De hacerse efectivos los precios topes al petróleo ruso se desencadenará en pocos meses una vorágine inflacionaria en el mundo entero que arrastrará a cada barril de crudo a subir de precio de manera alucinante: $380 por barril de petróleo.
EL DIABLO EN EL
ESPINAZO:
A $380 EL BARRIL DE
PETRÓLEO EN POCOS MESES
Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol
El grupo de insensatos e insensatas que se
reunieron hace unos pocos días en Baviera, sur de Alemania y cuna del nazismo
alemán, el G7, llegaron a otra de sus deslumbrantes y mezquinas reflexiones. No
cabe la menor duda que quienes han nacido y crecido en la opulencia, les cuesta
mucho dejar de ser ostentosos. No pueden realmente hacerlo porque tienen un
cerebro programado de tal manera por el sentido
de la propiedad y el saqueo, que solo importa lo de ellos y lo de su grupo,
en este caso su grupo de países más ricos, como ellos se autodenominan.
No les avergüenza su escandalosa riqueza ante
la miseria de la mayoría de los países del mundo. Ven perfecto este mundo de
desigualdades, aunque, claro, no lo declaran por un pequeñito escrúpulo que
naufraga en el interior de sus consciencias. Así son ellos, seres de otro
planeta, quizá marcianos, y por ellos tan preocupados, como Estados Unidos, de
colonizar el planeta Marte. Sin embargo, independiente de sus delirios
espaciales, hay algo tectónico, terrenal, concreto, que esta gente imprudente
pasa por alto.
Discutieron entre otras lindezas, para ellos,
pero sobre todo para los países del Tercer Mundo de acordar los precios topes para el petróleo
ruso. En lenguaje profano que quiere decir para Rusia que los precios lo
deciden los del G7. Por ejemplo, si se dejan de comprar diariamente 3 millones
de barriles de petróleo eso no afecta en nada la economía rusa. Sin embargo, si
son 5 millones, los afecta un poco, pero naturalmente no es un desastre tampoco
para la economía eslava. Sin embargo, esta gente imprudente, los ricos; que los
protege una formidable coraza de dinero, no reparan en algo, en el invierno por
venir, que está ya a la vuelta de la esquina con el nombre de otoño y donde las
temperaturas, en esas latitudes, ya requieren del abrigo.
Europa, lamentablemente, está muy influida por
las temperaturas de la taiga y la tundra rusa, donde no se espera
necesariamente el invierno para que se sienta el frío polar. Pero eso o lo
olvidan o no parece importarles. Los analistas financieros de JPMorgan que se
saben todas las diabluras del comportamiento del dinero han llevado treparse
con los pies descalzos en el espinazo del diablo. Calculan estos señores con su
frialdad habitual que de hacerse efectivos los precios topes al petróleo ruso
se desencadenará en pocos meses una vorágine inflacionaria en el mundo entero
que arrastrará a cada barril de crudo a subir de precio de manera alucinante:
$380 por barril de petróleo.
¿Y ello que significa? Pues una inflación
totalmente fuera de control que llevará a las economías del mundo entero
primero a una recesión y luego a una depresión total de la cual no se podrá
salir más que con una guerra, que se imaginan ellos, la perderán Rusia y China…
¡Qué cabecitas ¿no?! No comprenden ni comprenderán hasta que tengan encima la
catástrofe que el nuevo orden económico
mundial se está construyendo y que en este proceso de edificación unas
cosas se destruyen (lo viejo) y otras se construyen (lo nuevo).
El mundo injusto que hemos conocido por
generaciones en todos los países del mundo se está quedando atrás. ¿Qué pasará
en los meses que viene con este desarrollado histórico acelerado que provocan
las guerras o lucha de clases a su más alto nivel? Creo que mucho dolor para la
humanidad más pobre y mucho dolor
financiero para el mundo Occidental, tal como dijera Joe Biden: Dolor
financiero ¡hágame usted el favor! Esperemos que las cabecitas aludidas
reflexionen para que este parto histórico no sea tan extremadamente doloroso.
Lo cual lo dudo. Los del G7 tienen ya un cerebro carcomido por la arrogancia y
la prepotencia.
Publicado por La Cuna del Sol
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