domingo, 4 de diciembre de 2011

LA NUEVA LISTA NEGRA (PARTE III)



Antes de entrar a considerar la última parte (III), queremos dejar en claro que las opiniones vertidas en las anteriores entregas, así como en esta última, obedecen al desarrollo de los eventos que han tenido lugar desde el inicio de la publicación de la ahora llamada Lista Negra. Queremos enfatizar que en ningún momento nuestros juicios y opiniones han sido dados con carácter de absolutos o definitivos, al contrario, se han basado en la apreciación objetiva de la realidad y siguiendo de manera atenta el desarrollo de los acontecimientos concernientes a la actual situación. Pues como muy atinadamente lo expresara el compañero Luciano Castro Barillas (II parte) (…) los enfoques, los niveles de apreciación de la realidad corresponden a la filiación ideológica y política particular de cada cual, condición que no necesariamente debiera de descalificar la verdad y la realidad. Así la cosas, y tomando en consideración los últimos eventos en torno al actual presidente electo Otto Pérez Molina, con justeza opinamos que su actuación ha sido (rebasando opiniones del Día del Juicio) hasta acá muy meritoria: 1º su asistencia voluntaria a la cumbre inauguratoria de la CELAC, y luego la confirmación en el cargo de la Fiscal General, a pesar de que la oficina a su cargo le está siguiendo juicio por acusaciones de genocidio. Lo anterior aunque encomiable, de ninguna manera debe tomarse “prima facie,” pues hay un gran trecho por recorrer y el actual presidente electo todavía no ha tomado posesión, y aunque queda muy poco para ese día muchas cosas pueden suceder que pueden dar al traste con la muy buena impresión dejada, hasta acá, por Otto Pérez Molina. Seguidamente queremos manifestar que La Cuna del Sol, de ninguna manera se está convirtiendo en un vocero oficioso o incondicional de las actuales como futuras acciones del ex–General. Actuaremos, eso sí, con pleno apego y guiados por el análisis que se origina en la observación objetiva de la realidad de las cosas, aun y cuando política e ideológicamente estemos en polos opuestos, cuando hayan acciones o actitudes merecedoras del encomio lo manifestaremos con toda la honestidad del caso, cuando no, las criticaremos y denunciaremos con vehemencia. Por el momento señor presidente electo Otto Pérez Molina, le conferimos el beneficio de la duda, creemos que en este aciago periodo de la historia de Guatemala, usted esta posicionado para hacer historia como el hombre que con honestidad, rectitud y honor rescate  a la sufrida Guatemala. Aplique la mano dura no como un instrumento represivo y de venganza, aplíquela contra la impunidad y la corrupción y contra todos aquellos que han hecho de ellas su modus operandi. La historia será al final el juez más implacable que usted enfrentará, de sus buenas o malas  acciones dependerá que le condene o le absuelva.

Para finalizar con esta nota introductoria incluimos la transcripción (en español, del original en inglés) de la respuesta dada por Aryeh Neier en la revista New York Review Of Books (20-12-2007) a Francisco Goldman concerniente a la  posible participación de Otto Pérez Molina en el asesinato del Obispo Gerardi, de la cual Goldman hace referencia en su libro El Arte del Asesinato Politico: ¿Quién Mato al Obispo? Marvin Najarrro

Aryeh Neier responde:
“Me sentí cómoda revisando el muy buen libro de Francisco Goldman debido al evidencia que el presentó, porque he tenido conocimiento de manera independiente sobre algunos de los asuntos que discutí en la revisión, porque pude verificar otra información accediendo a otras fuentes y porque hubo una decisión de la corte condenando a otros individuos por la muerte del Obispo Gerardi. El papel del general Otto Pérez Molina no correspondió con ninguna de estas categorías. El fue la única persona identificada por Goldman, como un posible asesino que no fue juzgado y condenado. Bajo tales circunstancias, me sentí complacida de aceptar la sugerencia de los editores, de que debía mencionar la refutación de su hijo a cerca de la participación de su padre. La evidencia citada por Goldman para indicar que el estuvo envuelto, me pareció, que por si sola, no era lo suficientemente concluyente.”









LA LISTA NEGRA DE LA ULTRADERECHA GUATEMALTECA

                                          Tercera parte


Por Luciano Castro Barillas


            
La  presencia de Otto Pérez Molina en el acto fundacional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, en Caracas el 2 y 3 de diciembre de 2011, junto al presidente Alvaro Colom –un socialdemócrata incierto-  envía un claro mensaje a la movilizada ultraderecha guatemalteca que apaña la impunidad y vulnera la frágil democracia de ese país. Otto Pérez Molina, indudablemente, no fue llevado a la fuerza, a empujones, a la cumbre. Fue por su voluntad, para tener una percepción directa y personal de qué es lo que se promueve y se promoverá en ese foro regional a partir del momento fundacional, que tiene ya definido para el año 2012 encuentros en Chile, Cuba y Costa Rica. La sobreabundancia de organizaciones regionales en la parte sur del continente americano (Mercosur, Unasur, etc.) da también pródigas razones para tener algunas reservas sobre la funcionalidad efectiva de este organismo latinoamericano que podría tener, para empezar, dificultades de financiación, si se creara una burocracia al respecto. La Organización de Estados Americanos, OEA, ha subsistido, por ejemplo, por los amplios aportes monetarios de los Estados Unidos, muy interesados desde su fundación en hacer funcionar esta especie de departamento de colonias aquiescente y complaciente a los dictados del imperio y totalmente inútil para impulsar y salvaguardar las democracias latinoamericanas, tal el caso de Honduras, donde lo que dice este órgano continental es pasado sencillamente por alto, sin ningún poder vinculante o coercitivo a los Estados violadores de los principios de la democracia y los derechos humanos

La CELAC responde a una coyuntura histórica y política distinta a la creación de la OEA, fruto de la posguerra y la Guerra Fría en la década de los años 40. La Celac es fruto de la emergencia en los últimos diez años, en el sur de América, de gobiernos identificados (no me gusta llamar de izquierda a esas agrupaciones políticas, siempre decepcionantes, al final) con resolver las reivindicaciones sociales históricamente postergadas de los pueblos latinoamericanos. Su eficacia política, de mediación, de promotora del desarrollo económico, social y político como ente regional puede hacerse viable a causa de dos necesarias exclusiones: la de Estados Unidos y Canadá.  Hay de hecho una reivindicación histórica de la soberanía Latinoamericana. Es decir, los Estados latinoamericanos y caribeños podrán a futuro tomar decisiones sin la tutela y control del imperialismo, hasta donde se pueda. Todo un logro si lo vemos desde la perspectiva histórica del neocolonialismo, supeditación y dependencia de estos países con respecto a los Estados Unidos. Estar en este foro dice mucho de Otto Pérez Molina. Se desmarca de la derecha tradicional de Guatemala que esperaba de él un auténtico gorila que con su mano dura y peluda arrancara cabezas y diera tundas a diestra y siniestra a cualquier disenso o desacuerdo político de sus opositores. Tal vez ahora puede empezarse a comprender mejor a un general del Ejército guatemalteco que en unos de los momentos más duros  y sangrientos en la historia de nuestro país supo abrazar una doctrina  -la de la estabilidad nacional-  más racional, viable, práctica y humana para resolver un conflicto violento de 36 años de duración. Que aparezca en el informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico como un relevante violador de los derechos humanos durante la guerra  en el área donde fungió como jefe militar,  es algo que indudablemente le compromete y hace verle con cautela. Sin embargo, confirmar en su cargo a la Fiscal General, hija de un ex insurgente y reconocer su buena labor dice mucho de él. Personalmente, no creo en las imputaciones que se le hacen en relación con el asesinato de monseñor Gerardi, por una cuestión de simple y llana lógica: nadie que vaya a ejecutar y dirigir un crimen de tal envergadura va estar, precisamente, en el escenario de la operación. No es posible procedimiento tan burdo e incompetente, además de cínico, de un jefe de inteligencia. Personalmente, esos señalamientos siempre me han parecido absurdos. Es como pasar por alto todas las reglas y principios de la conspiración para cometer un crimen político de gran repercusión. Considero al general, con sinceridad, una persona inteligente, pero no exenta de responsabilidades, pues un cargo de esa naturaleza  -en las circunstancias del conflicto que vivió Guatemala-  no está libre de abusos. ¿Cuáles son? Bueno, esto es una situación bastante difícil de comprobar en materia judicial, pero de mucha fluidez en términos políticos, principalmente de los opositores.

Un revolucionario debe tener amplitud, pero también cautela. Partir en sus valoraciones del dictum fundamental marxista: el hombre es lo que hace, no lo que dice. Y cada ser humano va siendo distinto: cuando se tiene 10, 30 o 60 años, para peor o mejor. Un marxista parte de las constataciones concretas, de los hechos, no de los prejuicios. Y así como Santos, el presidente de Colombia se desmarcó del ultraderechista Uribe y mantiene excelentes relaciones personales y políticas con Chávez, lo mismo podría suceder con Otto Pérez Molina. Su extracción militar no necesariamente podría determinar su ser político.

Por el momento, la ultraderecha guatemalteca empezó a desencantarse con Pérez Molina, y le parece inconcebible que haya estado departiendo con un grupo de “comunistas” en Caracas, según las simples valoraciones de esta clase de personas. La historia y la política da sorpresas y así como Colom, autoproclamado como socialdemócrata hizo un gobierno de derecha sin paliativos; Otto Pérez Molina podría ser el socialdemócrata inesperado y proveedor de bienestar y seguridad a los guatemaltecos. Todo puede suceder en Guatemala, país del realismo mágico. Las personas que votaron por el general van desde las personas honradas, otros que anhelaban la mano represiva y los últimos, los peores, aquellos que esperan que Otto Pérez Molina dé agua parejo, tal desean la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala y la Asociación de viudas de Militares, ansiosos de venganza, no de justicia. Por el momento, Otto Pérez Molina, no ha asumido como propias sus preocupaciones. Es asunto de esperar los años que vienen. Pero seamos optimistas  -no ingenuos-  porque es la mejor manera de abordar la vida.

Nota: Dar agua, es un guatemaltequismo que significa asesinar. Esta expresión fue muy utilizada durante el conflicto armado interno.





Publicado por: Marvin Najarro
CT, USA
           
           
            

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