Los Estados Unidos no perdonan y poco les importa que los ucranianos no tengan que comer, pues los Estados Unidos, dicho sea de paso esta expresión tan sobada; “no tienen amigos sino intereses”.
LOS BUENOS AMERICANOS
QUIEREN AHORA PAGO EN
GRANOS
POR LAS ARMAS VIEJAS
DADAS A UCRANIA
Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol
Las tierras negras de las llanuras de Ucrania
son realmente maravillosas. Son unas tierras feraces portentosas, motivo de
gran envidia de los países nórdicos cuyas tierras disponibles para la
agricultura son miserables y míseras. La taiga y la tundra son el paisaje
dominante donde poco o nada se puede cultivar. Pero estos países que presumen
de tener la mejor educación del mundo tienen sus traspiés pedagógicos y su
indudable falta de educación al actualizar contra Rusia, de manera oportunista,
su odio ancestral y ahora están en el plano de enemigos expectantes contra un
país que no ha dado una señal convincente de pretender agredirlos.
Los países nórdicos son hijos del prejuicio y la suspicacia vulgar,
impropia de la buena educación, de la cual ellos presumen. Rusia es un pueblo
de gente sencilla, generosa y con altos niveles de educación, de lo que no se
pavonean. Estos vasallos de los Estados Unidos, francamente, han decepcionado.
A su vez practican con la ayuda dada a países del Tercer Mundo, como Guatemala,
por ejemplo, el supuesto apoyo a la movilización social en contra del sistema
depredador chapín, sin embargo, todas las ayudas de Suecia o Noruega, llevan el sello de la sumisión para estas
naciones, ante la instrucción de que se puede protestar por la inconformidad
manifiesta, pero nada de actos violentos.
Y ante ese “pacifismo” mal entendido, “la ira justa del pueblo”, como
dijera el poeta Otto René Castillo; no tiene cabida.
Por eso duele mucho a todo ser humano con
sensibilidad la realidad de Ucrania desde hace 8 años, pues desde el 2,014 con
las revueltas fascistas del Maidán (plaza en idioma ucraniano), ese hermoso y
fecundo país se fue a la deriva. Mafia de oligarcas multimillonarios (el propio
presidente Zelenski tiene una fortuna de 850 millones de dólares, que resulta
increíble, pero está comprobado) y así todo su entorno y todos los gobiernos
anteriores que le antecedieron cuyos ideales políticos fue saquear a Ucrania
con el beneplácito en primer lugar de los Estados Unidos. Lo de Rusia, lo de la
operación militar especial, fue el desastre, aunque plenamente justificada por
el exterminio a que estaba sometido desde hacía 8 años los habitantes rusos de
la región del Donbass, región rica en todo: recursos naturales del suelo y del
subsuelo y polo industrial de ese país. La guerra contra el Donbass no fue otra
cosa que atacar y destruir su riqueza.
Ahora Estados Unidos está exigiendo el pago de las armas viejas con que dotaron al ejército ucraniano y como no hay dinero en efectivo quieren el pago en especie en millones de toneladas: trigo, maíz y semillas de girasol del que se fabrica el aceite comestible. Pero despojar a Ucrania de su cosecha ya embarcada en el puerto de Mariupol es abocarla al hambre porque en este momento la agricultura, los campos de cultivo están abandonados por la guerra. La producción del 11% mundial de trigo difícilmente puede llegar en los años que vienen a ese rango, ni el 16% de maíz… Los Estados Unidos no perdonan y poco les importa que los ucranianos no tengan que comer, pues los Estados Unidos, dicho sea de paso esta expresión tan sobada; “no tienen amigos sino intereses”. Pero el jueguito no les salió bien y el reembolso, al menos con los granos, como que no se va a poder. Aunque los Estados Unidos, como Pancho Villa, “nunca pierden, y si pierden, arrebatan”.
Publicado por La Cuna del Sol
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