domingo, 10 de febrero de 2013

¿FREIRE O FRIEDMAN?



Al final,  todo retorna a la cuestión original sobre el propósito de la educación. Para Friedman y Rose, su propósito es producir trabajadores que profundizaran aún más un orden económico injusto que originó el problema en primer lugar. El gran objetivo es convencernos de que el remedio para nuestro problema actual es, para ser exactos, la mismísima píldora que causo la enfermedad. Para Freire, el propósito de la educación es posibilitar que los estudiantes crezcan de una manera que les permita analizar críticamente como es que hemos arribado a esta desalentadora situación y cómo podemos empezar a transformarla.




¿FREIRE O FRIEDMAN? EN DEFENSA DE
LA EDUCACIÓN CRÍTICA 


Por Sajjad Ali Malik


La privatización acelerada de la educación global

Thomas Friedman puede encomiar el potencial emancipatorio de los cursos universitarios online (en línea), pero ¿tienen ellos realmente el potencial de producir más que dóciles trabajadores?

La educación es un concepto que en alguna manera, estado o forma, directa o indirectamente confrontamos todos los días. Por mucho tiempo se le ha considerado como la “bala de plata” necesaria para buscarle una solución a las grandes injusticias omnipresentes en la sociedad; pobreza, crimen, racismo, patriarcado y la desigualdad socioeconómica. Nuestra interacción con la educación está  influenciada por y varía basada en los tentáculos de las relaciones de poder; clase, etnicidad, género, geografía y las experiencias de la vida. Para algunos, esta interacción se manifiesta ella misma en cuestiones relacionadas con las mejores prácticas y de filosofía educacional.

Para otros, gira más alrededor del acceso al conocimiento y de cuestiones de representación. Consecuentemente, nuestra interacción conceptual con la educación no está libre de preferencias o de calculaciones ideológicas. ¿Para quién y para que propósito(s) sirve la educación? ¿Actualmente, como luce la educación? ¿Lo reconoceremos cuando lo veamos? O, ¿podríamos confundirlo con algo mas? Como lo explicó el influyente teorista de la pedagogía critica, Paulo Freire :

La educación, o funciona como un instrumento usado para facilitar la integración de la generación más joven dentro de la lógica del conformismo del actual sistema o, se transforma en la práctica de la libertad, el medio a través del cual hombres y mujeres lidian crítica y creativamente con la realidad y descubren como participar en la transformación de su mundo.

Recientemente el afamado columnista del New York Times, Thomas Friedman, escribió sobre la expansión gratis de cursos online por instituciones, tales como, Stanford y el MIT, al igual que por compañías como Coursera y Udacity. Al tiempo que Friedman reverencia este fenómeno como una “revolución”, él declara, que “nada tiene más potencial para sacar a la gente de la pobreza –al proveerles una educación asequible para conseguir un trabajo o mejorar en el trabajo que tienen.

Ninguna cosa tiene más potencial para liberar a un millón más de cerebros para resolver los grandes problemas del mundo”. El salpica su columna con anécdotas  de individuos que se han beneficiado de los cursos universitarios gratuitos online.

Friedman ve esta innovación tecnológica y educacional como la que permitirá que los trabajadores foráneos obtengan las habilidades requeridas para competir con los trabajadores del primer mundo. Aquí el modo de razonamiento es que, esto en última instancia será de beneficio para las corporaciones multinacionales, quienes tendrán una inmensa reserva de trabajadores con habilidades técnicas de los cuales echar mano. Estos actores privados, equipados con un gran número de trabajadores bien capacitados (y relativamente baratos), ofrecerán empleos bien remunerados y generaran más ingresos aliviando en última instancia la pobreza en el tercer mundo.

En similares líneas escribió recientemente un editorial Pauline Rose, Directora del Global Monitoring Report on Education publicado por la ONU. En su escrito, Rose hace un llamado para que emerja una figura como la de un Bill Gates para que sea la chispa en la formación de un fondo global para la educación entre las compañías privadas y fundaciones. La filantropía empresarial es considerada como la solución para mejorar el acceso global a la educación. Siguiendo la lógica de Friedman, Rose declara:

A primera vista, habría poca necesidad de hablar del caso de los negocios y la educación. Esta intrínsecamente atado a todos los resultados positivos del desarrollo. Crecimiento económico, salud, nutrición y democracia son todos estimulados por la calidad de la educación. Si todos los niños en los países de bajos ingresos salen de la escuela con las habilidades básicas de lectura, la pobreza se reduciría un 12 por ciento –y eso es bueno para los negocios. El sector privado se beneficia directamente, de una fuerza de trabajo educada y capacitada

Friedman y Rose están esencialmente haciendo un llamado por la privatización acelerada de la educación global. Esta es una tendencia que ya ha empezado en los Estados Unidos, donde hemos sido testigos del crecimiento de escuelas manejadas por las corporaciones privadas, un énfasis inquebrantable en las puntuaciones de las pruebas, y la destrucción de los sindicatos de maestros emparejada con la errónea noción de que son los maestros los únicos responsables  por los paupérrimos resultados educacionales.

Lo que esta privatización posibilita, y que es promovida por los escritos de Friedman y Rose es, la negación de tener que considerar cuestiones socioeconómicas mayores relacionadas con el capitalismo global y el neoliberalismo, cuestiones que están intrínsecamente unidas a la educación. El peligro no es el avance tecnológico que posibilite un mayor acceso a la educación en el tercer mundo, sino más bien, las implicaciones que continuamente fracasamos en escudriñar críticamente.  

En vez de alabar la introducción de los cursos gratis online como una revolución en la educación global que aliviará la pobreza y sufrimiento ¿Por qué no, para empezar, cuestionar el sistema global que ha permitido, si no activamente alentado, la desolada situación existente? Escritos  como los de Friedman y Rose activamente asisten en paralizarnos y dejar de pensar a cerca de cómo hemos arribado a una situación en donde, como Rose declara, “hay 61 millones de niños fuera de la escuela”.

Ellos parecen convenientemente olvidar el hecho de los programas de ajuste estructural del FMI ha reducido severamente el gasto en educación pública por los gobiernos, y que la privatización de la educación ha conducido a un aumento de la segregación social, como se está viendo en Chile. Cuando se confía en el marco usado por Friedman y Rose, nosotros efectivamente nos impedimos de preguntar qué clase de sistema económico global existe para permitir una situación donde la privatización y la filantropía empresarial se vuelven las soluciones para encarar  las ya existentes radicales desigualdades.

Al final,  todo retorna a la cuestión original sobre el propósito de la educación. Para Friedman y Rose, su propósito es producir trabajadores que profundizaran aún más un orden económico injusto que originó el problema en primer lugar. El gran objetivo es convencernos de que el remedio para nuestro problema actual es, para ser exactos, la mismísima píldora que causo la enfermedad. Para Freire, el propósito de la educación es posibilitar que los estudiantes crezcan de una manera que les permita analizar críticamente como es que hemos arribado a esta desalentadora situación y cómo podemos empezar a transformarla.

¿Freire o Friedman? A nosotros nos corresponde elegir.



Traducido del inglés por Marvin Najarro








Publicado por LaQnadelSol 
CT., USA. 

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