En el 2003 cuando se estaba en preparaciones para la invasión a Iraq, que
se suponía seria “pan comido,” y se pensaba ya en Siria o Irán como el
siguiente “blanco,” una de las bromas más recurrentes dentro del grupo de
ideólogos neoconservadores (neocons) que
formaban parte de la administración de
G.W. Bush era la de “Los hombres de
verdad van a Teherán” (Real men go to Teherán). Los neoconservadores
nunca escondieron su deseo de provocar un “cambio de régimen” en Iran a través de una intervención militar de los Estados Unidos
y hasta hicieron que se incluyera a Irán dentro de la ya famosa frase retorica
de Bush del “Eje del Mal” que también
incluía a Iraq y Corea del Norte. Mucha agua ha corrido desde esos días hasta
la presente fecha.
Precisamente el miércoles
10 de noviembre 2011 se dio a conocer el reporte de la Agencia Internacional de
Energía Atómica (AIEA) de la ONU sobre las actividades del Programa Nuclear de
la República Islámica de Irán. Como era de esperarse y como se había especulado
ampliamente, la AIEA de la mano del títere de Washington, el japonés Yukiya
Amano, director general de dicha agencia, presento su reporte en el cual en
forma bastante ambigua señala que toda la información recabada por los
inspectores de armas de la ONU apunta a que Irán ha estado trabajando en la
producción de la bomba atómica. Inmediatamente se desató toda una ola de
variadas especulaciones y análisis desde
los diferentes medios de prensa escrita y en los numeroso sitios web de la
Internet. Antes de entrar en algunas consideraciones al respecto vale la pena
mencionar que Irán ha estado en los planes guerreristas de Washington por los
últimos 30 años. Desde la Revolución que derroco al Sha Mohammed Reza Pahlavi
en 1979 y la ascensión al poder del Ayatollah Ruhollah Kkomeini, Irán se ha convertido
en un acérrimo enemigo de los Estados Unidos, un obstáculo para los planes
imperialistas de este y su aliado incondicional Israel.
Un poco de
historia es importante para familiarizarse y para contextualizar el estado
crítico de las relaciones actuales entre Irán
y los Estados Unidos. En 1953 el democráticamente electo presidente de Irán
Mohammed Mosaddegh fue derrocado en un golpe de estado orquestado por la CIA y
el MI-5 de Inglaterra que resentía enormemente la perdida de los derechos a la
explotación de los recursos petroleros de Irán que había ejercido en forma
absoluta desde 1913 a través de la Anglo-Iraní Oil Company (AIOC) que era
controlada en su totalidad por el gobierno Británico. Es de suma importancia
notar que fue después del derrocamiento de Mosaddegh y el instalamiento del Sha
en el poder, que se inicio bajo los auspicios de los Estados Unidos el actual
Programa Nuclear de Irán. En ese entonces se estableció el Programa Civil de
Cooperación Nuclear conocido como Átomos por la Paz. En 1976 el presidente
Gerald Ford firmo una directiva ofreciendo a Irán la oportunidad de comprar y
operar una instalación construida por los Estados Unidos para la extracción de
plutonio. El trato especificaba como meta el trabajar en un ciclo de “combustible
nuclear” completo. El documento que delineaba la estrategia de G. Ford
establecía que la “que la introducción de
energía nuclear serviría para proveer a las crecientes necesidades de la
economía de Irán, al mismo tiempo que mantendría libre el acceso a las reservas
de petróleo para la exportación o para su conversión en petroquímicos.” Henry
Kissinger en ese entonces Secretario de Estado,
recordó en el 2005, “No creo que
el asunto de la proliferación nuclear fuera considerada.” El 4 de Noviembre
de 1979 se llevo a cabo uno de los eventos más significativos en la historia de
las tensas relaciones entre Irán y Estados Unidos: La toma de la Embajada
Norteamericana en Teherán por un grupo de estudiantes revolucionarios que
mantuvo como rehenes a 52 norteamericanos por espacio de 444 días hasta que
fueron dejados en libertad el 20 de Enero de 1989.
En definitiva ha
sido la crisis de los rehenes la que ha marcado hasta hoy en día el crítico
estado de las relaciones entre ambos países con amenazas constantes de parte de
los Estados Unidos hacia el gobierno Iraní. El que la Revolución Islámica haya
revertido todas las concesiones otorgadas por el Sha a los Estados Unidos ha
sido un golpe terrible para las ambiciones imperialistas de este. Algo que ha
sido imposible de digerir y que ha provocado la furia de las sucesivas
administraciones Norteamericanas que han presenciado con impotencia como la
República Islámica de Irán se ha convertido en un contrapeso para los intereses
económico-militares de dominación estadounidenses en toda la región del Medio
Oriente y del Sud Este Asiático. Como he mencionado anteriormente Irán ha
estado desde hace aproximadamente 30 años en los planes de guerra de Washington
como también de Israel, su aliado incondicional en el Medio Oriente. Israel es
el único país en dicha región que posee armas nucleares que se estima entre 200
y 400 superior inclusive al arsenal nuclear británico y que paranoicamente ve a
Irán como una amenaza existencial a su integridad territorial aun y cuando Irán
no posee armas nucleares ni ha invadido a país alguno en la región. Todo esto
nos lleva a considerar el recién reporte de AIEA con relación a las actividades
nucleares Iraníes y las posibles y terribles implicaciones para el Medio
Oriente y más allá de la región.
De acuerdo las
conclusiones del Estimado de Inteligencia Nacional elaborado por las agencias
de inteligencia norteamericanas en el 2007, Irán había suspendido todo esfuerzo
en la construcción de armas nucleares en el 2004. Lo anterior constituyo un
duro revés a las intenciones de la administración de G.W. Bush de imponer
sanciones más severas o hasta atacar militarmente a Irán. Contrario a lo
concluido en el Estimado de Inteligencia Nacional en el 2007, el reciente reporte
emitido por la AIEA establece que los inspectores de armamentos de la ONU han
amasado una considerable cantidad de nuevas evidencias, que según ellos, hacen
“creíble” el caso de que “Irán ha estado llevando a cabo actividades relevantes
destinadas al desarrollo de un artefacto nuclear,” y que el proyecto “puede
todavía” estar en marcha. Los resultados producto de las investigaciones de la
AIEA han encendido de nuevo el debate entre los aliados Occidentales e Israel a
cerca de si el incremento de las presiones diplomáticas, sanciones, sabotajes o
acciones de carácter militar pueden poner un alto al programa nuclear Iraní. A
sabiendas de que los resultados de sus investigaciones enfrentarían el
escrutinio y el escepticismo a raíz de las fallas o el mal intencionado manejo
de los informes de inteligencia que precedieron y luego dieron lugar a la
invasión de Iraq, los inspectores elaboraron toda una sección del reporte
llamada “credibilidad de la información.” La información, aseguran ellos, viene
de más de 10 países y de fuentes independientes apoyadas en algunos casos por
entrevistas con personal extranjero que supuestamente han participado o ayudado
a Irán en el desarrollo de su programa nuclear.
En una de las
partes del reporte y de manera contradictoria los inspectores afirman que Irán
no ha desarrollado las habilidades tecnológicas
necesarias como tampoco pueden predecir cuánto tiempo le tomará a Irán
para estar en condiciones de producir un arma nuclear. Los inspectores tampoco
afirman la existencia de algún laboratorio de armas o proveen evidencia alguna
de que exista un arma completamente construida. En el reporte, Yukiya Amano,
director de la AIEA afirma que los inspectores amasaron más de 1000 páginas de
documentos presumiblemente filtrados clandestinamente desde Irán. Amano dijo
que los documentos muestran la existencia de “investigación, desarrollo y actividades
de prueba” con tecnología que sería muy útil en el diseño de una arma nuclear. Además dijo que
“un número de individuos” envueltos en las actividades en Irán habían proveído
información descrita como “consistente” con la inteligencia de más de 10 países,
los cuales “no nombró,” incluyendo algunos demostrando “las técnicas de
manufacturación para ciertos componentes de alta carga explosiva,” de los
Iraníes.
Lo anterior
constituye un breve resumen de la totalidad del reporte de la AIEA, tomado del
New York Times y como el mismo medio lo especifica en otro de sus reportajes al respecto, este último reporte,
contrario al emitido por el Estimado de Inteligencia Nacional 2007, no cambia
de manera fundamental el debate sobre cómo manejar las ambiciones nucleares de Irán,
a pesar de las llamadas de los Republicanos en el Congreso y de los candidatos
a la presidencia que demandan sanciones más severas. Como se había anticipado
por muchos medios informativos y expertos independientes el reporte de la AIEA
contiene muchas fallas y prácticamente no ofrece nuevas pruebas que puedan
considerarse como irrefutables como lo demuestra el hecho de que los
inspectores de la ONU digan “no estar seguros de que Irán haya desarrollado las
habilidades tecnológicas necesarias así como tampoco pueden predecir el tiempo
que le tomará a Irán producir una arma
nuclear,” o que también digan que el proyecto puede “todavía” estar en marcha.
Quizás el escepticismo y la fuerte crítica a la que ha sido sometido el reporte
de los inspectores de armas de la ONU se refleja en la cautelosa reacción de la
administración de Obama en público como
en privado después de haberse dado a conocer el reporte aun y cuando el reporte
contó con la participación de oficiales de la inteligencia Americana en la
preparación del mismo. También refleja
la renuencia de la Casa Blanca a incitar una guerra de palabras-incluyendo la
ampliamente discutida posibilidad de un ataque preventivo por parte de Israel-
pero también una cuidadosa estrategia para permitir que el reporte de la AIEA
hable por sí mismo con la “esperanza” de que la presión económica y diplomática
se intensifique sobre Irán. Por ahora, de acuerdo algunos oficiales, no está
bajo discusión una respuesta militar norteamericana, aunque presumiblemente
operaciones de inteligencia para minar las actividades nucleares de Irán
continúan en serio.
Las reacciones de
Irán así como de Rusia y China no se hicieron esperar. Oficiales Iraníes
sugirieron, aun antes de que el reporte de los inspectores de la ONU fuera dado
a conocer, que era un documento politizado destinado a darle fuerza a la
posibilidad de un ataque militar de Israel sobre Irán. La Agencia Oficial de
Noticias de Irán (IRNA) refutó en forma más detallada el reporte de la AIEN
diciendo que la nueva evidencia se deriva de una laptop que fue robada a un
oficial Iraní en el 2004. La agencia noticiosa hizo notar que Yukiya Amano director
de la AIEN visito Washington la semana pasada y lo acusó de seguir las ordenes
de los Estados Unidos para publicar el reporte. Las nuevas evidencias aun si
son aceptadas como verdades, según la agencia noticiosa, todas están basadas en
simulaciones computarizadas y no en “actividades prácticas.” Es por esa razón
que la agencia ha llamado “estudios” a todo el proyecto. No existe evidencia en
esos documentos que prueben que los estudios han sido cambiados por proyectos o
actividades practicas. Finalmente IRNA se refirió a los cables de Wikileaks
publicados el 2010 en los cuales Amano dice que su posición con respecto al
Programa Nuclear de Irán no difiere sustancialmente del punto de vista de la
administración Americana. Rusia y China ahora con la experiencia de la NATO en
Libia han dejado en claro que no votaran en el Consejo de Seguridad de
la ONU por más sanciones en contra de Irán, dejando así dividida desde sus
inicios cualquier acción internacional en contra de Irán. Por otra parte las
reacciones a favor del reporte de la AIEA tampoco se hicieron esperar. El New
York Times como fiel vocero de los intereses imperialistas de los Estados
Unidos catalogó el reporte como “meticuloso” declarando que son mínimas las
dudas que deja a cerca de las ambiciones de Teherán. En su editorial aprueba
completamente la metodología usada por la AIEN en la elaboración de su reporte,
declarando: El reporte es penetrante y amplio. …Lo que le da al reporte una
particular credibilidad es lo meticuloso de la información de la cual se deriva
el reporte. Po su parte los editores del Washington Post en línea con la ideología
de los neoconservadores se manifestaron entusiasmados con el reporte,
escribiendo: “La evidencia de la AIEA, la cual incluye 1000 páginas de documentos,
entrevistas con científicos renegados que han ayudado a Irán y material proveído
por 10 gobiernos, debe de terminar los serios debates a cerca de si el programa
nuclear Iraní es para fines pacíficos.” Pero como escribe Paul Pillar un ex
prominente analista de la CIA en un artículo publicado por la revista electrónica
Consortiumnews “El muy publicitado reporte de los inspectores de armas de la
ONU sobre la supuestas intenciones de Irán de obtener una bomba nuclear contenía
poco que era nuevo, mucha era ya información pasada de moda, y nada que pueda
ser confirmado de manera independiente.” Sin embargo nota el mismo analista, “todavía
tuvo un gran impacto.”
Pero sin duda la
poca confiabilidad del reporte de la AIEA quedó de manifiesto ante la cautelosa
reacción de la Casa Blanca que prefirió guardar silencio tanto en público como
en privado dado posiblemente a lo mucho que está en juego en lo diplomático y
militar con relación al Programa Nuclear Iraní. Sin duda que la reacción de la
Casa Blanca constituyó un duro revés para los planes guerreristas del Primer
Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu y para todos sus aliados neoconservadores
en Washington. Claro que no se quedaran con los brazos cruzados pues la guerra
encubierta en contra de la República Islámica de Irán continúa. Hace unos pocos
días el Wall Street Journal reporto que Estados Unidos está armando hasta los
dientes, con armamento altamente sofisticado, a los Emiratos Árabes Unidos posiblemente
en preparación para un conflicto armado con Irán. También se sabe de la
existencia de una nueva versión del virus Stunext que no hace mucho tiempo se
empleo para sabotear la red de computadoras que controlan el Programa Nuclear Iraní.
Ayer mismo fuentes de inteligencia bien informadas reportaron las explosiones simultáneas
en dos depósitos de armas en Irán.
Los
neoconservadores en Washington sin duda deben estar desilusionados ante lo contradictorio
y la poca fiabilidad de la información contenida en el reporte de la
AIEA y por ahora sienten que sus grandiosos sueños de marchar por la calles de Teherán
ondeando la bandera de las barras y las estrellas ha sido momentáneamente abortado,
pero no cejaran.
Marvin Najarro
Publicado por Marvin Najarro
CT, USA.
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