No es que los “coyotes”,
criminales de la más baja ralea, no merezcan ser perseguidos y castigados sin
atenuantes con todo el peso de la ley, pues el crimen que cometen es una atroz
violación de la dignidad humana. Pero por que el enfoque en los coyotes que
únicamente operan como la parte más visible de las grandes redes del crimen
organizado que se dedican al tráfico de seres humanos, y no los peces gordos,
quienes son los que organizan y dirigen este negocio infrahumano.
LOS “COYOTES” SON LOS
CULPABLES
Sencillo, son los traficantes de indocumentados, los “coyotes”, los culpables
de la actual crisis migratoria desatada por la oleada de niños inmigrantes
centroamericanos que de manera subrepticia intentan llegar a los Estados Unidos
y acogerse a algún tipo de protección que les pudiera ser otorgada en el país
del norte. En concordancia con este falso argumento esgrimido por Washington,
que ya ha puesto en marcha una llamada “Operación Coyote”, los presidentes de
Guatemala, y Honduras ante un grupo de congresistas en Washington, se dedicaron
a culpar a los contrabandistas de personas indocumentadas de la actual crisis humanitaria ya que están
engañados a los padres de los menores. “Ellos
les están diciendo ‘déjennos que los llevemos, ellos se podrán quedar’. Así de
esta manera los coyotes están haciendo mucho dinero”, dijo ante los
congresistas el presidente guatemalteco Otto Pérez Molina. Por otra parte el
presidente hondureño Juan Orlando Hernández dijo que los coyotes están perversamente
explotando la falta de claridad en el debate migratorio en los EE.UU de lo cual
ellos están muy bien enterados.
Lo dicho por los presidentes centroamericanos no sorprende, pues por algo
son los buenos administradores que el Gran Patrón del Norte ha designado para
las fincas de su “patio trasero”.
Para Pérez Molina y Hernández resulta más conveniente achacar la culpa de
la actual crisis migratoria a ciertos elementos criminales, que asumir su total
responsabilidad como causantes directos del problema que tiene sus raíces en la
perpetuación de un sistema basado en la injusticia social y económica que
únicamente ha beneficiado los intereses de las elites locales e internacionales
y que cada vez provoca más miseria y violencia, obligando a miles de
desplazados económicos a huir hacia otros países en busca de mejores
oportunidades para poder sobrevivir arriesgando todo, incluso sus vidas, al
caer en manos de criminales que se
provechan de su desesperación. Y aunque ambos por pura publicidad mencionen a la pobreza y violencia, e incluso
a los EE.UU, como causas del desastre migratorio, jamás se atreverán a tomar las
medidas correctivas necesarias ya que ello implicaría subvertir completamente
el orden establecido, y eso sí que enojaría mucho a su Gran Patrón, así que, por que no mejor
culpar a los “coyotes” y de paso pedir la implementación de algo similar al
Plan Colombia.
De Nuevo el presidente Pérez Molina: “Estamos
promoviendo una legislación para tipificar estos crímenes para que podamos con
más fuerza enjuiciar a estos contrabandistas por los crímenes que están
cometiendo”.
Efectivamente, según informaciones de prensa el congreso de Guatemala está
estudiando una iniciativa que tiene como objetivo enfocarse en los traficantes
de indocumentados o “coyotes” a quienes se les impondrían penas de entre 12 y
25 años de prisión por los delitos de contrabando de personas, secuestro y
tráfico de drogas.
Lo anterior es una clara indicación de que antes de que estallara la actual
crisis migratoria de los menores de edad, los contrabandistas actuaban con
total impunidad ante el conocimiento de todo el mundo, de las autoridades migratorias
y de las fuerzas de seguridad que simplemente se hacían de la vista gorda ante
el crimen que se llevaba a cabo en sus propias narices. Sin duda la corrupción
y la colusión de las autoridades gubernamentales con el crimen organizado han
jugado un papel importante para que esta actividad criminal no fuera penalizada
como correspondía.
Según información del portal Insight Crime: “El presidente de la Comisión del Migrante de Guatemala señaló que las
reformas son una respuesta a las recomendaciones de las Naciones Unidas y la
Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), pero que los
legisladores están acelerando el proceso debido a la muy publicitada oleada de
niños migrantes que intentan cruzar la frontera con Estados Unidos”.
Aparte de no ser una iniciativa propia que se origine de un interés genuino
de los congresistas guatemaltecos, y que dudosamente responda a las
recomendaciones de CICIG, esto más bien tiene que ver con las presiones, que en
este caso está ejerciendo el gobierno de EE.UU que como ya hemos dicho ha
puesto en marcha a través del Departamento de Seguridad Nacional (Homeland
Security), un programa para la captura y enjuiciamiento de los “coyotes”.
Ahora enfoquémonos por un momento es esta interrogante ¿Por qué todo este
supuesto esfuerzo en atrapar y castigar a los “coyotes”?
No es que los coyotes, criminales de la más baja ralea, no merezcan ser
perseguidos y castigados, sin atenuantes, con todo el peso de la ley, pues el
crimen que cometen es una atroz violación de la dignidad humana. Pero por que
el enfoque en los coyotes que únicamente operan como la parte más visible de
las grandes redes del crimen organizado que se dedican al tráfico de seres
humanos, y no los peces gordos, quienes son los que organizan y dirigen este
negocio infrahumano.
Es obvio que al ser los coyotes las cabezas más visibles, pues todo el
mundo sabe quiénes son, se convierten en la presa más fácil y conveniente a la
hora de conducir una operación y llevarlos a juicio, en pocas palabras son los
peones que se sacrifican para resguardar a los grandes capos y sus intereses.
Es sabido que hoy en día todo el negocio del tráfico humano en Centro América
y México esta monopolizado por los carteles de la droga que han diversificado
sus actividades criminales en busca de
mayores ingresos y control de territorios con la consiguiente acumulación de
mayor poder el cual a la vez utilizan para amedrentar y comprar el
consentimiento de las autoridades.
A pocos escapa quizás, que el sórdido negocio del tráfico de indocumentados
y de sustancias ilegales hacia los EE.UU es una actividad que genera enormes
cantidades de dinero, el mismo Pérez Molina lo admite, y que en virtud de ello
estas mafias del contrabando internacional tienen la capacidad para moverse y
establecerse libremente en los diferentes estamentos del poder de los Estados
en los que operan, tal el caso de Guatemala en donde se sabe que funcionarios
públicos con nexos con el crimen organizado se desempeñan como alcaldes,
gobernadores y congresistas. Se ha llegado a decir incluso que los tentáculos
del crimen organizado alcanzan hasta funcionarios del más alto nivel.
Y no se crea que el poder e influencia del dinero de los carteles del
contrabando sea algo exclusivo de países como Guatemala, Honduras y México. Según
el portal del consumidor Protectora:
Gran parte del sistema
financiero mundial funciona gracias al narcotráfico. En diciembre de 2009 la
Oficina contra las Drogas y el Delito de Naciones Unidas informa que el dinero
provinente de la delincuencia fue “la única inversión de capital líquido” en el
segundo semestre de 2008; la cifra es de 352.000 millones de dólares, que salvó
a muchos bancos de la quiebra. “En un mercado financiero en crisis y falto de
liquidez, el narcotráfico ha servido para rescatar a algunos bancos del colapso
al actuar como fuente de capital líquido, según asegura el director de la
Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD), el italiano
Antonio Maria Costa.” (6) Kieran Beer, ex funcionaria del Tesoro norteamericano
durante el gobierno de Bill Clinton, explica la clave del asunto: “Las
regulaciones de la banca nacional e internacional son laxas y permiten el
encubrimiento de transacciones ilegales; a ningún gobierno le conviene arruinar
a la banca privada, y menos al de Estados Unidos”. (7)
En un sistema como el capitalista donde se le da primacía a la acumulación
de dinero provenga este de donde provenga, el dinero negro de los tráficos
ilegales, de armas, de drogas, de personas, son importantes fuentes de
acumulación del mismo, inicialmente intercambiado por valores, pero rápidamente
extraído de la circulación y que tenderá a reaparecer en la compra de activos
muy especulativos.
En resumen el contrabando ilegal es una actividad económica muy importante
para la banca privada y par el capital especulativo. Y ningún país regido por
el capitalismo, sobre todo EE.UU, que tiene a la propiedad privada como el
fundamento de su economía estaría dispuesto a arruinar no solo a los bancos
privados, sino también, a la fuente que produce esas gigantescas cantidades de dinero,
sin importar su procedencia. No por algo uno de los más notorios capos del contrabando internacional aparecía con
frecuencia en el listado de las personas más ricas del mundo de la reconocida
revista Forbes.
Por lo tanto enfocarse en el castigo de unos cuantos infelices “coyotes”
por el delito de contrabandear con seres humanos, dejando prácticamente intacta
toda la estructura criminal de los carteles, incluyendo a sus cabecillas y funcionarios
públicos y de negocios privados que colaboran y lucran con esta actividad, no
es más que una engañosa y burda maniobra política tendiente a engañar al
público, mientras que por otra parte el negocio continua viento en popa
generando millonadas de dólares que luego de ser blanqueados serán invertidos
en la compra de lujosas mansiones, yates, jets privados, automóviles y por su
puesto en la adquisición de nuevo y
mortal armamento militar que será usado
por las carteles para continuar con sus guerras y cuando necesario sea, actuar
como bandas paramilitares al servicio del Estado en sus campañas
contrainsurgentes o de represión de los movimientos sociales que luchan contra las
políticas entreguistas de gobiernos como el de Pérez Molina y Hernández.
Publicado por LaQnadlSol
USA.
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