El reciente bombardeo de los
EEUU sobre Siria, ha dado lugar a la foto de otro trío como el de las Azores.
Donald Trump, Emmanuel Macron y Theresa May. Aparte de la distancia temporal,
sólo hay dos diferencias reseñables entre ambas fotografías: que el tercer país
convidado a la carnicería esta vez ha sido Francia (en lugar de España) y que
hay una mujer en el trío. ¿Debería ser esto último motivo de satisfacción?
Probablemente lo sea -escribe nuestra colaboradora Tita Barahona – para quienes
cifran el avance de las mujeres hacia la igualdad en su presencia en las altas
esferas de la política, independientemente de qué tipo de política hagan.
LAS SEÑORAS DE LA GUERRA:
CRÍTICA DEL
FEMINISMO BURGUÉS Y
POSMODERNO
Por Tita Barahona
Todo el mundo recordará la foto del trío de las Azores: George W. Bush,
Tony Blair y José M. Aznar saludando el inicio de la invasión de Irak y la
subsiguiente masacre que dura ya 15 años. El reciente bombardeo de los EEUU
sobre Siria, so capa de un supuesto ataque químico por parte del gobierno de
Assad, ha dado lugar a la foto de otro trío: Donald Trump, Emmanuel Macron y
Theresa May. Aparte de la distancia temporal, sólo hay dos diferencias
reseñables entre ambas fotografías: que el tercer país convidado a la
carnicería esta vez ha sido Francia (en lugar de España) y que hay una mujer en
el trío. ¿Debería ser esto último motivo de satisfacción? Probablemente lo sea
para quienes cifran el avance de las mujeres hacia la igualdad en su presencia
en las altas esferas de la política, independientemente de qué tipo de política
hagan. O quizás también para quienes utilizan los 8 de Marzo para convocar
“huelgas” que son “de todas”, de lo que se infiere que también lo son de
aquellas que gustan de tirar bombas sobre todo bicho viviente para mayor gloria del capital y sus empresas
armamentísticas.
El feminismo social-liberal
posmoderno dirá que estas señoras de la
guerra son una escueta minoría, pero esto es una ilusión o un simple fallo de
cálculo
Theresa May no tiene el brillo de
Margaret Thatcher pero defiende los mismos intereses al precio y por los medios
que hagan falta, como ha demostrado con la agresión a Siria, el apoyo militar
aArabia Saudí en el conflicto del Yemen -donde están muriendo miles de niños de
hambre y epidemias-, la ayuda que presta al estado de Israel para que prosiga
con el genocidio del pueblo palestino, y su contribución a resucitar la guerra
fría entre Rusia y “Occidente”. Con todo, la May -a la que hay que agradecer
que no vaya de feminista- no es la única señora de la guerra (o warmongeren su
acepción en inglés). Tiene antecesoras y coetáneas. Quizás la primera en el
palmarés sea Hillary Clinton -o Killary más propiamente-; pero hay otras tantas
menos conocidas que no le van a la zaga en ansias bélicas. La recién nombrada
directora de la CIA, Gina Haspel, tiene en su larga hoja de servicios que en
2002 supervisó las torturas a los detenidos ilegalmente en la cárcel secreta de
Tailandia, una de las que mantiene EEUU en diversos puntos del globo sin que
parezca remover las conciencias de los defensores de los derechos humanos. No
sólo torturó sino que también destruyó las pruebas grabadas de dichas torturas
cuando alguien dentro de la Agencia sopló lo que estaba pasando y obligó a que se
abriera una investigación. [1] Aunque los medios del capital no pueden obviar
estos hechos, celebran sin embargo que Haspel sea la primera mujer en ocupar
cargo tan importante.[2]
Su paisana Nikky Haley, nueva embajadora de los EEUU en la ONU, es una reconocida
ignorante e inepta, especialmente en lo que se refiere a política
internacional. Sin embargo, como su jefe Trumpsabe muy bien dar la nota y
practicar el matonismo (o bullying). En su primera aparición en la sede de las
Naciones Unidas, la republicana y cristiano-sionista dijo que llegaba con papel
y lápiz para tomar nota de los países que no se sometan a la voluntad de los
EEUU. En la conferencia anual del
poderoso AIPAC (America Israel Public Affairs Committee) en marzo del año
pasado, manifestó sin sonrojo que ella lleva tacones altos, no por moda, sino
para golpear con ellos a los que se porten mal (con Israel). Y aún añadió
amenazas a quienes en el Consejo de Seguridad de la ONU voten a favor de la
condena al estado de Israel o se abstengan en ella, porque deben saber que “ha
llegado un nuevo sheriff a la ciudad”. [4] En realidad, sheriffs de este tipo
con tacones los hallamos también en Israel, incluso con cara de dulce
adolescente, como Adelet Shaked, que en 2015 fue nombradaministra de justicia.
Abogada declarada del genocidio palestino, en su Facebook publicaba que había
que matar también a todas las madres palestinas y derribar sus casas “para que
no sigan criando serpientes”.[5] La joven ministra fue objeto de rabiosos
insultos sexistas. Pero reprobables como estos puedan ser, lo peor es que
sirvieron de cortina de humo para no hablar de su propio racismo, sexismo y
clasismo, al desear el exterminio de mujeres palestinas la mayor parte de las
cuales viven en la indigencia, especialmente en esa cárcel a cielo abierto que
es Gaza.[6]
Por mucho que las llamemos
ministras, juezas, fiscalas y portavozas seguirán siendo “novias de la muerte”.
En la opresión y explotación de la mayoría de mujeres participan hombres y
mujeres
El feminismo social-liberal posmoderno, convocante de marchas y huelgas de
mujeres, ampliamente difundidas en los medios del capital, dirá que estas
señoras de la guerra son una escueta minoría, y por eso dejan claro en su web
que el suyo es un feminismo “del 99 por ciento”.[7] Pero esto es una ilusión o
un simple fallo de cálculo. Detrás, debajo y sustentando a este uno por ciento
de mujeres poderosas hay todo un elenco de funcionarias, abogadas, policías,
académicas, periodistas, arribistas, oportunistas…, algunas fervientes defensoras
del imperialismo yanqui. El programa más visto de la cadena de TV
norteamericana MSNBC lo dirige Rachel Maddow, buque insignia del progresismo
demócrata por ser una periodista altamente preparada y declaradamente lesbiana.
Esto no le impide dedicar todo su poder mediático a la manipulación de las
audiencias para que crezca el consentimiento a un posible ataque a Rusia, Irán
o Corea.[8] La Maddow es tan buenawarmonger, que se la recompensa con seis
millones de dólares al año, lo que muchísimas norteamericanas no alcanzarían a
ganar en seis vidas.[9]
Aquí en nuestro suelo no escasean ejemplares de este tipo. Por mucho que
las llamemos ministras, juezas, fiscalas y portavozas (porque al parecer no
vale con decir una juez, una fiscal o una portavoz), seguirán siendo “novias de
la muerte” con mantilla, como la ministra de Defensa, María Dolores de
Cospedal; ejercerán la represión, que es claramente de clase, sobre quienes se
expresen contra el poder establecido o participen en manifestaciones y huelgas;
y dictarán órdenes de desahucio a familias sin recursos. No cabe más prueba de
la falacia que encierra la idea extendida por el feminismo burgués de que las
mujeres damos un tono más conciliador y amable a la política o que hay una
“política femenina” y una “política masculina”, o que hay que “feminizar la
política”.Porque no se trata de hormonas, ni de un cierto tipo de educación,
sino de la firme voluntad de acabar con el sistema de explotación y opresión en
el que vivimos. El movimiento obrero femenino que dio a luz al 8 de Marzo a
comienzos del siglo XX, lo entendió perfectamente así.
“No se trata de hormonas, ni
de un cierto tipo de educación, sino de la firme voluntad de acabar con el
sistema de explotación y opresión en el que vivimos, como entendió el
movimiento obrero femenino que dio a luz al 8 de Marzo”
No confundamos los términos. En la
opresión y explotación de la mayoría de mujeres, las que no contamos con más
medio de vida que nuestra fuerza de trabajo, las que no tenemos techos de
cristal sino de pedernal, participan hombres y mujeres. Nuestra emancipación
pasa por abolir la sociedad de clases, que mantiene intacta e incluso reforzada
la subordinación femenina. Por eso, ni las señoras de la guerra, ni quienes las
jalean, ni quienes prefieren correr un velo de silencio sobre ellas, son
nuestras hermanas, sino nuestras
enemigas de clase.
Notas y referencias
bibliográficas:
[1] El “soplón” fue John Kiriakou, ex-agente de la CIA, condenado a 30
meses de cárcel por filtrar información sobre la técnica de tortura llamada
“waterboarding”. Se puede hallar la información resumida en Wikipedia.
[2]http://time.com/5197235/gina-haspel-cia-director-donald-trump/,
https://www.cbsnews.com/news/who-is-gina-haspel-cia-director-seasoned-spymaster-2018-03-13/
[3]https://www.nbcnews.com/news/us-news/amb-haley-un-taking-names-those-don-t-have-our-n713166
[4] Se puede leer toda la declaración en
https://lobelog.com/nikki-haley-neocon-heartthrob/
[5]Véanse las declaraciones de Shaked y Haley en este vídeo:
http://www.renegadetribune.com/extreme-zionism-nikki-haley-ayelet-shaked/
[6] Véase en el digital Haaretz el artículo “Who cares if she is beautiful?
Adelet Shaked is dangerous” de 14 de mayo de 2015.
[7] Véase www.womenstrikeus.org
[8]
https://theintercept.com/2017/04/12/msnbcs-rachel-maddow-sees-a-russia-connection-lurking-around-every- corner/
[9]
http://www.cownetworth.com/rachel-maddow-net-worth/
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario