“En ese entonces no sabía cuánto se había terminado.
Cuando miro hacia atrás desde esta alta colina de mi vejez, todavía puedo ver
la carnicería, mujeres y niños yaciendo en montones y regados a lo largo de la sinuosa
quebrada, tan claro, como cuando los vi con ojos todavía jóvenes. Y puedo ver
que algo más murió ahí en el cieno ensangrentado y fue enterrado por la
tormenta de nieve. El sueño de un pueblo murió ahí. Era un bello sueño. Black Elk.
LOS LAKOTA Y LA TRAGEDIA DE
WOUNDED KNEE
Por Johnny Barber
La profunda herida de
Wounded Knee, de los Lakota a Gaza
Este 29 de diciembre recién pasado marco el 122º aniversario de la masacre
en Woundes Knee. Es una historia que permanece fresca en la mente y en las
vidas de muchos indígenas en todos los Estados Unidos de América. Cada
generación es enseñada a nunca olvidar.
En 1981, revisando la historia que llevó a la masacre, Thomas
Morgan, Comisionado de Asuntos Indígenas, dijo: “Es muy difícil calcular erróneamente
la magnitud de la calamidad que sufrió el pueblo Sioux por la repentina
desaparición del búfalo. Los ilimitados prados iban a ser abandonados por la circunscrita reservación
y, la abundancia de todo suplantada por los escasos suplementos del gobierno
para subsistir. Bajo estas circunstancias no es parte de la naturaleza el no
estar descontento e inquieto, inclusive, turbulento y violento”.
El Comisionado Morgan no tenía empatía por el sufrimiento de la gente
indígena. El simplemente estaba dejando en claro los hechos. Un año antes de la
masacre, en octubre de 1989, hizo público un documento en el cual comunicaba
sus políticas y convicciones en relación a la población nativa.
“Los indios deben ajustarse a “las maneras del hombre blanco”,
pacíficamente si ellos quieren, forzosamente si tienen que hacerlo. Ellos
mismos tienen que adaptarse a su medio ambiente y, ajustar su modo
sustancialmente, su modo de vivir, al de nuestra civilización. Esta
civilización puede que no sea la mejor posible, pero es lo mejor que los indios
pueden conseguir. Ellos no se pueden escapar de ella y, deben, ya sea, adaptarse a ella o, ser
aplastados por ella. Las relaciones tribales tienen que ser resquebrajadas, el
socialismo destruido y, la familia y el individuo sustituidos”.
La masacre de Wounded Knee es todavía comúnmente presentada como una
“batalla” en la que nadie puede ser culpado, pero si se asigna culpabilidad,
son siempre los Lakota quienes dispararon el primer tiro. Esta es la
justificación para todo lo que siguió. Un siglo después de la matanza, el
congreso emitió una apología, expresando, “profundo pesar” por los sucesos de
ese día en 1890 cuando más de 370 hombres, mujeres y niños fueron abatidos con
disparos de armas cuando ellos trataban de salvar sus vidas. Pero la masacre de
Wounded Knee no fue una anomalía, como tampoco fue un accidente. Wounded Knee,
es la historia entera de la relación de la gente indígena con el imperialismo
hecho manifiesto en un solo evento.
“En ese entonces no sabía cuánto se había terminado. Cuando miro hacia atrás
desde esta alta colina de mi vejez, todavía puedo ver la carnicería, mujeres y niños
yaciendo en montones y regados a lo largo de la sinuosa quebrada, tan claro,
como cuando los vi con ojos todavía jóvenes. Y puedo ver que algo más murió ahí
en el cieno ensangrentado y fue enterrado por la tormenta de nieve. El sueño de
un pueblo murió ahí. Era un bello sueno”. Black Elk
Los ancestros de las victimas conmemoran la masacre en honor a la memoria
de aquellos que cayeron y para aliviar el dolor de sus, aun, devastadas
comunidades. Los ancestros de los perpetradores ignoran la herida infligida y
la herida supura.
A tan solo días de la masacre y, desde Wounded Knee, un joven editor de un
periódico, llamado Frank Baum (que más tarde se volvió famoso por la historia
de niños el “Mago de Oz”) opinó: “El Pionero (The Pioneer) ha declarado
antes que nuestra sola seguridad depende de la total exterminación de los
indios. Por siglos los hemos tratado con injusticia, pero para proteger nuestra
civilización, mejor seria, que les dispensáramos una injusticia más y borremos
de las faz de la tierra a estas indomables creaturas”.
A Vietnam, donde el llamado de Lyndon Johnson para ganar los corazones y
las mentes de la población civil fue corrompido por el de los soldados, “Cuando
los tienes por las bolas sus corazones y mentes seguirán”.
A Iraq, donde a Madeline Albright se le preguntó si la muerte de ½ de
niños víctimas de las sanciones impuestas a ese país valía la pena, ella
contestó “Yo pienso que es una muy difícil de escoger, pero el precio – nosotros
creemos que el precio vale la pena”.
A Gaza, donde Dov Weisglass dijo, “La idea es poner en dieta a los
palestinos, pero no hacerlos que se mueran de hambre”.
A Irán, donde un nuevo régimen de sanciones está teniendo lugar y el
Departamento de Estado declara, “Las sanciones están empezando a calar”, y como
en docenas de otros lugares, las heridas supuran.
En cada caso, aquel con el poderío militar afirma que, los ocupados y
oprimidos son peligrosos y amenazan la existencia misma del Estado, aun y
cuando el Estado mata de hambre a la población, restringe su libertad de
movimiento y bajo el disfraz de la “seguridad” les deniega los más básicos
derechos. Todos los intentos del “enemigo” de encontrar la paz son objeto de
burla, ignorados o considerados como “mentiras”, mientras, el robo de sus
tierras y recursos continúan sin cesar. Cada vez que el oprimido demanda sus
derechos o se atreve a responder con hechos contra su opresores, estos declaran
que la gente oprimida está motivada por el odio y buscan la aniquilación del
Estado. Las negociaciones son vistas como signo de debilidad y son raramente
perseguidas a no ser que puedan ser usadas como herramientas para aumentar la
represión. Continuamente los opresores hablan a cerca de “buscar la paz” a la
vez que sistemáticamente destruyen cualquier forma de oposición.
Matamos por medio del hambre, matamos negando medicina y matamos por
cuarentena. Cuando eso no silencia el disentimiento de los “descontentos”
nosotros no titubeamos en matar con balas y bombas. Hay que recordar las
palabras del Comisionado Morgan, “Esta civilización puede que no sea la mejor
posible, pero es lo mejor que los indios pueden conseguir. Ellos no se pueden
escapar de ella y, deben, ya sea,
adaptarse a ella o, ser aplastados por ella”.
Un día nosotros seremos también aplastados por este erróneo concepto de
civilización.
La doctrina Dahiya es una estrategia militar por medio de la cual el
ejército de Israel ataca la infraestructura civil infligiendo, de esa manera,
sufrimiento sobre la población civil, haciendo muy difícil sobrevivir al punto
que combatir o resistir la ocupación no tiene ninguna utilidad práctica, estableciendo
de ese modo la disuasión. La doctrina lleva el nombre de un suburbio al sur de
Beirut con grandes bloques de apartamentos. Durante la guerra de Líbano en el
2006 el vecindario completo fue arrasado
por las bombas israelíes. Pero esta doctrina no es una estrategia moderna para
controlar a la población. Tampoco es poniendo al pueblo de Gaza bajo “dieta” (sojuzgando
a toda una población a través de una combinación de pobreza, malnutrición, pugnas
sobre recursos limitados y violencia) algo nuevo, es el “American way”,
adoptado por nuestros aliados más cercanos, (y “la única democracia en el Medio
Oriente”, con el “ejército más moral del mundo”) los israelíes.
Diciembre 27 marcó el 4º aniversario del inicio de la llamada Operation
Cast Lead (Operación Plomo Derretido) que deriva su nombre de una canción de niños,
popular durante la celebraciones de Hannuka, a cerca de un dreidel (perinola,
pirinola, pirindola) hecha de plomo derretido. Durante este ataque sobre Gaza,
murieron 1,417 personas (330 niños), 4336 fueron heridos, 6,4000 casas fueron
destruidas. Hospitales, mezquitas, la planta de energía eléctrica y el sistema
de alcantarillado fueron atacados deliberadamente.
Israel acusa a Hamas de crímenes de guerra por lanzar, indiscriminadamente,
cohetes sin sistemas de dirección en territorio de Israel. Como justificación para
bombardear los centros de población civil y la infraestructura, los israelíes
afirman que los militantes de “Hamas usan a los civiles como escudos”. El uso
de municiones de precisión para matar civiles en Gaza, es un crimen de guerra,
no importa quien se esté ocultando detrás de ellos.
Después de la reciente matanza de 20 niños en una escuela en Newtown,
Connecticut, el presidente Obama limpiándose las lágrimas de sus ojos dijo: “Esta
es nuestra principal tarea -cuidar a nuestros nonos. Esto es nuestro principal
trabajo. Si no entendemos esto correctamente, entonces no entenderemos ninguna
cosa correctamente. Eso es como, como sociedad, seremos juzgados. Y por esa
medida, ¿podemos realmente decir, como nación, que estamos cumpliendo con
nuestras obligaciones?”
La recién finalizada operación de ocho días de Israel en contra de Gaza
llamada, Pillar of Cloud (el nombre se deriva de un pasaje bíblico) vio
desparecer de un bombazo a tres generaciones de la familia al-Dalu, incluyendo
4 niños de entre 1 y 7 años de edad. El hijo sobreviviente no habla de
rendirse, de renunciar a la tierra de la familia o desaparecer. El demanda
justicia. Sus lágrimas de mesclan con furia. ¿Se le
puede culpar?
Mientras el cese al fuego entraba en efecto había un consistente mensaje de
la gente de Gaza. Nosotros estamos aquí. Este es muestro hogar. Nunca lo
abandonaremos. Ellos tendrán que matarnos atodos.
Luego del cese de bombardeo, nuestro Congreso inmediatamente voto para
reponer las bombas y municiones del arsenal de Israel para que pueda “defenderse
así mismo”. Las heridas supuran.
En su discurso el presidente llegó a decir: Si hay un paso que debamos dar
para salvar a un niño, a un padre o a otra ciudad, del dolor que ha asolado a
Tucson, Aurora, Oak Creek y Newtown, y antes de ellas comunidades como
Columbine y Blacksburg -entonces seguramente que tenemos una obligación de
tratarlo.
Wounded Knee no ha desaparecido. El pueblo Lakota permanece. Gaza no ha
desaparecido. El pueblo palestino permanece. En Afganistán, Iraq, Paquistán,
Yemen, Libia y Somalia la gente lamenta la perdida de sus niños. La violencia
causada sobre ellos en nuestro nombre continúa. Si podemos dar un paso para
salvar a otro niño, nosotros tenemos una obligación.
Traducido del inglés por Marvin
Najarro
Johnny Barber retornó recientemente de Gaza a los Estados
Unidos. Él puede ser contactado a dodger8mo@hotmail.com.
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
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