El mandadero díscolo de los Estados Unidos es el señor Giammattei que ahora trata de recomponer la relación con la actual administración política norteamericana.
GIAMMATTEI O
HACIÉNDOLE LOS MANDADOS
A LOS ESTADOS UNIDOS
Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol
La visita del presidente de Guatemala,
Alejandro Giammattei, se inscribe con letras doradas en los actos infames del
servilismo de los sucesivos gobiernos guatemaltecos después de la derrota de la
Revolución de Octubre en 1954. Claro, visitar al presidente de Ucrania, el
comediante feroz, y que compite en ñeque con Vladimir Putin; no es otra cosa
que un intercambio entre infames.
El mandadero díscolo de los Estados Unidos es
el señor Giammattei que ahora trata de recomponer la relación con la actual administración política
norteamericana, aunque por el lado republicano y no es que los del partido
demócrata sean distintos a los republicanos, lo que sucede es que el
“liberalismo demócrata” estadounidense está tan agotado como el neoliberalismo,
a tal punto es la intolerancia de la ultraderecha estadounidense que ese
liberalismo demócrata, rancio y acabado, lo identifican con socialismo y hasta
comunismo. Pero está bien para los norteamericanos, pero no para los
descerebrados políticos ultraderechistas de Guatemala con opiniones tan
extremistas como las de Méndez Ruiz, nada distante esta cabecita nacional del
mellado cerebro de Steve Bannon o Donald Trump, personas éstas últimas
insuficientes mentalmente pero muy insidiosos e incidentes entre los idiotas
por el prestigio social que genera el dinero.
El caso, pues, de la visita del señor
Giammattei a Ucrania no pasó desapercibido para el gobierno de la Federación Rusa
que a través del canciller Lavrov emitió una declaración, ya que las relaciones
diplomáticas de Rusia y Guatemala van camino al siglo de haber sido
establecidas, atravesando por bueno y malos momentos, quizá el mejor en el
período revolucionario de 1944 cuando fuera embajador en la Unión Soviética el
destacado escritor Luis Cardoza y Aragón y años después cuando se le otorgara a
Miguel Ángel Asturias el Premio Lenin de la Paz. Por lo demás, esta relación
diplomática se ha movido entre el amor y el odio. Sin embargo, que un país
latinoamericano, sobre todo un centroamericano, se sume a la retórica antirrusa
es el colmo.
El gobierno ruso emitió un comunicado de prensa
tras la declaración conjunta ucraniano-guatemalteca y dice de manera textual lo
siguiente: Hemos tomado nota de la
información sobre la visita del presidente Alejandro Giammattei a Kiev, que
tuvo lugar hace algunos días. Todo era predecible. Obviamente lo que le importó
al presidente de Ucrania era obtener cierta muestra de algún tipo de apoyo desde
el exterior, aunque fuera por parte de un pequeño Estado de América Central. El
Jefe de Estado de Guatemala cumplió en Kiev la agenda de sus lazos no tanto con
Ucrania, como con Estados Unidos. Estas relaciones, cabe señalar, no han sido
un camino de rosas. Para citar solo a los mismos expertos estadounidenses,
quienes indicaron al presidente Giammattei que una visita a Ucrania no es
suficiente para reparar el daño a la democracia guatemalteca hecha por él.
Reiteramos no son nuestras valoraciones. Rusia y Guatemala estás unidas por
lazos de amistad que se construían por años. Consideramos a Guatemala como un
socio prometedor en América Central con quienes tenemos intereses comunes.
Valoramos estas relaciones. No quisiéramos que sufran daños graves debido a una
influencia destructiva desde el exterior. Obviamente, a eso no contribuye la
retórica antirrusa expresada en relación con la visita, como tampoco a la
búsqueda de una solución a los desafíos multidimensionales acumulados en
Ucrania.
Sin embargo, Giammattei, afirma que los Estados
Unidos quiere darle un golpe de Estado. No sé a qué sectores dirige ese mensaje
y quien se lo cree. Sencillamente este extranjero no quiere oposición de nadie
para consolidar su dictadura.
Publicado por La Cuna del Sol
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