Este asalto de los EE.UU a
la FIFA, bajo el pretexto de limpiarla de la lacra de la corrupción también
tiene su dimensión rusa. Salvar a Israel pudo ser un motivo, sin embargo,
perjudicar a Rusia a raíz del conflicto que ambos sostienen en Ucrania es mucho
más plausible. Rusia se está preparando para celebrar el mundial de futbol en
2018, lo que sin duda es visto por sus rivales como una ocasión para continuar con
sus ataques, dañar su imagen y aislarla internacionalmente, tal y como aconteció
con el boicot que los líderes occidentales le declararon con motivo de los
juegos olímpicos de invierno en Sochi.
ESTADOS UNIDOS TOMA
POR ASALTO A LA FIFA
La operación, estilo militar, fue concebida para generar el mayor impacto
posible en la opinión pública mundial, los grandes medios de prensa
estadounidenses respondieron inmediatamente y de manera sincronizada como si
estuvieran esperando la orden de actuar. El New York Times ya tenía fotógrafos
y reporteros en el hotel a las 6 AM para capturar el incidente en vivo en el
que fueron capturados siete dirigentes de la FIFA a quienes las autoridades de
los EE.UU les imputan 47 cargos que incluyen, asociación delictuosa, fraude y
lavado de dinero vinculados a actividades futboleras en Norteamérica, Centroamérica
y el Caribe.
Como en la mayoría de los casos de corrupción que salen a luz, como el
reciente caso de Guatemala en dónde prácticamente todos los funcionarios del
gobierno están involucrados, el caso de la FIFA era un secreto a voces, pues
desde hace muchísimo tiempo se ha sabido que esa omnímoda organización que
ejerce un control absoluto sobre todo lo que tenga que ver con el futbol
organizado a nivel mundial, es un antro donde los negocios turbios constituyen
el modus operandi que ha enriquecido ilícitamente a un gran número de sus
dirigentes en todas partes del mundo, como lo demuestra la procedencia de los
capturados por las autoridades suizas que actuaron cumpliendo órdenes del gendarme del mundo,
los siempre omnipresentes EE.UU, que los solicita en extradición. Sin embargo,
lo que llama poderosamente la atención es el momento en que se produce la
redada en un lujoso hotel de Zurich en donde se hospedaban los supuestos
criminales.
La redada tiene lugar en momentos en que la FIFA se preparaba para celebrar
su reunión anual en la que se elegiría al nuevo presidente de la organización y
en la que también se trataría la petición de la Federación Palestina de Futbol para
expulsar a Israel de la organización futbolera debido a las violaciones
sistémicas de este último de los derechos de los futbolistas palestinos en los
territorios ocupados, que incluye la prohibición de entrenamientos y partidos
de futbol, el arresto de futbolistas, la denegación de entrada a otros equipos
y el bombardeo de los campos de juego, así como el racismo endémico hacia los
jugadores no judíos en el propio futbol israelí.
En este sentido se ha especulado en algunos medios alternativos que la
posible expulsión de Israel, algo a lo que el mismo presidente de la FIFA, Joseph
Blatter se oponía férreamente, habría sido el motivo que impulsó al Capitán América a actuar de manera
sorpresiva a fin de evitar que su incondicional aliado en el Medio Oriente
sufriera una humillante derrota. De haber sido así, la operación anticorrupción
resultó todo un éxito pues al final los palestinos, seguramente bajo fuerte presión
de un Blatter asediado por el gendarme global, cedieron y para el deleite de
Netanyahu, retiraron la moción para suspender a Israel, y ambos, palestinos e
israelíes, terminaron dándose la mano. El apartheid salió bien librado.
Según reporta Tikum Olam, el Papa Francisco y el ex futbolista francés
Michel Platini habrían intervenido en favor de Israel a tal punto que un funcionarios
israelíes como muestras de su profundo agradecimiento ha solicitado que se le
entregue a Platini el Premio Israel,
reservado para artistas y científicos que han obtenido grandes logros y servido
a la nación.
Pero esto no se detiene ahí, este asalto de los EE.UU a la FIFA bajo el
pretexto de limpiarla de la lacra de la corrupción también tiene su dimensión
rusa. Salvar a Israel pudo ser un motivo, sin embargo, perjudicar a Rusia a
raíz del conflicto que ambos sostienen en Ucrania es mucho más plausible. Rusia
se está preparando para celebrar el mundial de futbol en 2018, lo que sin duda
es visto por sus rivales como una ocasión para continuar con sus ataque, dañar
su imagen y aislarla internacionalmente, tal y como aconteció con el boicot que
los líderes occidentales le declararon con motivo de los juegos olímpicos de
invierno en Sochi. Ya en marzo el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko había
anticipado algo de esto al pedirle a sus aliados boicotear la copa del mundo en
Rusia, si Moscú no retiraba sus tropas de Ucrania. Irónicamente, el presidente
ucraniano le dijo a un diario alemán que él prefería mantener el futbol y la
política separados pero que esto no era posible cuando equipos de la región de
Donetsk tenían que jugar lejos de su sede debido a la ocupación de las fueras separatistas
pro rusas.
Esas declaraciones del corrupto oligarca presidente de Ucrania, y a quien Estados
Unidos, demostrando de lo que en realidad esta hecho, quiere que le otorguen el
Nobel de la Paz, deben servir como un preludio para lo que se avecina.
El asalto de Estados Unidos a la FIFA, que el presidente Putin correctamente
ha considerado un ataque político contra el presidente de la FIFA, Joseph
Blatter, y una clara muestra de la intención de los EE.UU de extender su
jurisdicción sobre otros Estados, no tiene que ver con la practicas corruptas
de la FIFA como se quiere hacer creer a la opinión pública, porque entonces
como se explica las buenas relaciones que Estados Unidos mantiene con muchos de
los regímenes y personalidades más corruptas del mundo, que seguramente
conducen grandes transacciones económicas en suelo yanqui, y le compran
cantidades enormes de armamento. No, esto no es una noble misión contra la corrupción
para salvar al futbol, es simple y llanamente una descarada maniobra política intervencionista
del imperialismo, conducida por el Departamento de Justicia y el FBI con el
claro objetivo de controlar la FIFA, una de las pocas organizaciones mundiales
que han escapado al control de los EE.UU. Lo anterior podría traer como consecuencia
despojar a Rusia del mundial de futbol o declararle un boicot.
Lamentablemente es el futbol el que tendrá que pagar las consecuencias de
las diabólicas maquinaciones del imperialismo que en su desesperada, como
peligrosa carrera por mantener su hegemonía sobre el mundo no se detiene ante
nada. Tras la reelección del señor Blatter, que está siendo ampliamente rechazada
en Europa y Estados Unidos, ya se está hablando de la posibilidad que la Unión
Europea de Futbol y la Federación de Futbol de los EE.UU se retiren de la FIFA
y formen su propia organización que celebraría un torneo mundial de futbol con
el nombre de la “Copa Limpia”, lo que efectivamente significaría no solo boicotear
la copa mundial en Rusia, sino el desmantelamiento de la FIFA, para luego dar
paso a una organización que estaría bajo el control total de los EE.UU, no con
el propósito de mejorar la imagen de un deporte del que apenas saben algo los norteamericanos,
sino para usarlo como instrumento al servicio de sus intereses económicos y políticos
que se habían visto limitados en una organización en la que su capacidad de
maniobra era limitada hasta el punto de perder ante Qatar la organización del mundial
del 2022.
El presidenta ruso Vladimir Putin entiende con preocupación de que se trata
todo esto, no solamente es un ataque contra la FIFA, sino un ataque más de los
tantos a los que viene siendo sometida Rusia por negarse a doblegarse a los
deseos de Washington. Las autoridades estadounidenses han prometido que
llegaran hasta el fondo de la corrupción en la FIFA, es decir demostrar que el
mundial se le concedió a Rusia de manera fraudulenta. De esta manera, el futbol
como instrumento político, le servirá a Estados Unidos para asestarle otro
golpe a la ya asediada Rusia.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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