El imperio de la impunidad sentó sus reales en este país que vive a finales de 2021 en una total dictadura oligárquica y cleptocrática; donde los ricos tienen el control de todos los órganos del Estado.
GUATEMALA,
PAÍS DONDE DEJÓ DE
EXISTIR
EL ESTADO DE DERECHO
Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol
Es un país cuyo Estado intentó recuperarse en
los últimos años, a partir de la creación de la Comisión Internacional contra
la Impunidad, CICIG. El funcionamiento de una década hizo posible el
juzgamiento y condena de sórdidos casos de corrupción y violaciones gravísimas
a los derechos humanos. Ese efímero paréntesis de esperanza para la justicia
fue paulatinamente socavado por los irremisibles conspiradores de la ultraderecha
guatemalteca que, como parte activa del crimen organizado, se vio perseguida y
encarcelada. Estados Unidos, la Unión Europea y las Naciones Unidas respaldaron
esta iniciativa internacional de la justicia, pero aquí en Guatemala pasó y
sigue pasando lo de siempre, en los esfuerzos por construir la democracia y la
justicia.
Siempre somos eliminados del tablado
internacional como nuestras nefandas selecciones nacionales de fútbol. Vamos
por la vida siempre derrotados. La pregunta crucial es ¿qué va a pasar en
Guatemala en los años que vienen?, con su población de 15 millones de
habitantes donde el 80% de personas se mueven entre la pobreza y la miseria.
Guatemala es una nación donde la vida se ha hecho insoportable y son tantos los
ciudadanos decepcionados de este país, que muchos no quisiéramos ser
guatemaltecos, tan agobiados estamos de vergüenza y de dolor. Seguimos
importando, prestos, todo lo malo que viene de Estados Unidos. Para citar un
ejemplo de pocos días, la agresiva inflación que vuelve más pobres a los
sectores populares estadounidenses y en inevitable proyección a los
guatemaltecos, camino de la mendicidad. Estados Unidos vive el resultado de sus
insensateces. Dejaron por obra y gracia
de sus oligarquías, de producir riqueza, cosas de valor; pues eso es ni más ni
menos la inflación. Y en esa locura económica, las naciones dependientes
somos, como la parte delgada de la soga, la que no aguanta la tensión; la que
se rompe.
Rota, pues, está la sociedad guatemalteca a
finales del 2021, con una cohorte de pillos ya gozando de la libertad
condicional (para pasar las navidades con los igualmente pillos de su familia),
impunes, luego de engordar jueces venales con gruesos fajos de billetes. La
ingenuidad y bondad de la gran mayoría de guatemaltecos les hace decir con
resignación cristiana, ante la ausencia de justicia: “Dios se encargará de ellos”. Ojal así fuera porque la crisis de
credibilidad en la justicia ha orillado a ciudadanos temerarios, decididos, a
hacer justicia por mano propia. De allí que los disparo se oyen a diestra y
siniestra, no solo por la acción delincuencial, sino porque un ciudadano
agraviado que no le han hecho justicia, se las cobra, como la delincuencia; con
una andanada de tiros.
Así están las cosas en Guatemala y así seguirán
por mucho tiempo pues el imperio de la impunidad sentó sus reales en este país
que vive a finales de 2021 en una total dictadura oligárquica y cleptocrática;
donde los ricos tienen el control de todos los órganos del Estado, de la
economía, coludidos ahora con el narcotráfico cuyos jets cargados de cocaína
entran con regularidad al territorio nacional, aterrizando en pistas
clandestina que raramente son detectados por los radares militares. Nada
extraño, porque hace pocos días fueron apresados tres oficiales del ejército
después de tanto descaro. Desear a los guatemaltecos feliz año nuevo es
inapropiado, con semejante perspectiva, totalmente negativa, que se columbra en
el horizonte de Guatemala.
Publicado por La Cuna del Sol
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