son aspavientos con la guerra. Como
les gusta hacer la guerra a los cobardes: tirar
la piedra y esconder la mano.
Ahora la tragedia y la destrucción asuela a la
bella tierra de Ucrania. No hay país en el mundo que tenga tierra tan feraz
como la tierra llana agrícola de Ucrania. Todas sus llanuras están repletas de
tierra negra y profunda. Ucrania es realmente el paraíso terrenal con lagos y
ríos por todos lados. Pero ha tenido, pienso yo, mala suerte. Casi todos los
dirigentes ucranianos a lo largo de la historia han sido estúpidos, exceptuando
a Alexander Nevski, cuyas hazañas militares le consagraron como un héroe y como
un santo de la iglesia ortodoxa pues derrotó a los suecos y los Caballeros de
la Orden Teutónica de Alemania y logró expandir con estas victorias el
territorio ruso europeo durante el siglo XIII (1200).
Refiero estos antecedentes de la historia rusa
porque son preocupantes las declaraciones de Dmitri Medvedev, segundo en el
mando de Rusia, quien habló de literalmente destruir a Ucrania, es decir, crear
un inmenso corredor (toda la tierra ucraniana occidental) como territorio
despoblado y neutralizar las amenazas de personas totalmente empáticas con
Occidente y donde no habrá, según parece, ninguna reconciliación. Estos
ucranianos del siglo XXI son personas identificadas totalmente con Estados
Unidos y por lo tanto enemigos de Rusia.
No me imagino una política de tierra arrasada,
pero todo es posible que ocurra. Rusia tendría que empujar a toda esa gente a
las fronteras de Polonia, Rumania y Moldavia donde tendrían que entenderse esos
países con el caos humanitario. No me parece que sean los principios de la
política de guerra rusa pero todo puede pasar, sobre todo porque fue declarado,
con toda la gravedad del mundo, por Medvedev. Por eso Zelenski ya no se pavonea
disfrazado de militar supervisando los ataques rusos, muy limitados, en Kiev.
Él es el objetivo militar para que la guerra en Ucrania tome un nuevo giro. Lo
mismo haría Ucrania con Putin, pero sobre todo con el Estado Mayor del Ejército
Ruso, que es el cerebro de toda guerra. Ya nadie puede fiarse de nadie porque
altos mandos de los dos bandos son objetivos militares. Toda guerra, pues, se
sabe cómo comienza pero no cómo termina.
Publicado por La Cuna del Sol
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