Eso se puede decir de esa cuadrilla del mal que son los dirigentes de la Unión Europea y la OTAN, un ser bicéfalo que amanece oliendo al diablo todos los días.
AMANECER OLIENDO A DIABLO
Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol
Eso se puede decir de esa cuadrilla del mal que
son los dirigentes de la Unión Europea y la OTAN, un ser bicéfalo que amanece
oliendo al diablo todos los días. Su ideal más alto es la malhechoría y
seguirán así por los siglos de los siglos si no hay poder superior que logre
empujarlos hasta lo más profundo del averno, abajo del lago de fuego, para que
nunca más puedan salir a la superficie del mundo.
Todos practican los Siete Pecados Capitales y
no es muy prolijo enumerar en primer lugar a El Abuelo, como suelen ahora
llamar al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Este anciano padece, a
sus años, del pecado la soberbia al considerarse el procónsul del diablo y que
con sus dólares de poco respaldo puede construir de nuevo el mundo. Hay idiotas
que le creen, como Volodomir Zelenski, el actual presidente nazi de Ucrania.
El Abuelo padece también del Pecado de la
Avaricia, pues coludido con Hunter Biden, presidían una corporación de
laboratorios biológicos a lo largo de la frontera sur de Rusia. Pero El Abuelo,
a su edad, sigue siendo un Viejo Verde, si no vea usted como colocó su mano
pecaminosa en el trasero de la esposa del servil presidente de España, Pedro
Sánchez, estando al lado de la señora. Y padece del Pecado de la Envidia porque
no acaba de aceptar que Rusia es el nuevo poder militar del mundo, más allá de
sus negaciones.
Y padece este señor anciano también del Pecado
de la Pereza porque, imagino, a su edad, se pasa la vida roncando cuando no
tiene compromisos en foros internacionales. Imagino también que ha de costar
trabajo despertarlo porque a esa edad, aunque no se quiera, el ser humano se
transforma en un auténtico gandul. Y si vamos uno a uno con los dirigentes
europeos encontramos en Francia a Macron, que flaco y todo no conoce mucho de
la frugalidad. La buena cocina francesa del palacio donde vive está superdotada
de las carnes habidas y por haber y quien pese a comer como loco, con total
desenfreno, su gula no lo hace subir de peso, quizá porque la flacura de su
mujer podía ser algo transmisible. No hay que olvidar el viejo refrán popular
que “el que vive con vieja el cuero se
le pone igual”.
De Olaf Scholz poco se puede decir, pero
gordito como es, no cabe la menor duda que las sabrosas salchichas alemanas y
sus suaves cervezas, no han de ser consumidas con moderación, dada su tez tersa
y estirada piel, que en nada se parece “a
una salchicha de hígado enojada”, como le dijera el impertinente embajador
de Ucrania en Alemania, por la vacilación en la entrega de los tanques de
última generación alemanes. Todo por andar prometiendo cosas a personas tan mal
educadas como los nazis ucranianos.
Y Úrsula Von de Leyen podemos decir un poco
relacionado con la lujuria. Graves problemas ha tenido con su pareja pues pasa
más tiempo con el noruego Jens Stoltenberg planificando muchas cosas para
perjudicar a Rusia que yaciendo con él esposo en su cama. La empatía es tanta
con el militar noruego que más que Presidenta de la Comisión Europea, actúa
como una auténtica coronela, dura, inflexible y decidiendo con los mandos
militares que hacer contra el país eslavo.
La lista de pecadores podría ser mucho más
amplia pero baste con estos pocos personajes, muy conocidos en los círculos del
diablo y que el mismo Satanás les tiene sus reservas, por aquello de un golpe
de infierno.
Publicado por La Cuna del Sol
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