miércoles, 29 de junio de 2022

Viendo el mundo al revés… ¿o un excesivo cinismo?

Qué podemos esperar si la dirigencia de los países “más desarrollados”, como Estados Unidos y el Occidente de Europa, dan declaraciones rebosantes de disonancia cognitiva o incoherencia.

 

VIENDO EL MUNDO AL REVÉS… ¿O UN EXCESIVO CINISMO?



Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol

“Este terrible conflicto está en la conciencia del inquilino del Kremlin. Tiene que pagar el precio que nos hizo pagar. Pagar por el daño que nos hizo”. Úrsula von der Leyen, diplomática belga.

Qué podemos esperar si la dirigencia de los países “más desarrollados”, como Estados Unidos y el Occidente de Europa, dan ese tipo de declaraciones de tamaña incoherencia. Rebosantes de disonancia cognitiva o incoherencia. ¿Se habrá visto semejante descaro como el de la señora von der Leyen? ¿Cómo está eso que el inquilino del Kremilin, o sea Putin, tiene que pagar el daño, causado? Es Rusia el país más sancionado de la historia y la nación más agredida desde el triunfo de la Revolución Bolchevique en 1917. Con contrarrevoluciones (Guardias Blancos) armadas por la oligarquía rusas y la irrestricta colaboración, desde entonces, de los países de la Europa occidental. Luego con la agresión de Hitler contra el pueblo ruso y la consiguiente destrucción de campos y ciudades, guerra a que fue arrastrada la Unión Soviética a un costo de 20 millones de vidas humanas, no incluyendo militares, sino personas masacradas en los bombardeos y por el hambre ante la carencia total de alimentos.

Luego de la derrota por el Ejército Rojo de las hordas criminales de Hitler en 1945 hubo necesidad del pueblo soviético de prepararse con las hostilidades de la Guerra Fría cuando cerca estuvo que los Estados Unidos e Inglaterra, en una inconcebible felonía, estuvieron a punto de atacar a su “aliado” para vencer, según ellos, a la tierra de los proletarios y los campesinos. Los ataques contra el pueblo ruso son de no acabar, hasta que por fin fue vencida la Unión Soviética en la década de 1990 no por enemigos externos, sino por sus contradicciones internas, a las contribuyeron los países capitalistas que estuvieron prestos para aprovecharse de esos momentos de debilidad hasta llevar a la destrucción del sistema socialista que tanto había costado construir.

Pero la grandeza rusa no tiene ni tendrá, al final, donde extraviarse. Una grandeza semejante no puede perderse como un anillo y hoy vemos a Rusia renacida, unida y poderosa, como siempre, marcada por la humildad de un pueblo que tanto ha sufrido. Rusia está rodeada de enemigos, unos envidiosos y otros rencorosos, y ahora se coludieron los nunca fiables turcos, los suecos y finlandeses. Antes de largarse para España para la reunión de la OTAN, en Madrid, los integrantes del G7 seleccionaron un lugar simbólico para el nazismo alemán: Baviera, la cuna del nazismo de Hitler. Lo cual, coincidentemente, fue saludado por la artillería rusa con un ataque misilístico al centro de Kiev, destruyendo varios complejos habitacionales. Allí mismo, en Baviera, decidieron estas reaccionarias y despistadas personas otra estupidez: boicotear las ventas de oro ruso, para que Rusia no pueda vender su oro a Occidente, como si solo ellos pueden ser los compradores.

Por el momento las bodegas de los bancos rusos están llenas dando, eso sí, cada día que pasa, mayor respaldo al rublo con sus reservas de oro, el cual no se descompone, no se degrada y, todo lo contrario, sube como los bienes inmuebles, invariablemente, de precio. Pero esta gente de Europa Occidental con los estragos que le está causando su disonancia cognitiva, su actuar contradictorio; no se dan cuenta que la “locomotora Industrial de Europa”, Alemania, se está quedando sin combustible y que otra cosa podría ser si el propio canciller alemán, Olaf Scholz, ha dicho que la primera etapa de la crisis ya la está viviendo Alemania con las duchas breves y el uso moderado de electricidad, el alto costo de las gasolinas y el diésel y la escalada de precios al consumidor. Luego viene la segunda etapa, que es el racionamiento. Y por último la tercera etapa: los apagones en las residencias y el alumbrado público.

¿Queremos más? La llegada de los misiles de alta precisión estadounidense Himmar vinieron a echar más leña al fuego y habría que esperar la respuesta rusa, que no tardará mucho en llegar, porque los rusos no padecen de disonancia cognitiva: los rusos hacen lo que dicen.




Publicado por La Cuna del Sol

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